Editorial Alaire

dejártela en las manos
un corazón latiendo rojo de sangre
con manos trepidando en tu boca
carearse entre el mar y el despeñadero
escudriñar la calma


verbo
abrazo íntimo


hueco de las entrañas que se asoma
cómo sugerir qué necesito un oído
qué abras la ventana
y calles mi silencio
el candil no baje su lumbre
entre tus ojos y mis labios

verbo
abrazo íntimo


hueco de las entrañas que se asoma
cómo sugerir que necesito un oído
que abras la ventana
y calles mi silencio
el candil no baje su lumbre
entre tus ojos y mis labios
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Buena presentación. Bienvenida, Clarisa.

Blanca

Hermoso trabajo Clarisa!

Bienllegada seas,

Hallie

Bienvenida, amiga Clarisa, esperemos que te sientas bien entre nosotros compartiendo poesía.
Recibe un cordial saludo.

Un gusto pasar por tu ventana. Saludos cordiales.

Clarisa Vitantonio escribió: el candil no baje su lumbre
entre tus ojos y mis labios

¡ Clarisa !!, bienvenida.

Me ha gustado mucho este poema que discurre en una atmosfera muy sosegada.
Los dos versos finales son de una calidéz e inspiración enormes. Son dos versos muy hermosos.

Te felicito.
Mis mejores saludos. Nos seguimos viendo


.

Bienvenida querida amiga.

Conozco de primera mano tu poesía, no tengo mucho que decirte al respecto, porque ya sabes lo que pienso.

Que bueno es verte, también, por aquí.

Un beso.

Gio.

Hola a todos y gracias por darme la bienvenida. Algunos somos veijos conocidos de los foros y blogs y otros espero que seamos nuevos conocidos de las palabras.
Un besazo y gracias por pasar por aquí y arrullarme en las palabra.
Clarisa

Bienvenida Clarisa, el poema viene como anillo al dedo.
Supongo que tienes razón, la palabra necesita expandirse, abrir el secreto que sujetan los ojos, el secreto que guardan las miradas, mucho mayor que el que puede albergar el poeta.

Un placer amiga, mi sincero abrazo.

Luis Oroz.