Una punta de negro picón

Poemas en verso y/o en prosa de cualquier estructura y/o combinación.

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Alejandro Costa
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Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por Alejandro Costa »

Cae lluvia sobre las tejas de arcilla y musgo
y la veo resbalar sobre los cristales
como lágrimas dormidas en la madera carcomida.

Es invierno, de esos que el frío te aprieta,
te desordena si no estás junto al brasero.
Es entonces cuando la tea enciende el negro picón,
y las brasas endulzan el calor de tu cuerpo helado.

Y sientes sobre tus piernas el manto de la mesa camilla,
al frío huir en busca de cobijo por cualquier rincón
en espera de un nuevo ataque,
hasta que tu cuerpo se acurruque en un colchón de borra
y sienta el calor de esa bolsa de agua caliente
qué mamá removió por las frías sábanas almidonadas.

Oyes golpear la lluvia sobre la repisa de una ventana
castigada por los años,
y sientes sobre tu cabeza desprotegida de calor
un chorro de aire húmedo
que la vieja madera es incapaz de evitar.

Te sientes, grande, protegido, seguro y abrigado,
y escuchas el lamento de un suave viento
al que la fina lluvia castiga.

Entre oscuridad y cansancio te duermes
tras escuchar la nana de unas ramas de árboles amigos
y de sus hojas bailando un vals,
bajo el llanto húmedo del cielo.

Y sueñas con dibujarlo todo por la mañana,
en tus hojas de papel arrugado,
con los lápices de colores arruinados de tamaño,
con tu cuerpo abrigado por un pijama de lana
y las piernas calientes en la mesa camilla.

Pero tus ojos ya no son los mismos de ayer,
mamá hace mucho tiempo que no prepara el brasero,
no calienta la cama,
el colchón ya no se alimenta de borra,
no cruje el somier de madera vieja ni de muelles hundidos,
no hay goteras,
ni existe madera podrida en un marco de aluminio.

Más aún buscas en la pared,
algún resquicio por donde salga un chorro de aire fresco.
Es entonces cuando te sientes de nuevo niño,
grande y abrigado,
pero, al mirar tras los cristales de la ventana,
no ves a tus amigos los árboles,
sus viejas ramas,
sus hojas dormidas cuando volaban en otoño,
el respirar fresco y puro de cualquier despertar de mañana,
el cielo azulado y bello pintado en un lienzo infinito,
tus pequeñas manos de fina piel…

Y desnudo, cabizbajo y en añoranza,
te separas de la ventana,
ahuyentas los viejos recuerdos y retornas a la realidad.

Y te das cuenta que aún tienes un sueño pendiente,
dibujarlo todo esta mañana,
pero no dispones de aquellos diminutos lápices de colores,
y estos, de mayor calidad y tamaño,
no valen para la imagen que ahora ven tus cansados ojos.

Así que abres la cajita de los tesoros,
donde antaño guardabas,
escondida entre huecos de pared y sueños de niño,
una punta de negro picón
con la que dibujar el paisaje de hoy.

El de antes, lo guardarás en la retina,
en la memoria,
y en el recuerdo de un niño sin necesidad de nada para ser feliz.

Tan solo te queda ya esa imagen en la memoria
y una cajita con una punta de negro picón.
Salud, paz y felicidad.



No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.…


Me sobra el corazón (Miguel Hernández)
E. R. Aristy
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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por E. R. Aristy »

Alejandro Costa escribió: Jue, 07 Nov 2024 1:30 Cae lluvia sobre las tejas de arcilla y musgo
y la veo resbalar sobre los cristales
como lágrimas dormidas en la madera carcomida.

Es invierno, de esos que el frío te aprieta,
te desordena si no estás junto al brasero.
Es entonces cuando la tea enciende el negro picón,
y las brasas endulzan el calor de tu cuerpo helado.

Y sientes sobre tus piernas el manto de la mesa camilla,
al frío huir en busca de cobijo por cualquier rincón
en espera de un nuevo ataque,
hasta que tu cuerpo se acurruque en un colchón de borra
y sienta el calor de esa bolsa de agua caliente
qué mamá removió por las frías sábanas almidonadas.

Oyes golpear la lluvia sobre la repisa de una ventana
castigada por los años,
y sientes sobre tu cabeza desprotegida de calor
un chorro de aire húmedo
que la vieja madera es incapaz de evitar.

Te sientes, grande, protegido, seguro y abrigado,
y escuchas el lamento de un suave viento
al que la fina lluvia castiga.

Entre oscuridad y cansancio te duermes
tras escuchar la nana de unas ramas de árboles amigos
y de sus hojas bailando un vals,
bajo el llanto húmedo del cielo.

Y sueñas con dibujarlo todo por la mañana,
en tus hojas de papel arrugado,
con los lápices de colores arruinados de tamaño,
con tu cuerpo abrigado por un pijama de lana
y las piernas calientes en la mesa camilla.

Pero tus ojos ya no son los mismos de ayer,
mamá hace mucho tiempo que no prepara el brasero,
no calienta la cama,
el colchón ya no se alimenta de borra,
no cruje el somier de madera vieja ni de muelles hundidos,
no hay goteras,
ni existe madera podrida en un marco de aluminio.

Más aún buscas en la pared,
algún resquicio por donde salga un chorro de aire fresco.
Es entonces cuando te sientes de nuevo niño,
grande y abrigado,
pero, al mirar tras los cristales de la ventana,
no ves a tus amigos los árboles,
sus viejas ramas,
sus hojas dormidas cuando volaban en otoño,
el respirar fresco y puro de cualquier despertar de mañana,
el cielo azulado y bello pintado en un lienzo infinito,
tus pequeñas manos de fina piel…

Y desnudo, cabizbajo y en añoranza,
te separas de la ventana,
ahuyentas los viejos recuerdos y retornas a la realidad.

Y te das cuenta que aún tienes un sueño pendiente,
dibujarlo todo esta mañana,
pero no dispones de aquellos diminutos lápices de colores,
y estos, de mayor calidad y tamaño,
no valen para la imagen que ahora ven tus cansados ojos.

Así que abres la cajita de los tesoros,
donde antaño guardabas,
escondida entre huecos de pared y sueños de niño,
una punta de negro picón
con la que dibujar el paisaje de hoy.

El de antes, lo guardarás en la retina,
en la memoria,
y en el recuerdo de un niño sin necesidad de nada para ser feliz.

Tan solo te queda ya esa imagen en la memoria
y una cajita con una punta de negro picón.
Extraordinario, magnífico y mágico poema, Alejandro! Logras revivir las emociones, los sentimientos, con un pulso inspirado, alerta, cons ciente que hay cambios, hay también el perdurable esplendor de la poesía del amor y nuestro idilio con el entorno. Un poema de rica mirada. Te felicito, Alejandro. Abrazos
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E.R.A.
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Ana García
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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por Ana García »

Madre mía, que maravilla de poema!
Me has hecho sentir y ver el calor del brasero, el frío que atraviesa la madera de la ventana y, al niño aquél abrazado a las frazadas para dormir calentito.
Has sabido transmitir la nostalgia más pura, la felicidad de tu niñez y la dulzura de una madre pendiente de su hijo.
Te felicito por esta maravilla.
Un abrazo.
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Alejandro Costa
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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por Alejandro Costa »

E. R. Aristy escribió: Jue, 07 Nov 2024 22:57
Alejandro Costa escribió: Jue, 07 Nov 2024 1:30 Cae lluvia sobre las tejas de arcilla y musgo
y la veo resbalar sobre los cristales
como lágrimas dormidas en la madera carcomida.

Es invierno, de esos que el frío te aprieta,
te desordena si no estás junto al brasero.
Es entonces cuando la tea enciende el negro picón,
y las brasas endulzan el calor de tu cuerpo helado.

Y sientes sobre tus piernas el manto de la mesa camilla,
al frío huir en busca de cobijo por cualquier rincón
en espera de un nuevo ataque,
hasta que tu cuerpo se acurruque en un colchón de borra
y sienta el calor de esa bolsa de agua caliente
qué mamá removió por las frías sábanas almidonadas.

Oyes golpear la lluvia sobre la repisa de una ventana
castigada por los años,
y sientes sobre tu cabeza desprotegida de calor
un chorro de aire húmedo
que la vieja madera es incapaz de evitar.

Te sientes, grande, protegido, seguro y abrigado,
y escuchas el lamento de un suave viento
al que la fina lluvia castiga.

Entre oscuridad y cansancio te duermes
tras escuchar la nana de unas ramas de árboles amigos
y de sus hojas bailando un vals,
bajo el llanto húmedo del cielo.

Y sueñas con dibujarlo todo por la mañana,
en tus hojas de papel arrugado,
con los lápices de colores arruinados de tamaño,
con tu cuerpo abrigado por un pijama de lana
y las piernas calientes en la mesa camilla.

Pero tus ojos ya no son los mismos de ayer,
mamá hace mucho tiempo que no prepara el brasero,
no calienta la cama,
el colchón ya no se alimenta de borra,
no cruje el somier de madera vieja ni de muelles hundidos,
no hay goteras,
ni existe madera podrida en un marco de aluminio.

Más aún buscas en la pared,
algún resquicio por donde salga un chorro de aire fresco.
Es entonces cuando te sientes de nuevo niño,
grande y abrigado,
pero, al mirar tras los cristales de la ventana,
no ves a tus amigos los árboles,
sus viejas ramas,
sus hojas dormidas cuando volaban en otoño,
el respirar fresco y puro de cualquier despertar de mañana,
el cielo azulado y bello pintado en un lienzo infinito,
tus pequeñas manos de fina piel…

Y desnudo, cabizbajo y en añoranza,
te separas de la ventana,
ahuyentas los viejos recuerdos y retornas a la realidad.

Y te das cuenta que aún tienes un sueño pendiente,
dibujarlo todo esta mañana,
pero no dispones de aquellos diminutos lápices de colores,
y estos, de mayor calidad y tamaño,
no valen para la imagen que ahora ven tus cansados ojos.

Así que abres la cajita de los tesoros,
donde antaño guardabas,
escondida entre huecos de pared y sueños de niño,
una punta de negro picón
con la que dibujar el paisaje de hoy.

El de antes, lo guardarás en la retina,
en la memoria,
y en el recuerdo de un niño sin necesidad de nada para ser feliz.

Tan solo te queda ya esa imagen en la memoria
y una cajita con una punta de negro picón.
Extraordinario, magnífico y mágico poema, Alejandro! Logras revivir las emociones, los sentimientos, con un pulso inspirado, alerta, cons ciente que hay cambios, hay también el perdurable esplendor de la poesía del amor y nuestro idilio con el entorno. Un poema de rica mirada. Te felicito, Alejandro. Abrazos
Gracias, mi encantadora Roxanne.

Celebro que así lo vieras.

Un beso.

Salud, paz y felicidad.
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No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.…


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Ramón Carballal
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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por Ramón Carballal »

Un poema escrito con maestría, nostalgia por aquellos tiempos de la niñez en que el frío se combatía con brasero y bolsa de agua caliente y la lluvia se contemplaba a través de los cristales con ojos de infancia. Muy bueno. Felicidades y un abrazo.
http://laverdadazul59.blogspot.com/

"El poema eres tú recomponiendo el espejo que cada día rompes".

"Comprender es unificar lo invisible".

"Elijo la lluvia, porque al derramarse, muere".

"El mar está aquí, en tu silencio".
Pilar Morte
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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por Pilar Morte »

Me ha emocionado tu poema y me ha hecho revivir un pasado donde las carencias no eran contempladas como tal, sino que se resolvían con calores naturales.
Es un poema muy bueno e impregnado de una sensibilidad especial del que tuvo una infancia feliz. Me ha encantado. Gracias por compartir tus sentimientos.
Un abrazo grande y felicidad
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F. Enrique
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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por F. Enrique »

Un bello canto a la nostalgia; miramos atrás y no sabemos lo que nos duele, es el deseo de aprehender lo perdido.

Un abrazo.
Los besos por escrito no llegan, se los beben los fantasmas por el camino.
(Franz Kafka)

https://vampirosypoetas.blogspot.com/20 ... oesia.html

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Marisa Peral
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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por Marisa Peral »

He leído este poema con devoción, añoranza y muchos recuerdos idénticos que me han empañado las gafas.
¡Qué poco hacía falta para ser felices!

Me guardo en el corazón esa cajita con una punta de negro picón.

Enhorabuena y gracias por este inmenso poema, Alejandro.

Besos.
—-
Marisa Peral Sánchez

¡Nunca te dejes poner
el tornillo que te falta.
Corre y se feliz!

—-
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Alejandro Costa
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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por Alejandro Costa »

Ana García escribió: Vie, 08 Nov 2024 6:54 Madre mía, que maravilla de poema!
Me has hecho sentir y ver el calor del brasero, el frío que atraviesa la madera de la ventana y, al niño aquél abrazado a las frazadas para dormir calentito.
Has sabido transmitir la nostalgia más pura, la felicidad de tu niñez y la dulzura de una madre pendiente de su hijo.
Te felicito por esta maravilla.
Un abrazo.
Gracias Anita.

Me alegra saber que así lo has visto.

Cuídate, tesoro.

Un besazo desde el alma.

Salud, paz y felicidad.
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No sé por qué, no sé por qué ni cómo
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Ramón Castro Méndez
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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por Ramón Castro Méndez »

Un poema lleno de nostalgia. Me recuerda algún episodio de mi niñez en determinada casa y aquellos inviernos que eran tan fríos. Cambio la bolsa de agua por un ladrillo o canto rodado.

Un placer de lectura, Alejandro.
Felicidades.

Un fuerte abrazo.
"¿Dices
que te tortura el no poder escribir
o que
no puedes escribir porque estás torturado?
¿Dices
que estos tiempos te han convertido en un escéptico
o que
estos tiempos confirman tu escepticismo?

SAM SHEPARD
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Alejandro Costa
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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por Alejandro Costa »

Ramón Carballal escribió: Mié, 13 Nov 2024 11:15 Un poema escrito con maestría, nostalgia por aquellos tiempos de la niñez en que el frío se combatía con brasero y bolsa de agua caliente y la lluvia se contemplaba a través de los cristales con ojos de infancia. Muy bueno. Felicidades y un abrazo.
¿Sabes?

Teníamos muchas carencias. Apenas una poca comodidad y un nada de lujo en nuestras vidas.

Pero teníamos paz, amistad, cariño y familia. Hoy, prácticamente todo ha desaparecido. A cambio, tenemos televisores de 65 pulgadas y alta gama, un móvil que es más listo que nosotros, internet que nos cuenta de todo, bueno, malo y falso. Un coche que no necesita llave, ni para abrirlo, ni para arrancarlo, y que a veces se le habla y te responde. ¡Qué maravilla!

Tenemos cielos contaminados, discusiones políticas, amenazas de misiles nucleares, enfermedades antes desconocidas, cambio climático... pero no tenemos amor. Esa palabra habría que eliminarla de los diccionarios. Como nuestra pasada vida, se quedó anticuada y en el recuerdo de unos pocos.

Pero aún nos quedan personas en quienes confiar y amigos en los que apoyarnos, en este mundo depravado.

Gracias, amigo.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.
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Alejandro Costa
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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por Alejandro Costa »

Pilar Morte escribió: Mié, 13 Nov 2024 12:05 Me ha emocionado tu poema y me ha hecho revivir un pasado donde las carencias no eran contempladas como tal, sino que se resolvían con calores naturales.
Es un poema muy bueno e impregnado de una sensibilidad especial del que tuvo una infancia feliz. Me ha encantado. Gracias por compartir tus sentimientos.
Un abrazo grande y felicidad
Eres muy amable, Pilar.

Conforme cumplo años, voy recordando, con cariño y nostalgia, aquellos tiempos tan inocentes.

Gracias.

Un beso.

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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por Alejandro Costa »

F. Enrique escribió: Jue, 14 Nov 2024 9:12 Un bello canto a la nostalgia; miramos atrás y no sabemos lo que nos duele, es el deseo de aprehender lo perdido.

Un abrazo.
Gracias por tu visita y comentario.

Ha sido un placer recibirte.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.
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F. Enrique
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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por F. Enrique »




Sí mi niñez, ya fábula de fuentes,
(Jorge Guillén)

Un abrazo.
Los besos por escrito no llegan, se los beben los fantasmas por el camino.
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Re: Una punta de negro picón

Mensaje sin leer por Alejandro Costa »

Marisa Peral escribió: Jue, 14 Nov 2024 19:31 He leído este poema con devoción, añoranza y muchos recuerdos idénticos que me han empañado las gafas.
¡Qué poco hacía falta para ser felices!

Me guardo en el corazón esa cajita con una punta de negro picón.

Enhorabuena y gracias por este inmenso poema, Alejandro.

Besos.
Gracias, Marisa.

Los jóvenes de hoy en día no saben valorarlo, porque nunca lo han vivido.

Mil besos.

Salud, paz y felicidad.
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