Editorial Alaire

Te busco en los garitos
entre caras de whisqui
y zapatos nuevos.
Arriba y abajo,
sandalias, tacones
de todas las tallas.

Como en aquella noche en que estuvimos juntos escuchando el lamento de una orquesta de Jazz. En una cava oscura, estrecha, deprimente con guiris y niñas pijas. Alguien jugaba a los besos y el del piano, nervioso, disimulaba sus gestos.
Una amiga con un negro se apretaba en un rincón.
¿Recuerdas esa noche? En la plaza dieciochesca, junto a la luz de un farol acariciaste mis senos con impaciencia, mis muslos se te hicieron imposibles.

Te busco en la estación
entre vías y besos
de otros zapatos viejos,
botas marrones
que lloran betún.

Hablamos de política, de amigos y de historia. Decadentes, cansados nos fuimos a dormir. Tal vez no se repita, las cosas que nos pasan no vuelven nunca más y hay que coger al vuelo las rosas de la vida.
Pero créeme que resulta muy difícil en la cava de Jazz.

Te busco en un ombligo enorme
con cuatro pies descalzos
pero
también te has ido del recuerdo.

Extraordinario texto, lleno de clima y momento, por decirlo así, de esos instantes que nos gravitan sobre nosotros mismos. ¿No es, la vida, o la memoria o el recuerdo, esos momentos recuperados después? Lo nuestro es pasar, decía aquél. Me recuerda un viejo local y algunas viejas noches del Jamboree, en Barcelona. En fin, ya todo depositado en el poco fiel recuerdo. Sigue escribiendo así, Ana, genial.

Una abraçada llarga.

Precioso... muy descriptivo y lleno de vida. Intensidad de momentos. Con un sabor agridulce.

Me ha encantado.

Felicidades
Un beso
Ana

Te busco en la estación
entre vías y besos
de otros zapatos viejos,
botas marrones
que lloran betún.

Te busco en un ombligo enorme
con cuatro pies descalzos
pero también te has ido del recuerdo.

¿De dónde sacas estas maravillosas locuras?

Es tan natural, casi diría real, que me chifla.

Eso es lo mejor que tiene tu pluma. Cualquier tema que desarrollas, lo haces con tanta naturalidad, que, al leerlo, te parece real.

En fin, ¿Qué quieres que te diga, que no sepas ya?

Que te quiero y te admiro.

Espero te encuentres bien.

Un besazo, Anita.

¡ Aysss Ana... qué pasada de poemaprosa!! me ha encantado como has hilado ambos, la fuerza de la palabra, el sentimiento a flor de piel.
Gracias por compartir,
Abrazos mediterráneos.

Julio Bonal escribió: ↑Mié, 29 Ene 2025 7:59 Extraordinario texto, lleno de clima y momento, por decirlo así, de esos instantes que nos gravitan sobre nosotros mismos. ¿No es, la vida, o la memoria o el recuerdo, esos momentos recuperados después? Lo nuestro es pasar, decía aquél. Me recuerda un viejo local y algunas viejas noches del Jamboree, en Barcelona. En fin, ya todo depositado en el poco fiel recuerdo. Sigue escribiendo así, Ana, genial.

Una abraçada llarga.

Hace años que yo me perdía en algunos locales parecidos. El otro día pasé por la calle en la que estaba situado un garito que me gustaba especialmente por el buen Jazz que se oía. Ya no está.
Una maravillosa decadencia se iba adivinando según bajabas por sus tormentosas escaleras. Raro era que yo no rodara por ellas. Me ha dado mucha rabia y pena ver que eso queda en mi pasado. Que ya no volverá como tantas otras cosas y personas conocidas en ellos.
Han derribado el edificio enterito. Supongo que harán pisos tremendamente caros y sin vida.

Gracias por tu atenta lectura y comentario.
Un fuerte abrazo.

Ana Muela Sopeña escribió: ↑Mié, 29 Ene 2025 11:52 Precioso... muy descriptivo y lleno de vida. Intensidad de momentos. Con un sabor agridulce.

Me ha encantado.

Felicidades
Un beso
Ana

Agridulce, es cierto, porque ya no está. Y con los cambios estructurales seguro que olvido dónde estaba. Mi gps está siempre averiado.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo.

Qué bien escribes, querida amiga Ana. Tus poemas son alimento para el espíritu que precisa belleza literaria. En cuanto a "Cava de jazz" diría que debemos colocarlo muy cerca de lo mejor de tu obra.
Vaya mi enhorabuena junto a un fuerte abrazo.

Muy bueno, amigo Ana. Últimamente estás en racha.
Poema de imágenes vividas y detalladas y de gran emotividad nostálgica, que transportan al lector y lo sientan en una butaca de la cava. A destacar también la originalidad en la descripción de escenas.

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Un bico grande.

Alejandro Costa escribió: ↑Jue, 30 Ene 2025 13:19 Te busco en la estación
entre vías y besos
de otros zapatos viejos,
botas marrones
que lloran betún.

Te busco en un ombligo enorme
con cuatro pies descalzos
pero también te has ido del recuerdo.

¿De dónde sacas estas maravillosas locuras?

Es tan natural, casi diría real, que me chifla.

Eso es lo mejor que tiene tu pluma. Cualquier tema que desarrollas, lo haces con tanta naturalidad, que, al leerlo, te parece real.

En fin, ¿Qué quieres que te diga, que no sepas ya?

Que te quiero y te admiro.

Espero te encuentres bien.

Un besazo, Anita.

En todo poema hay zonas de todo tipo que se mezclan y dan, a veces, buenos resultados. Me gusta escribir algún guiño real junto a la posible imaginación que me otorguen las musas.
Una parte del poema estaba preparado desde hace meses. Lo guardé (no me apetecía volver a él) hasta hace poco. Lo desempolvé y adelante: lo terminé y ya queda en esta mi casa.
Gracias por tu cariño. Sigo igual, a días. Por eso ahora no puedo escribir en Alaire tanto como antes. ¡Cachis!
Espero que tú también te encuentres mejor.
Un beso enorme.

Concha Vidal escribió: ↑Sab, 01 Feb 2025 13:55 ¡ Aysss Ana... qué pasada de poemaprosa!! me ha encantado como has hilado ambos, la fuerza de la palabra, el sentimiento a flor de piel.
Gracias por compartir,
Abrazos mediterráneos.

Es mi mezcla favorita. Un amalgama de palabras.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo lleno de este frío que invade la ciudad y que a mí me encanta.

Me encanta lo directa que eres y cómo sabes mezclar hechos y sensaciones. Me gustó tu poema.
Un abrazo grande y salud

Precioso, Ana. Un poema muy rítmico, muy tuyo.

Gracias por compartirlo.

Víctor

He disfrutado con este alternar tuyo de invocaciones y recuerdos. Todo el poema se siente impregnado de una esquiva melancolía.

La mirada irónica tendida sobre lo real se funde con aquella otra de extrañamiento que caracteriza al que se sabe un doble desde el futuro.

En la última estrofa se presiente además, animando el remate, un cierto desdoblamiento. Tanto más grande nos parece el ombligo cuanto más inquietantemente quieto anda todo.

Un beso.