Editorial Alaire

Soberbia

Unos se vanaglorian de su vida
con sus trajes modernos y sus joyas,
sus coches deportivos y sus cuentas.

Otros son los sin techo.
Duermen en soportales
de alguna iglesia fría sin estufas.

Pereza

Para algunos el ocio es un regalo.
Pueden ir al teatro,
viajar siempre que quieran.
Vagan en sus salones sin excusas.

Para otros el ocio es un castigo.
Deambulan sin empleo por la orilla
de un río consagrado a lo sombrío.
.
Envidia

¿Quién compra los regalos más lucidos?
¿Quién se sabe por siempre invulnerable?

Mientras unos disfrutan de las luces,
los turrones y el calor
otros contemplan tristes y con lágrimas
cómo no llegan casi a fin de mes.

Lujuria

Unos inventan formas de placer,
con más refinamiento cada vez.

Otros en soledad sin nadie cerca.
Con frío entre la piel,
con los huesos de angustia existencial
y de temor.

Ira

La gente grita fuerte su valor,
para soñar que todo está perfecto.

Otros no tienen voz, son censurados.
Se aplasta su existencia sin disfraces.

Gula

Turrones, mazapanes, polvorones.
Bombones, panetones, mantecados.
Glorias, dulces todos sibaritas.
Mariscos, embutidos, quesos varios.
Salsas, pescados, carnes.
Cocina de vanguardia.

Los bancos de alimentos, las campañas.
El hambre entre la gente sin trabajo.

Avaricia

El Ibex 35, lo bursátil,
el Nasdaq, el Euribor.
Las casas, los diamantes.
Los yates, las mansiones, palacetes.
Paraísos fiscales.

La inflación, el sueldo mínimo, subsidios.
Hipotecas de barro, los desahucios.
Las subastas, las deudas, fondos buitres.
En la desposesión está el escape
de una existencia triste ya vacía.

Dentro de lo pequeño habita el cambio.
Carece de sentido acumular
pues nada nos llevamos al morir.

Todo se queda aquí, vamos desnudos...


Ana Muela Sopeña

La poesía social y de denuncia es más necesaria que nunca en estos tiempos de consumismo y digitalización absurda de la vida, de deshumanización aniquiladora. Enhorabuena Ana! Un abrazo muy fuerte y felices fiestas!

La Navidad nunca será igual para todos. Si juntamos "los siete pecados capitales", los maquillamos y nos mentimos hasta a nosotros mismos, podemos encender las luces y decorar nuestra instranscendencia.
Nunca le di más importancia a estas fechas que a las anteriores o posteriores. Mis árboles de Navidad, de Pascua o de San Juan siguen plantados en la montaña y decorados según las estaciones... y yo sigo disfrutando cuando los observo.
Muy buena tu mirada y este poema, Ana, que llega, y en la fecha adecuada.
Un abrazo desde mi aldea.

Hola Ana
Tu poema viene muy a cuento en estas fechas
consumistas.
Me ha gustado esa estructura de seguir la ruta de los pecados capitales.
Alguna vez he pensado hacer algo parecido.
Un abrazo

Todo viene en esta cesta navideña en revoltijo de contradicciones. No está de más tenerlo en cuenta y recordarlo.

No comenté este poema, Ana.
Es una gran contradicción estar felicitándonos la Navidad con el dispendio económico que conlleva y los sentimientos dispares que provoca.
Muy acertado mencionar estos siete pecados capitales, porque en todos caeremos y, como cada Navidad repetiremos.

Aun así, haremos regalos, prepararemos platos especiales y sobre todo, disfrutaremos de la compañía de nuestras familias.

Felices días, Ana, abrazos fuertes y un besazo.

Esta es Ana, tan libre y tan real.
Gracias por compartir, abrazos mediterráneos.

El mundo de los contrastes hecho poema. Así ha sido y será siempre.
Lo único que pido en estas fechas es no pisar el hospital, ya sea por mi o por mi madre. Todo lo demás me da igual. No soy muy navideña.
Un beso .

Sea la fecha que sea, estiamada amiga, los contrastes que poetizas, desgraciadamente, son evidentes.
Un beso y que pases felices fiestas.

Gracias, Pascual, por venir.

Muchas gracias por tus palabras.

Un beso grande
Ana

Es la parte de la vida tan triste de mirar. Tus reflexiones son muy acertadas.
Un abrazo grande y salud

Hoy 24 de Diciembre, 2024, una tarde encantadora, nieva. Estamos los niños y yo, estamos en paz. No hay Santa Claus. Y hasta los reyes magos junto a sus camellos se han metido en el libro de las mill y una noche. La incarnacion nos regala preguntas, como: cuando despierta el espíritu dentro del niño? O es una esencia que fluye simultáneamente desde la concepción? El niño del pesebre aquel, lo mataron siendo un hombre joven. En el tiempo de Jesús de Nazareno
no se celebraba el cumpleaños de nadie, quizá algún rey que pide adulaciones y la cabeza de quien sea , le honran con una gran fiesta. Qué es el nacimiento y qué es la muerte de Jesús y de cada uno de nosotros? Qué cruel y qué triste es la Navidad! Qué invento para los niños, todos bellos, todos buenos! Qué angustia para los pobres! Qué fajada de billetes para los comerciantes de sueños y de ilusiones! Qué buena excusa para emborrachar la vida de sentimentalismo y alcohol. Me parece interesante que los siete pecados cardinales de la Iglesia Católica sean conectados en tu poema desgarrador, querida Ana. Sin embargo, nuestro invento de Navidad es maravilloso como celebración de la familia. Mi nietos y yo reconocemos la fantasía espectacular de la Navidad, pero sin conectar a Cristo Jesús con ningún aspecto navideño . Un abrazo con mucho cariño, Ana. Roxane

Gracias, Alonso, por tu atenta lectura:

Me encanta lo que dices sobre tus árboles de Navidad. Es precioso.

Un abrazo
Ana

Tremendo poema no tanto por su estrutura o lenguaje o fluideces varias, que también, aunque en ti eso se da ya por supuesto. Tremendo porque su crudeza va de cruda verdad: aquí hay Verdad, mucha más, al menos, que en tanta manifestación vacua y contradictoria, además de consumista, de las celebraciones as usual. Y lo que deberíamos plantearnos todos es: ante la verdad, qué hace uno? Por dónde andan los principios de solidaridad, justicia, responsabilidad y etcétera? ¿Cuál es nuestra ética, no ya la navideña, sino la de todo el año?
Texto, el tuyo, de obligada lectura, aquí y en cada escuela.

Una abraçada.

Gracias, Carmen, por tus palabras:

Un beso grande
Ana