Hombre azul (Variación de "Lágrimas azules")
Publicado: Sab, 11 May 2024 17:46
A Kukín, el hombre azul, uno de los nuestros.
Me duele la mudez patética de los tambores rotos,
las lágrimas azules del hombre azul.
Me duele el ancla uncida al cuello de las aves.
Duelen las rejas de la tierra
en el oscuro sueño de las arañas.
Me duele la vibrante caligrafía de la tarde
y al fondo el resplandor dorado
de aquella lancha inmóvil.
Los muelles así, bajo el cielo cargado,
parecen las hojas sucias de un cuchillo.
Los paisajes de un ciego
son los recuerdos que yo encubro;
las voces enigmáticas del revólver del desaliento.
Me duelen los hermanos de la noche
acercándose a mí,
emergiendo borrosos en el humo del tiempo.
Duelen las horas que ya fueron,
y el parpadeo de los ojos fríos
al pronunciar de nuevo la calle alucinada;
la sangre antigua
que empuja a flor de piel.
¡Cuántos rostros sentimos que iluminaron la ciudad!
Hoy me duele el hombre azul
que asciende en el mar hirviendo,
y flotando a la orilla de los años
respira en nosotros mugiendo espuma.
Kukín era un entrañable amigo mío de Ferrol, que murió el pasado martes 7 de mayo a los 55 años de edad.
Me duele la mudez patética de los tambores rotos,
las lágrimas azules del hombre azul.
Me duele el ancla uncida al cuello de las aves.
Duelen las rejas de la tierra
en el oscuro sueño de las arañas.
Me duele la vibrante caligrafía de la tarde
y al fondo el resplandor dorado
de aquella lancha inmóvil.
Los muelles así, bajo el cielo cargado,
parecen las hojas sucias de un cuchillo.
Los paisajes de un ciego
son los recuerdos que yo encubro;
las voces enigmáticas del revólver del desaliento.
Me duelen los hermanos de la noche
acercándose a mí,
emergiendo borrosos en el humo del tiempo.
Duelen las horas que ya fueron,
y el parpadeo de los ojos fríos
al pronunciar de nuevo la calle alucinada;
la sangre antigua
que empuja a flor de piel.
¡Cuántos rostros sentimos que iluminaron la ciudad!
Hoy me duele el hombre azul
que asciende en el mar hirviendo,
y flotando a la orilla de los años
respira en nosotros mugiendo espuma.
Kukín era un entrañable amigo mío de Ferrol, que murió el pasado martes 7 de mayo a los 55 años de edad.