Hay cementerios abandonados semejantes a cuanto nos propusimos. Confundimos amor y viento. Desolación. Oigo un llanto lejano y, eres tú.
OIGO tu voz solo aire ausencia vino perdido oigo tu voz sollozos y solo la tristeza puede ya unirnos un instante nos reclama un objeto perdido ausente de la vida que permite asomarnos al hueco que aliviamos algo necesitamos ya fuera de nosotros como un hijo que reclama cariño desoladamente.
¿Quién perforó tus ojos, descarnados puentes, y te cubrió de llagas secas?
Signos de violencia destruyen tu futuro.
Despiadada sombra, castigo de tus hijos,
ríes ensangrentado
y aúllas por esos corredores sin fondo.