Editorial Alaire

Marisa Peral escribió: ↑Dom, 12 Ene 2025 19:38 Recupero este poema de 2012

Reconstrucción

CANTO I

Animales acuáticos,
de una luna hasta otra nadamos entre grisáceos nimbos
como una exhalación enajenada,
sístoles del fulgor,
memorias encarceladas,
debilitadas hojas ante la triste nada.
Alucinaciones frente a la precariedad de la noche:
Eso fuimos.


CANTO II

Entre la lluvia leve vaga doliente el día
con las ilusiones sometidas a las galeras de la indiferencia.
El alma sigilosa palpita en la floresta
y en el verdor de los prados de la tarde
la mirada es un centelleo de jazmines
mientras, un trémulo susurro sobrevuela el valle.
Cómo nos ocultamos en el trivial lamento de los líquenes.
¿No somos un misterio oculto en el espacio?


CANTO III

Hubo un frío de mármol corriendo por mis venas
y en torno a mi semblante algo hermético siempre.
Y siempre en soledad ante la cruel tormenta
asediada por gritos y atroces pesadillas.
Y sola,
siempre sola con mi mirada mía,
sin su presencia suya
y sin sus manos,
mías.
En las noches calladas la duda interrogando.
Vacilantes,
nos presagiábamos entre los claroscuros.


CANTO IV

Yo te invoco desde mi desguarnecido cenit,
desde los plañideros territorios de los sauces
atentos a los códigos secretos de un mandala.
Que el viento no te circunde con sus brumas astrales,
ni te detenga al pie de oscuros abedules
con la arcaica evocación del amor fugitivo.
El rostro de Selene nos sonríe
y desde su mutismo
veo las deflagraciones de tu corazón en llamas.

---
©MAR
27/03/2012
Revisado 20/09/2024

E. R. Aristy escribió: ↑Lun, 13 Ene 2025 15:08

Marisa Peral escribió: ↑Dom, 12 Ene 2025 19:38

Bella reconstrucción, Marisa. El Canto lll para mí es muy especial por su extraordinario y sugerente lenguaje.

"Hubo un frío de mármol corriendo por mis venas
y en torno a mi semblante algo hermético siempre.
Y siempre en soledad ante la cruel tormenta
asediada por gritos y atroces pesadillas.
Y sola,
siempre sola con mi mirada mía,
sin su presencia suya '.


y sin sus manos,
mías.
En las noches calladas la duda interrogando.
Vacilantes,
nos presagiábamos entre los claroscuros.


Presencia suya, sin sus manos mías, qué belleza!
Salud y vida, MAR. Un fuerte abrazo!

Pilar Morte escribió: ↑Lun, 13 Ene 2025 17:21 Muy bien la reconstrucción. Todos los cantos son preciosos, pero también me llegó más el lll. Tiene imágenes muy acertadas.
Cómo sigue tu catarro? Está temporada también está siendo chunga para mí.
Un abrazo grande, salud y felicidad

Pascual Pérez escribió: ↑Mié, 15 Ene 2025 21:09 Preciosos cantos, emotivos y existencialistas. Un abrazo, Marisa, y me han gustado mucho.

J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Jue, 16 Ene 2025 17:23 Un poema magnífico, Marisiña, con unas imágenes realmente esplendentes, además de una gran calidad lírica y evocadora.

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Un bico.

Marisa Peral escribió: ↑Dom, 12 Ene 2025 19:38 Recupero este poema de 2012

Reconstrucción

CANTO I

Animales acuáticos,
de una luna hasta otra nadamos entre grisáceos nimbos
como una exhalación enajenada,
sístoles del fulgor,
memorias encarceladas,
debilitadas hojas ante la triste nada.
Alucinaciones frente a la precariedad de la noche:
Eso fuimos.


CANTO II

Entre la lluvia leve vaga doliente el día
con las ilusiones sometidas a las galeras de la indiferencia.
El alma sigilosa palpita en la floresta
y en el verdor de los prados de la tarde
la mirada es un centelleo de jazmines
mientras, un trémulo susurro sobrevuela el valle.
Cómo nos ocultamos en el trivial lamento de los líquenes.
¿No somos un misterio oculto en el espacio?


CANTO III

Hubo un frío de mármol corriendo por mis venas
y en torno a mi semblante algo hermético siempre.
Y siempre en soledad ante la cruel tormenta
asediada por gritos y atroces pesadillas.
Y sola,
siempre sola con mi mirada mía,
sin su presencia suya
y sin sus manos,
mías.
En las noches calladas la duda interrogando.
Vacilantes,
nos presagiábamos entre los claroscuros.


CANTO IV

Yo te invoco desde mi desguarnecido cenit,
desde los plañideros territorios de los sauces
atentos a los códigos secretos de un mandala.
Que el viento no te circunde con sus brumas astrales,
ni te detenga al pie de oscuros abedules
con la arcaica evocación del amor fugitivo.
El rostro de Selene nos sonríe
y desde su mutismo
veo las deflagraciones de tu corazón en llamas.

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©MAR
27/03/2012
Revisado 20/09/2024