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La bella durmiente

Publicado: Lun, 15 Abr 2024 15:24
por E. R. Aristy
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Cada vez que se me cae el mundo encima, aprendo a despertar de la muerte. En la bifurcación de una hora precisa, certera, un instrumento quirúrgico en imposibles manos me extirpa de la negación, y decido sufrir; abro la débil puerta de la briznas hasta sentir el brote de mi corola.

En tardes rosadas como sus ojos, la vi secar su sombra colgada como un trapo fraguado de sol.

No muy lejos, el manifiesto de los aves irrumpe, el pajarero se adueña del viento, tiende la red en la huequedad del espacio.

Sin embargo, era una lámina como una costra sobre sus rodillas sucediéndose, al caer su sangre.

Las hileras del cementerio guardaban los lapidarios guiones del mundanal desenlace. Ella habia memorizado sus decretos. Había acumulado una deuda de pan y mantequilla, y sin querer, desdorado los espejos y así cesó de internarse mas allá de los meridianos del tiempo exiguo.

La sentí a escondidas llorar los versos de su poema inexpresable. La vi y la padecí en implosiones de minas abandonadas en otras guerras. Nos cortaban las piernas y nos dejaron desfiguradas alas, atrofias dolorosas que nos difuminaron y fuimos fantasmas, vértebras reactivas que inflamaban la hoz de los segundos momentos antes de tragarse el telón. Todo está en ruinas frente al descanso.

La vi una tarde plomiza seguir hasta la cólera del muelle. En tráfico incesante, desarmó sus alas. Iba zurciendo el viento. Iba hecha pedazos entre cuervos circulares.

Cuando el hijo de su hambre murió, quedaron nuevas y complacidas sus botas blancas. Hacía poco logró comprarlas gracias al premio modesto de la lotería en aquel sábado gigante; al día siguiente, día abnegable, el niño genio no despertó. La vi dando de limosnas su corazón a los mendigos sentados a la puerta de la iglesia, persignarse y vomitar el hígado del mundo.

Cada vez que llegaba la muerte, entre las brechas de las décadas, yo nacía en ella.

Le asustaban tanto mis ojos cerrados que ponía espejo frente a mis narices, humeaba como caldo reconstituyente, cucharadas de poco tiempo. Una mortificación impertinente sacudía su pecho cuando yo despertaba, entonces subía la dosis y volvía a inyectarme de desconcierto: me prefería dormida. Creo que por eso sueño cíclicamente mi travesía en densas cavernas. Creo que por eso me sueño viva. Creo que por eso presiento el engaño de los campos elíseos. Creo que por eso sufro, porque de toda elección, no hay nada más hermoso al alcance de vivos y muertos que el misterio de la luz. Creo que el enemigo de la vida realmente no acepta las fases de nuestras sombras.

Creo que por eso sufro y creo incansablemente en despertar, porque una inefable mano acaricia mis sienes.

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E.R.Aristy

Re: La bella durmiente

Publicado: Lun, 15 Abr 2024 15:58
por Carmen Moro Frías
E.R.A.
Me gusta ser la primera en comentar tu hermoso poema.
Aprender a despertar, es tan doloroso y difícil!!!!
Un abrazo

Re: La bella durmiente

Publicado: Lun, 15 Abr 2024 20:54
por Ana Muela Sopeña
Despertar se hace necesario. Incluso aunque la realidad que nos rodea sea tan terrible.

Un poemazo, Era.

Un beso grande
Felicitaciones
Ana

Re: La bella durmiente

Publicado: Mar, 16 Abr 2024 0:18
por xaime oroza carballo
Gratísimo, placer viajar, de tu mano, por tus sueños.

Fonda aperta.

Re: La bella durmiente

Publicado: Mar, 16 Abr 2024 12:05
por Pilar Morte
Me gustó pasar por las fases del despertar. El final ha sido un acierto.
Un abrazo grande

Re: La bella durmiente

Publicado: Mié, 17 Abr 2024 16:42
por Alejandro Costa
Magnífico, Era.

Es una verdadera preciosidad.

Escribes de maravilla. Has dejado frases que te obligan a leerlas varias veces, porque te atrapa su belleza.

Lo trato como un cuento, narrado en plan poético y con todas las vertientes que ello conlleva.

Repito, precioso.

Un beso.

Salud, paz y felicidad.

Re: La bella durmiente

Publicado: Sab, 20 Abr 2024 10:02
por Rafel Calle
Cada vez que se me cae el mundo encima, aprendo a despertar de la muerte. En la bifurcación de una hora precisa, certera , un instrumento quirúrgico en imposibles manos me extirpa de la negación, y decido sufrir; abro la débil puerta de la brizna hasta sentir el brote de mi corola.

En tardes rosadas como sus ojos, la vi secar, su sombra colgada como un trapo fraguado de sol.

No muy lejos, el manifiesto de los aves irrumpe, el pajarero se adueña del viento, tiende la red en la huequedad del espacio .

Sin embargo, era una lámina como una costra sobre sus rodillas sucediéndose, al caer su sangre .

Las hileras del cementerio guardaban los lapidarios guiones del mundanal desenlace. Ella habia memorizado sus decretos. Había acumulado una deuda de pan y mantequilla, y sin querer, desdorado los espejos y así cesó de internarse mas allá de los meridianos del tiempo exiguo.

La senti a escondidas llorar los versos de su poema inexpresable. La vi y la padecí en implosiones de minas abandonadas en otras guuerras. Nos cortaban las piernas y nos dejaron desfiguradas alas; atrofias dolorosas que nos difumaron y fuimos fantasmas, vertrebas reactivas que inflamaban la hoz de los segundos momentos antes de tragarse el telón . Todo esta en ruinas frente el descanso.

La vi una tarde plomiza seguir hasta la cólera del muelle. En tráfico incesante, desarmó sus alas . Iba zurciendo el viento. Iba hecha pedazos entre cuervos circulares.


Cuando el hijo de su hambre murió, quedaron nuevas y complacidas sus botas blancas . Hacía poco logró comprarlas gracias al premio modesto de la lotería en aquel sábado gigante, al dia siguiente, dia abnegable , el niño genio no despertó. la vi dando de lismonas su corazón a los mendigos sentados a la puerta de la iglesia, presignarse y vomitar el hígado del mundo.

Cada vez que llegaba la muerte , entre las brechas de las décadas , yo nacía en ella.

Le asustaban tanto mis ojos cerrados que ponía espejo frente a mis narices, ahumeaba como caldo reconstituyente cucharadas de poco tiempo. Una mortificación impertinente sacudia su pecho cuando yo despertaba, entonces subía la dosis y volvía a inyectarme de desconcierto: me preferia dormida. Creo que por eso sueño ciclicamente mi travesía en densas cavernas . Creo que por eso me sueño viva. Creo que por eso presiento el engaño de los campos elíseos. Creo que por eso sufro, porque de toda elección, no hay nada más hermoso al alcance de vivos y muertos que el misterio de la luz. Creo que el enemigo de la vida realmente no acepta las fases de nuestras sombras.

Creo que por eso sufro y creo incansablemente en despertar porque una inefable mano me acaricia mis sienes.

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Antes de nada, espero que las correcciones que te hago en el post principal, por lo menos, las repases, más que nada, para que en próximos trabajos no caigas en las mismas incorrecciones, a tal efecto, te dejo, aquí mismo, la versión original. Tengo dudas con "huequedad", un término extraño que supongo que quiere referirse a "oquedad", así que lo dejo a tu gusto.

En fin, de tu poema decirte que es una auténtica belleza, una pieza de profunda orfebrería literaria que, a mi juicio, debemos colocar junto a lo mejor de tu extensa obra.
Mi más cordial enhorabuena, estimada amiga Era, por este poema y porque desde un tiempo a esta parte, te noto más entonada que nunca en el asunto de la poesía.
Un fuerte abrazo.

P.D. Por favor, no dejes más de un espacio entre palabras.

Re: La bella durmiente

Publicado: Sab, 20 Abr 2024 10:37
por J. J. Martínez Ferreiro
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En tardes rosadas como sus ojos, la vi secar su sombra colgada como un trapo fraguado de sol.
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La sentí a escondidas llorar los versos de su poema inexpresable. La vi y la padecí en implosiones de minas abandonadas en otras guerras. Nos cortaban las piernas y nos dejaron desfiguradas alas, atrofias dolorosas que nos difuminaron y fuimos fantasmas......

La vi una tarde plomiza seguir hasta la cólera del muelle. En tráfico incesante, desarmó sus alas. Iba zurciendo el viento. Iba hecha pedazos entre cuervos circulares.
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Cada vez que llegaba la muerte, entre las brechas de las décadas, yo nacía en ella.


Es una explosión imaginativa de muchos quilates, con momentos impagables como estos que destaco.

Todo un placer de lectura, amiga Roxane.

Un bico grande.

Re: La bella durmiente

Publicado: Lun, 22 Abr 2024 19:15
por Raul Muñoz
Es una preciosa joya de la redención. Describes, con cinéticas imágenes poéticas, el proceso de alumbramiento en el dolor. La sombra se convierte en espuma dorada en tu precioso poema. Es un trabajo poético de mucha belleza y calidad. Mi enhorabuena, Roxane. Gracias por compartir tanta luz inspirada.

Un abrazo.

Re: La bella durmiente

Publicado: Dom, 05 May 2024 7:50
por Administración Alaire
Enhorabuena, amiga Era, por el reconocimiento como Poema de la Semana a tu obra "La bella durmiente".
Un cordial abrazo.

Re: La bella durmiente

Publicado: Dom, 05 May 2024 8:08
por Armilo Brotón
Felicidades, estimada ERA, por esta bella obra resaltada como poema de la semana.
Abrazos y feliz domingo

Re: La bella durmiente

Publicado: Dom, 05 May 2024 8:11
por Ramón Carballal
Enhorabuena, ERA. Merecida la distinción. Un abrazo.

Re: La bella durmiente

Publicado: Dom, 05 May 2024 10:01
por Marisa Peral
Felicidades, Roxane, por el reconocimiento a tu obra como poema de la semana.

Un fuerte abrazo.

Re: La bella durmiente

Publicado: Dom, 05 May 2024 10:06
por jose manuel saiz
Me alegra ver tu obra y tu estilo reconocidos en el foro Era. Mi más sincera enhorabuena
Un abrazo
J. Manuel

Re: La bella durmiente

Publicado: Dom, 05 May 2024 15:37
por Alejandro Costa
Enhorabuena.

Es un escrito maravilloso que merecía el galardón.

Un beso.

Salud, paz y felicidad.