cambiar la escena o el paisaje,
bajo tela de juicio,
quién expulsa su alma,
demonios contra el folio,
de lunes a domingo,
quién cronometra el alba,
la centella del tiempo
sin unidad de tiempo,
quién puede regresar a otra época
sin un margen de historia,
quién puede detallar el sendero del viento,
quién abrir la semilla sin oquedad ni luz,
quién apreciar el arte entre el desorden,
quién oprime la piel con un pellizco,
quién ha estado en el aire,
quién en la destrucción,
quién estuvo en sus versos, o en los clásicos,
quién puede imaginar lo que debe a la vida.
Quién puede perdonar lo que alguien le dice que perdone,
quién nos dice en las crisis
que nos tranquilicemos,
quién intercede siempre en nuestras discusiones,
quién se calla, cuándo explota,
a quién tratan de loco,
quién se aleja profundamente,
quién se aproxima al borde del abismo, y por qué lo hace,
quién se mantiene íntegro tan solo en ciertos sitios,
quién hace solo el bien para ayudar,
quién conoce la procedencia
del mal,
quién une los contrarios,
quién pierde la razón por insistencia,
quién cambia su discurso porque alguien se lo ha dicho,
quién abraza el dinero que ha gastado,
quién se pregunta cosas inventadas,
quién cruza realidades y quimeras.
Quién sabe quién es quién,
quién observa todo desde fuera,
quién nos abre la mente,
quién le ha puesto nombre a las palabras,
qué significa quién,
quién muere que no esté en boca de los otros,
quién se repite tanto como para olvidar a los demás,
quién deshoja el ambiente,
quién es la sensación
que te dice quién eres.