
Pero sigo pensando.
Supongo que resulto más sensible de lo que imaginaba.
Imagino y supongo.
Pero sigo pensando.
Creo que estas tres cosas son lo mismo.
Así que, de un modo u otro, pienso.
Desear es pensar demasiado:
"En algo."
Pongamos por ejemplo que ese "algo" es fornicar.
Sigamos por tener en cuenta que hacer eso es desahogarse,
o que al menos podemos conseguir esto último, siempre que eyaculemos.
Quiero poner en firme que no hay sustitutos para las inquietudes,
solamente se turnan entre ellas.
Hay que usar la cabeza, pero hasta un cierto punto.
Como todo en la vida, a veces no saber te hace más sabio.
Eso de menear los pensamientos con el fin de lograr un cambio,
es un bodrio,
una leyenda urbana.
A mí me pasa mucho, pero tengo una válvula de escape.
O quinientas.
Ustedes también. Viene de serie.
En mi caso, de tanta rayadura, de tantas sacudidas, de tantas negativas,
he aprendido una cosa, quizá sea la única:
"Mi mente es lo único que puede destruirme."
También puede causar el efecto contrario.
Yo soy solo un novato, algo humilde, o mucho más que eso.
Al final, por cojones, no me ha quedado otra que bajarme los humos,
se le llame poesía, o sentido común, o ser como uno más.
En tal caso, me vienen las ideas cuando las necesito,
rumio lo imprescindible, trato de concentrarme en otras cosas,
quiera o no quiera, el hombre me ha ayudado.
Sin palabras.
Así me he quedado.
Sin comentarios para mis poemas.
Porque ustedes y yo acercamos posturas.
Sabemos lo que hacemos.
He llenado mi mente de...
Sentido común.
Porque ustedes y yo, no nos diferenciamos,
no en lo que digo en todos mis poemas.
Conversamos con libertad,
no con el pensamiento,
pues eso es prejuzgar.
Ahora mi dilema es la literatura.
Espero no me salga por la boca.
No quiero interrumpir,
mi única misión.
No le veo cimientos a estos versos,
eso es bueno.
Quiero salir de casa renovado.
Ojalá que me entiendan,
pues solo el aire, libre, me deja a la intemperie.
No necesito calles para vagar,
ni ostracismo.
Esto va por ustedes, por si no se enteraron.
No tengo otra manera de decirlo,
yo soy un llamamiento al ser humano.
Díganme cuándo puedo salir de mis poemas
sin vivirlos.