Editorial Alaire

Tus verdes miradores
abren las puertas de la ausencia,
tus ijares,de curvas sinuosas,
son el reclamo hipnotizado
por donde cabalgan las manos atrevidas.

Como un voraz rompecabezas,
que desborda sus caudales de fatiga
sobre los arcos de las cejas,
así es la visión calidoscópica
en la que se enredan los sueños
cada vez que desean alcanzarte.

Y esta alquimia tuya
no es fruto derivado del alcohol
ni del sándalo que perfuma tus orillas.
Tal vez la panacea sea flor
nacida del volcánico lenguaje
cuando abre sus íntimos latidos
al abrazo de hielo que le ignora.

Porque si no es visible el eco de tu voz
no hay vibraciones,
y el zafiro encarnado en tus entrañas
luce menos que un anillo de papel.
*Andros

"Y esta alquimia tuya

no es fruto derivado del alcohol

ni del sándalo que perfuma tus orillas.

Tal vez la panacea sea flor

nacida del volcánico lenguaje

cuando abre sus íntimos latidos

al abrazo de hielo que le ignora."

Bonita estrofa, con un lenguaje muy cuidado.
Por eso me ha sorprendido, ijares, por alguna razón, pienso en Rocinante. Cachis, bueno, no me hagas mucho caso, está bien empleada. Me gusta el título. Y es que, desde siempre, me gustan los calidoscopios. Y seguramente por eso, también las canicas, las de cristal, digo, no las de barro : ))

Blanca

Me ha gustado leerte, estimado JL.
He disfrutado de un rítmico poema, con
lenguaje decidido y rica lexicografía.

Un abrazo.
Óscar

Gracias Blanca por tu comentario.

Perdona que no te contestase antes,se me pasó.

Ummmm.....

Gracias Öscar por tu lectura.

Siento no haberte agradecido antes tu paso por mis letras.

Un cordial abrazo.