Editorial Alaire

Ovillo

No apareces ovillado, pero contemplo
que resbalas por el pozo de los malos pensamientos
y chapoteas en los lodos de ese fondo profundo,
pero aunque veas que te estás hundiendo
en un fango indescriptible,
no eres capaz de pedir socorro, ayuda
para salir de la mugre que con una lentitud
de tortura, te va engullendo.

No hay nada que hacer, el dolor te encoge
y hace que te vuelvas un repliegue,
un ovillo rodeado de malas hierbas
que se enroscan en tu cuerpo
y apareces con un silencioso grito
al igual que un monstruo del Hades.

Ese ovillo que atesoras,
presenta todas sus cuerdas
deshilachadas y rotas.
Ya es una tarea imposible anudar
lo que hipotéticamente uniría dos extremos.

El destrozo es tanto el agua y el tiempo
que han acabado por romper la única unión
que podría pegar ambos cabos.

Hola, Carmen:

Una alegoría perfecta sobre el caos emocional. Muy bien descrito ese proceso interno.

Me ha gustado tu poema de corte confesional.

Un beso
Ana

Hola Ana
Muchas gracias por tu comentario.
Muchos poemas son confesiones para pedir
reparar nuestros errores.
Un abrazo.

Hay veces que el dolor y el miedo a la soledad no te dejan ver la realidad y se hace imposible saber cómo desenmarañar un enredo.
Buen poema, Carmen, felicidades y un abrazo.

Hola Marisa
Gracias por tu sentido comentario y además cariñoso.
Un abrazo y buen domingo

Has utilizado ese ovillo como una alegoría a los problemas mentales que machacan al ser humano y a esas situaciones incontrolables que lo machacan.

El poema me ha gustado, pero creo que el final le da ese toque para convertirlo en algo más que tan solo un escrito en verso.

Me ha gustado.

Un beso.

Salud, paz y felicidad.

Hola Alejandro
Gracias por tu comentario, la gente sobrada ni muerta pide ayuda.
Un abrazo