Editorial Alaire

Gia Nuage escribió: ↑Vie, 10 May 2024 4:41 "Llueve. Y estoy pensando
en ti. Y estoy soñando.
Nadie vendrá esta tarde
a mi dolor cerrado."

Gabriel García Márquez

............... ... .......,..........

No me despiertes:

Soy de sal y ceniza
en los finales,
me desarmo en las orillas,
y aún siento el oleaje azotándome,
porque abrir los ojos ahora
a pesar de la desnudez,
es desvestirse de adentros,
de reveses y desaciertos,
de flagelantes naciones de alambre
sosteniendo nuestros últimos monolitos,
engarzando sus calles
con el eco que exhalan nuestros pasos

Y por favor, no me mires:

Son tus ojos espejismos,
quemaduras dormidas en el pecho,
que queman desde las voces
de todas nuestras cosas,
muladar de olvidos
obtuso paisaje a la oquedad
de soltarte

Tan solo, no hables:

Desconozco tus palabras,
precipitan en mí tus dudas,
desatas tus vendavales
y, por lo tanto, crepitas
en esta habitación,
y desde tantos manglares en mi alma
invisibles y apagándose de pronto
como pequeñas ciudades costeras,
sin el tacto, ni el rumor de tus urbes

Y sobre todo, no me toques:

ser consciente de esta piel,
del filo de tu tacto
es inquietante,
deshilar cada puntada
bajo la humedad de tu cuerpo,
es remover todo el rocío que me viste,
anacaradas siluetas precipitándose al vacío.

Hay una tormenta aquí adentro
y tus manos son relámpagos.

Gia Nuage escribió: ↑Vie, 10 May 2024 4:41 "Llueve. Y estoy pensando
en ti. Y estoy soñando.
Nadie vendrá esta tarde
a mi dolor cerrado."

Gabriel García Márquez

............... ... .......,..........

No me despiertes:

Soy de sal y ceniza
en los finales,
me desarmo en las orillas,
y aún siento el oleaje azotándome,
porque abrir los ojos ahora
a pesar de la desnudez,
es desvestirse de adentros,
de reveses y desaciertos,
de flagelantes naciones de alambre
sosteniendo nuestros últimos monolitos,
engarzando sus calles
con el eco que exhalan nuestros pasos

Y por favor, no me mires:

Son tus ojos espejismos,
quemaduras dormidas en el pecho,
que queman desde las voces
de todas nuestras cosas,
muladar de olvidos
obtuso paisaje a la oquedad
de soltarte

Tan solo, no hables:

Desconozco tus palabras,
precipitan en mí tus dudas,
desatas tus vendavales
y, por lo tanto, crepitas
en esta habitación,
y desde tantos manglares en mi alma
invisibles y apagándose de pronto
como pequeñas ciudades costeras,
sin el tacto, ni el rumor de tus urbes

Y sobre todo, no me toques:

ser consciente de esta piel,
del filo de tu tacto
es inquietante,
deshilar cada puntada
bajo la humedad de tu cuerpo,
es remover todo el rocío que me viste,
anacaradas siluetas precipitándose al vacío.

Hay una tormenta aquí adentro
y tus manos son relámpagos.

Pilar Morte escribió: ↑Vie, 10 May 2024 8:10 Qué hermoso escribes. Un poema intimista, sincero y lúcido. Me gustó mucho. Felicidades.
Un abrazo grande

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Vie, 10 May 2024 10:52 Siendo todos tus poemas muy hermosos, éste me ha enganchado completamente, creo que es de lo mejor, lo mejor siempre está por escribirse, que te he leído hasta ahora. Tiene ese todo tú y algo más. Me ha fascinado, sin duda.

Enhorabuena.

Un gran abrazo.

Óscar Distéfano escribió: ↑Vie, 10 May 2024 11:46

Gia Nuage escribió: ↑Vie, 10 May 2024 4:41 "Llueve. Y estoy pensando
en ti. Y estoy soñando.
Nadie vendrá esta tarde
a mi dolor cerrado."

Gabriel García Márquez

............... ... .......,..........

No me despiertes:

Soy de sal y ceniza
en los finales,
me desarmo en las orillas,
y aún siento el oleaje azotándome,
porque abrir los ojos ahora
a pesar de la desnudez,
es desvestirse de adentros,
de reveses y desaciertos,
de flagelantes naciones de alambre
sosteniendo nuestros últimos monolitos,
engarzando sus calles
con el eco que exhalan nuestros pasos

Y por favor, no me mires:

Son tus ojos espejismos,
quemaduras dormidas en el pecho,
que queman desde las voces
de todas nuestras cosas,
muladar de olvidos
obtuso paisaje a la oquedad
de soltarte

Tan solo, no hables:

Desconozco tus palabras,
precipitan en mí tus dudas,
desatas tus vendavales
y, por lo tanto, crepitas
en esta habitación,
y desde tantos manglares en mi alma
invisibles y apagándose de pronto
como pequeñas ciudades costeras,
sin el tacto, ni el rumor de tus urbes

Y sobre todo, no me toques:

ser consciente de esta piel,
del filo de tu tacto
es inquietante,
deshilar cada puntada
bajo la humedad de tu cuerpo,
es remover todo el rocío que me viste,
anacaradas siluetas precipitándose al vacío.

Hay una tormenta aquí adentro
y tus manos son relámpagos.

Con este poema me has sorprendido. Con este poema has grabado tu nombre en mi memoria. Me has emocionado.

El sentimiento aflora con una fuerza poética que trasciende lo meramente definido; es decir, que a la confesión del desamor, asumida con la desesperación del desamparo, le mitiga la magia, el misterio de la poesía: el lenguaje refinado, el elevado lirismo, las imágenes, las metáforas originales y nítidas. También ayuda muchísimo para esa atmósfera de ensueño esos versos a modo de estribillo, que varían en sus expresiones, pero giran sobre la misma idea de exigir la distancia.
Todo está bien hecho en este trabajo poético de admirable belleza, que revitaliza nuestro amor por la poesía (la vida). Se trata, desde luego, de un poema romántico; pero de un romanticismo que no falsea el sentimiento. Albricias!

Te suplico que sigas escribiendo.
Óscar