Génesis
Publicado: Mié, 21 Ago 2024 9:59
Después de estar seis días
vagando por la eternidad
al séptimo
sintió la necesidad inaplazable
de copular con la nada
y nacer al otro lado
sin edad
sin procedencia alguna.
Abrumado por el peso desbordante
de la existencia
en su pecho enfebrecido de presagios
una gran náusea estalló
como un big-bang
y con las detonaciones del rayo
-tal vez solo despojos-
venció al espacio vacío
inundándolo
como estrellas que se dilatan
de olores agudos y mares tormentosos
y de palabras aún desnudas.
Y ahora que el tiempo respira
y es fiebre
de la que afloran linajes
y manantial brotando
a borbotones o rescoldo
de vivientes brasas
y sobre todo
sutil armonía del azar
no has de olvidar
aunque el futuro concuerde con la nada
y tus manos escarben en lo más tenue
de cuanto fue creado
y toquen el mundo y lo delaten
hasta convertirlo en una página en blanco
que no se puede regresar al vacío.
Recuérdalo
porque distinta es ya la vida
por la que entra la noche
como un trueno
y a través de las rendijas y orificios
y por debajo de las puertas
recorre hojas en blanco
casas insomnes
ciudades desprevenidas
y mundos en descomposición
y como una lengua de mar cavernoso
va lamiendo los rincones de las bocas
y las manos de los enfermos
y las espaldas de los cobardes
o abriendo boquetes
con su grito
entre los cuerpos de los amantes
y en el fragor de las palabras.
Recuérdalo
tú que tienes el desdén privativo
del poderoso
porque si quieres ser la serpiente
que invade el génesis
y oscurece el sol
hasta que se paran todos los relojes
hay certezas
que no abolirán las dudas
pero llevan el sello
de la fehaciente constatación:
la humedad que hace noche en la piedra
el rojo que araña el cielo
al despuntar el día
la confusión de los amantes
antes de salir del hotel
el universo fruto de una explosión
y sometido a las veleidades de la luz
y el golpe de azar que es la vida.
vagando por la eternidad
al séptimo
sintió la necesidad inaplazable
de copular con la nada
y nacer al otro lado
sin edad
sin procedencia alguna.
Abrumado por el peso desbordante
de la existencia
en su pecho enfebrecido de presagios
una gran náusea estalló
como un big-bang
y con las detonaciones del rayo
-tal vez solo despojos-
venció al espacio vacío
inundándolo
como estrellas que se dilatan
de olores agudos y mares tormentosos
y de palabras aún desnudas.
Y ahora que el tiempo respira
y es fiebre
de la que afloran linajes
y manantial brotando
a borbotones o rescoldo
de vivientes brasas
y sobre todo
sutil armonía del azar
no has de olvidar
aunque el futuro concuerde con la nada
y tus manos escarben en lo más tenue
de cuanto fue creado
y toquen el mundo y lo delaten
hasta convertirlo en una página en blanco
que no se puede regresar al vacío.
Recuérdalo
porque distinta es ya la vida
por la que entra la noche
como un trueno
y a través de las rendijas y orificios
y por debajo de las puertas
recorre hojas en blanco
casas insomnes
ciudades desprevenidas
y mundos en descomposición
y como una lengua de mar cavernoso
va lamiendo los rincones de las bocas
y las manos de los enfermos
y las espaldas de los cobardes
o abriendo boquetes
con su grito
entre los cuerpos de los amantes
y en el fragor de las palabras.
Recuérdalo
tú que tienes el desdén privativo
del poderoso
porque si quieres ser la serpiente
que invade el génesis
y oscurece el sol
hasta que se paran todos los relojes
hay certezas
que no abolirán las dudas
pero llevan el sello
de la fehaciente constatación:
la humedad que hace noche en la piedra
el rojo que araña el cielo
al despuntar el día
la confusión de los amantes
antes de salir del hotel
el universo fruto de una explosión
y sometido a las veleidades de la luz
y el golpe de azar que es la vida.