Editorial Alaire

LA BAILARINA

La escucho bailar todas las mañanas
al levantarme. Vive sola
en el piso de arriba.
Es una chica pálida, como una perla de nácar.
A veces compartimos ascensor
y me sonríe.
Esta mañana oí sus pasos cuando bailaba.
Se desplazaba de una manera más sutil
que de costumbre.
Y también los de un hombre.
Sí, los pasos de un hombre, también.
Y aquellos pasos eran delicados,
los de ambos,
como de pies desnudos que se rozan,
se alejan y se juntan.
Bailaron por un rato; luego,
no oí más nada.
Y, en el silencio,
es muy probable que escribieran,
o ensayaran, quizá por vez primera,
esa dulce coreografía
que ella y yo
no bailaremos.

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¡Qué delicadeza!

Es una maravilla, es precioso José Manuel.

Me ha encantado.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

Precioso, José Manuel, lleno de sensibilidad.

Un abrazo.

¡Qué bien describes, narras, creas intriga y emoción, y luego ese cierre sorprendentemente lleno de infinita ternura! Siempre mis felicitaciones, José Manuel. Abrazo y salud.

Muchas gracias, amigos, por los comentarios.
un fuerte abrazo
J. Manuel

Me gustó mucho, amigo José Manuel, esta bailarina. Sobre sobre todo por esa lectura entre líneas de lo no dicho y que de manera maravillosa expresa el poeta.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Abrazos.

Una preciosidad de poema: delicado, con una ternura que atrapa y un final muy acertado. Me gustó mucho.
Felicidades
Un abrazo grande

Un poema precioso, tierno y presentado con delicadeza. Soy optimista y sé que terminarás bailando con esa bailarina. Lo prometo por Ginger y Fred.
Mi aplauso.

Un fuerte abrazo.

Me ha gustado mucho tu poema. Describes con agradable ritmo y claridad la ilusión. Noto gran progreso en tu trabajo poético. Salud!

Un abrazo fuerte.
Óscar