Hombre solo

[Francisco Lobo]

Hombre solo

Aquel día no hubo paz ni luz
y le hervía en la sangre cal negra, oscuridad
en tanto caminaba en la playa
manchado de suicidio.
Era como tú, un hombre solo. Míralo
en la orilla del agua, hacia el acantilado,
igual que el viento
sobre la espuma de las olas altas:
naufrago hacia las piedras de la arena,
unido al mar, rendido a su destino.
Rotos los estandartes del crepúsculo,
lánguidamente miró un cielo negro
que parecía un buitre sonando
y a resonantes rizos de ondas de agua
con ojos lentos de una tristeza imposible.
Desgarraban las sombras con sus raíces poderosas
la playa y las rocas del acantilado,
donde él habría de ser gaviota, ala, sangre,
muerte y acabamiento.
El frío era peces de hielo clavados en sus carnes.
Quiso, pero llegó la hora y no estabas.
Mujer, te pareces a las olas en tu ímpetu de entrega,
pero no estabas,
pero no estabas sino perdida en su mar
oceánica
como un corcho a la deriva,
en las olas de la silente profundidad de su alma,
en el insondable mar
de su dolor infinito.

[F. Enrique]

Tu gran poema es terrible y sobrecogedor.

Un abrazo.

[Marisa Peral]

Excelente y sobrecogedor poema, amigo Paco.
Versos extremadamente duros y con un final que deja el corazón arrugado y triste.

Felicidades y un abrazo grande.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Me parece un obra mayúscula y desoladora este "Hombre solo" en camino al "acabamiento".

No sé... por destacar algo, aunque todo el poema es para enmarcar:

"Desgarraban las sombras con sus raíces poderosas
la playa y las rocas del acantilado,
donde él habría de ser gaviota, ala, sangre,
muerte y acabamiento"

Todo un placer de lectura, hermano Lobo.

Un abrazo de verano.

[Alejandro Costa]

Desgarradora y bellísima obra nos dejas, compañero.

Una maravilla.

Me ha encantado.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

[Pilar Morte]

Es genial este poema a pesar de la dureza y la tristeza que lo acompaña. Lo catalogaría como de lo mejor que se ha escrito de este tema. Se siente profundamente. Felicidades.
Un abrazo grande y salud

[Ana Muela Sopeña]

Maravilloso poema en su desgarro y desolación, Paco:

Transmites todas las emociones de un modo terrible y magistral.

Enhorabuena
Aplausos
Ana

[Ramón Carballal]

Este hombre solo trasciende más allá de su individualidad, tiene vocación universal. Un poema de mucha altura escrito con tu habitual maestría. Enhorabuena y un abrazo.

[E. R. Aristy]

Hombre solo

Aquel día no hubo paz ni luz
y le hervía en la sangre cal negra, oscuridad
en tanto caminaba en la playa
manchado de suicidio.
Era como tú, un hombre solo. Míralo
en la orilla del agua, hacia el acantilado,
igual que el viento
sobre la espuma de las olas altas:
naufrago hacia las piedras de la arena,
unido al mar, rendido a su destino.
Rotos los estandartes del crepúsculo,
lánguidamente miró un cielo negro
que parecía un buitre sonando
y a resonantes rizos de ondas de agua
con ojos lentos de una tristeza imposible.
Desgarraban las sombras con sus raíces poderosas
la playa y las rocas del acantilado,
donde él habría de ser gaviota, ala, sangre,
muerte y acabamiento.
El frío era peces de hielo clavados en sus carnes.
Quiso, pero llegó la hora y no estabas.
Mujer, te pareces a las olas en tu ímpetu de entrega,
pero no estabas,
pero no estabas sino perdida en su mar
oceánica
como un corcho a la deriva,
en las olas de la silente profundidad de su alma,
en el insondable mar
de su dolor infinito.

Un poema excelente en voz y forma. Francamente de lo mejor que he leído en mi vida. Abrazos, Francisco Lobo.

[Concha Vidal]

Hombre solo

Aquel día no hubo paz ni luz
y le hervía en la sangre cal negra, oscuridad
en tanto caminaba en la playa
manchado de suicidio.
Era como tú, un hombre solo. Míralo
en la orilla del agua, hacia el acantilado,
igual que el viento
sobre la espuma de las olas altas:
naufrago hacia las piedras de la arena,
unido al mar, rendido a su destino.
Rotos los estandartes del crepúsculo,
lánguidamente miró un cielo negro
que parecía un buitre sonando
y a resonantes rizos de ondas de agua
con ojos lentos de una tristeza imposible.
Desgarraban las sombras con sus raíces poderosas
la playa y las rocas del acantilado,
donde él habría de ser gaviota, ala, sangre,
muerte y acabamiento.
El frío era peces de hielo clavados en sus carnes.
Quiso, pero llegó la hora y no estabas.
Mujer, te pareces a las olas en tu ímpetu de entrega,
pero no estabas,
pero no estabas sino perdida en su mar
oceánica
como un corcho a la deriva,
en las olas de la silente profundidad de su alma,
en el insondable mar
de su dolor infinito.

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¡qué fuerte el poema, qué triste, qué sólo el hombre, qué hambre de la mujer-ola...!!
Y todo en el mar, a veces insondable, profundo pero siempre devuelve hasta las derivas de los corchos.
Mira Paco, es tan real,el poema, que tus palabras me han hecho ser el mar, la mujer y hasta las ganas de borrar el dolor del hombre sólo.
Uffff, abrazos alicantinamente mediterráneos.

[F. Enrique]

Vuelvo a leer tu poema una vez más, y no será la última, es un poema que vence al tiempo en su tragedia.

Un abrazo.

[Administración Alaire]

Enhorabuena, amigo Francisco, por el reconocimiento como Poema de la Semana a tu obra "Hombre solo".
Un cordial abrazo.

[Pilar Morte]

Me encantó el poema y me alegra que sea reconocido como poema de la semana. Felicidades, amigo Francisco.
Un abrazo grande

[Marisa Peral]

Me alegro muchísimo de que este poema de extraordinaria calidad presida el foro esta semana.
Felicidades, Paco, sin ninguna duda lo mereces.

Un fuerte abrazo.

[Carmen Moro Frías]

Hola Francisco, primero felicitarte por ser el poema semanal, pero sobre todo enhorabuena por el poema que atraviesa en toda su dureza una belleza total.
Un abrazo