Editorial Alaire

AMANECÍA

A Julio Bonal y su entrañable poesía


Era una tarde esquiva. En aquella curva las luces migraron y la puerta batiente me golpeó como una ola de tiempo
sobre mi cuerpo. Olvidé hacia dónde correría y así, en el umbral serví
al atasco y a la pausa oculta de aquel crepúsculo que convertía mis horas en hipertrofia. Creció mi silencio. Creció la noche. Creció el sueño. Creció un ala que barría el trecho en el borde de mi cabeza.

Mis nociones se escurrieron de aquella herida. La vida se había abierto. Y recogí mi cuerpo herido en la tumba. Llovió, llovió hasta que se secaron mis huesos, hasta las ondas erosivas de la arena. Hasta el tiempo profundo y afónico, hasta el silencio de Dios.

Despuntaba el alba. No muy lejos el mundo agoniza como un viejo león. Sobre la parasela de la historia una percha plegable giratoria escurría el sudor y la sangre de insignias. En el fondo del desvelo, cerca, terriblemente cerca del sol.

E.R.Aristy

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Una obra, estimada ERA, donde te has lucido en el verso. Moderno, arrebatador por la emoción que me ha embargado al leerte. Tienes, innato, el decir. Cuando te dejas llevar por el sistema límbico, no por el intelecto, haces cosas maravillosas.
Un abrazo querida amiga, bendiciones.

Coincido con Armilo, una obra que emociona en su transcurso hacia ese maravilloso silencio de Dios, donde amanece un cierre encantador que deja un bello regusto.
Enhorabuena, me gustó mucho

Hola ERA
Maravilloso poema, me ha emocionado tanto!!
Las puertas batientes golpean todo y hacen crecer muchas cosas.
Se abre la vida para recoger mi cuerpo lastimado.
Gracias. Un abrazo

Palabra, palabra que fluye y en vez de torrentizarse va arremansándose hasta este, ya no fluyente, sino clamante silencio final, final que es sólo principio o incluso, tal vez, origen de toda fluencia habida: dicen los de la Cábala que todas las palabras viene o están ya contenidas en el tetragramaton, quizá, aunque anda por ahí lo que no se sabe ni se puede saber y a lo mejor ni hace falta: ante Dios sin Dios, ha sido dicho. A nosotros, minúsculas hormiguitas sobre diminuto redondel astral, nos queda la palabra. Una de tus más bellas composiciones si puede decirlo alguien que se pierde aquí muchas cosas. Sucede que los corazones no sólo hablan, retruenan, y es bueno después de leer, recogerse en silencio. Callo.

Una abraçada d'aigua a aigua.

Armilo Brotón escribió: ↑Vie, 29 Nov 2024 14:12 Una obra, estimada ERA, donde te has lucido en el verso. Moderno, arrebatador por la emoción que me ha embargado al leerte. Tienes, innato, el decir. Cuando te dejas llevar por el sistema límbico, no por el intelecto, haces cosas maravillosas.
Un abrazo querida amiga, bendiciones.

Hay un tiempo para cada cosa. Me alegra tu visita y me animan tus palabras querido Armilo. Abrazos

Jorge Salvador escribió: ↑Vie, 29 Nov 2024 14:28 Coincido con Armilo, una obra que emociona en su transcurso hacia ese maravilloso silencio de Dios, donde amanece un cierre encantador que deja un bello regusto.
Enhorabuena, me gustó mucho

Me alegra que nos regocijamos en esa paz, amigo poeta!