Reclamo a Dios

[Óscar Distéfano]

Reclamo a Dios

He cruzado los mares sumergido entre peces hambrientos
y monstruos percatados de mi miedo, mundos inverosímiles
donde cualquier humana manifestación
—cualquier deseo reprimido que intentaba liberarse—
era una cadena herrumbrada paso a paso.

Me perseguían las manadas de cangrejos tenaces sus tenazas,
codiciosos de mis errores,
los fetos del atávico recuerdo,
las serpientes eléctricas de las pasiones imposibles,
envalentonados por mi doliente al avanzar.

Con todos los altares en mi pecho
ofrecí en martirio mis días malgastados
y una oración de sangre con su raíz de cuna.
Muchas decisiones erróneas fueron ahogadas
en los oscuros fondos,
bellos pulpos rabiosos me escupieron,
la presión me apretaba el esternón y la locura;
y hoy, ya libre de síndromes fantasmas,
pero aliviado por mi sexto sentido
—aunque de punta a punta he cruzado el mar,
aunque muy tarde he salido del mar—,
reclamo en soledad sobre la arena tibia:
¿por qué, Dios, me has negado el mar abierto de Moisés
y la esperanza de una tierra prometida?

[Ana García]

A estas alturas ya sabes lo que voy a decirte: ¡Eres un gran escritor!
No te pilla de primeras saber que con tus versos y tu forma de escribir nos haces partícipes de tus sentimientos.

Emprendemos viajes con mochilas muy pesadas y, pensamos que vamos a llegar a algún lugar donde podemos ser más felices. Yo lo intenté hace años, y volví peor de lo que me fui. No pude dejar atrás los recuerdos. Culpa mía no ver esa tierra prometida y ella me devolvió a mi lugar con una patada en...
Pocos son los que encuentran su lugar en cualquier sitio. Son los más dichosos.
Me hiciste recordar y, por ello te abrazo muyyyy fuerte.

[Raul Muñoz]

Me encanta el poema, Óscar, amigo. Tiene una voz muy propia, que ha madurado. Percibo resonancias en la búsqueda espiritual de la más honda enseñanza de San Juan de la Cruz, en su mística ascensión al Monte Carmelo. Parece ser, que estaba muy influenciado, Juan de Yepes ( el pobre que curaba llagas ) por el Libro de Job. A este libro me remite tu poema, que es muy bueno. Mi enhorabuena. Gracias por compartir.

Un abrazo.

[Alejandro Costa]

Es magnífico, Óscar.

Escribes de maravilla.

Cada verso se siente, te exprime los sentimientos al más alto nivel, te obliga a vivirlos.

Eso tan solo es capaz de crearlo un grandísimo poeta, como tú lo eres.

Me encanta leerte, porque sé que encuentro buena poesía y porque siempre saco alguna lección de tus letras.

Un fuerte abrazo, compañero.

Salud, paz y felicidad.

[Armilo Brotón]

¡Qué gran poema amigo! Celebro que hayas retomado con tanta fuerza el verso grande, el verso que conmueve, estoy de enhorabuena. ¡Albricias! Como bien dices.
A pesar de tus reticencias iniciales, hoy la composicón polimétrica se engrandece con tus creaciones, dechado de ritmo, cuidado impecable de la estrofa. Te releo.

Un gran abrazo

[Rafel Calle]

Me postulo junto a lo que dice Raúl Muñoz —gran comentarista de Alaire— y, claro está, elogio tu Reclamo... hasta considerarlo entre tus mejor obras, estimado Óscar.
Vaya mi enhorabuena junto a un fuerte abrazo.

[Marisa Peral]

¡Qué puedo decirte yo que no te hayan dicho los compañeros!
Eres un maestro, Óscar, me conmueve leerte y disfruto de la sabiduría de tus letras.
Enhorabuena por este "Reclamo"
Un fuerte abrazo.

[Carmela Viñas]

Grandioso tu poema de sinceridad abierta, de transparencia de alma, Óscar. Porque toca nuestra fibra más humana; las innumerables caídas con batallas perdidas y ganadas, mientras se siente lejos la recompensa divina. Pero, en esas preguntas retóricas está tu grandeza, la búsqueda trascendental que hallará, un día, respuestas.
Felicidades por esta gran obra.
Abrazos.

[Pilar Morte]

Un poema grande, grande, de una sinceridad que cala a lo más profundo del yo como si de una radiografía del sentimiento se hiciera presente. Felicidades, muchas.
Un abrazo grande y salud

[E. R. Aristy]

Reclamo a Dios

He cruzado los mares sumergido entre peces hambrientos
y monstruos percatados de mi miedo, mundos inverosímiles
donde cualquier humana manifestación
—cualquier deseo reprimido que intentaba liberarse—
era una cadena herrumbrada paso a paso.

Me perseguían las manadas de cangrejos tenaces sus tenazas,
codiciosos de mis errores,
los fetos del atávico recuerdo,
las serpientes eléctricas de las pasiones imposibles,
envalentonados por mi doliente al avanzar.

Con todos los altares en mi pecho
ofrecí en martirio mis días malgastados
y una oración de sangre con su raíz de cuna.
Muchas decisiones erróneas fueron ahogadas
en los oscuros fondos,
bellos pulpos rabiosos me escupieron,
la presión me apretaba el esternón y la locura;
y hoy, ya libre de síndromes fantasmas,
pero aliviado por mi sexto sentido
—aunque de punta a punta he cruzado el mar,
aunque muy tarde he salido del mar—,
reclamo en soledad sobre la arena tibia:
¿por qué, Dios, me has negado el mar abierto de Moisés
y la esperanza de una tierra prometida?

Francamente uno de los mejores poemas que he leído en mi vida. Impactante por su genuina confrontación con el subconsciente y el ego. Es un sondeo al trasfondo simbólico y subliminal. Escrito con maestría y arte. Es además la plegaria agnóstica y bella de la pregunta de las entrañas. Sus referencias bíblicas en forma de símbolo espiritual más bien, recogen la esencia del milagro ante símbolos de esclavitud, de la liberación, de esa parte inocente que fuimos al principio. Es un viaje alerta de lo que ha muerto o no ha podido nacer en la transformación interna. Creo que es una obra que compueba tu maestria con el lenguaje poético. Moisés muere antes de llegar a la tierra prometida. 40 años en el desierto con un pueblo cuya fe era política. Creo que esa historia antigua de lo que cuesta la transformación interior y exterior me recuerda al poema épico de la antigua Mesopotamia: Gilgamesh. Brillante poema, Oscar , te felicito!

[Ana Muela Sopeña]

Grandioso poema, Óscar, que me ha encantado leer:

A veces no hay tierra prometida. El viaje se plantea interior y no hay ruta o viaje que sustituya a ese peregrinaje del alma.

Aplausos
Un beso
Ana

[Óscar Distéfano]

A estas alturas ya sabes lo que voy a decirte: ¡Eres un gran escritor!
No te pilla de primeras saber que con tus versos y tu forma de escribir nos haces partícipes de tus sentimientos.

Emprendemos viajes con mochilas muy pesadas y, pensamos que vamos a llegar a algún lugar donde podemos ser más felices. Yo lo intenté hace años, y volví peor de lo que me fui. No pude dejar atrás los recuerdos. Culpa mía no ver esa tierra prometida y ella me devolvió a mi lugar con una patada en...
Pocos son los que encuentran su lugar en cualquier sitio. Son los más dichosos.
Me hiciste recordar y, por ello te abrazo muyyyy fuerte.

Me has sorprendido, apreciada poeta. No creo merecer tanto elogio. Lo tomaré como un alcaloide que me inflame de entusiasmo para seguir en la búsqueda. Lo importante para mí es que te hizo reflexionar sobre tu propia vida; esto no tiene precio. Por lo cual te agradezco de corazón.

Un abrazo grande.
Óscar

[J. J. Martínez Ferreiro]

Una titánica lucha con los monstruos interiores que se convierten en un poema de gran autenticidad, que arrostra en sus versos lo más duro de la experiencia vital.

Todo un placer de lectura.

Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Un poema intenso, existencial, donde el dolor de vivir se expresa con tremenda fuerza y ese reclamo final al dios que nos dejó sin esperanza lo cierra magistralmente. Felicidades y un abrazo grande.

[Óscar Distéfano]

Me encanta el poema, Óscar, amigo. Tiene una voz muy propia, que ha madurado. Percibo resonancias en la búsqueda espiritual de la más honda enseñanza de San Juan de la Cruz, en su mística ascensión al Monte Carmelo. Parece ser, que estaba muy influenciado, Juan de Yepes ( el pobre que curaba llagas ) por el Libro de Job. A este libro me remite tu poema, que es muy bueno. Mi enhorabuena. Gracias por compartir.

Un abrazo.

Estoy muy agradecido por tu lectura y comentario, amigo. Me has sorprendido.

Un abrazo grande.
Óscar