Contaminados de mar

[E. R. Aristy]

"Hermoso de tristeza, va al encuentro del mar"
HÉRIB CAMPOS CERVERA (1908-1953)



La tarde se derrumba sobre el costado
de abril, entre el ruido del tráfico
y arquitecturas vegetales.
Esta tarde que resuena como espejos
o acónitos en celo, o como una galaxia.
¡Qué extraña tarde de ciudad sumergida
en el eco de la bruma, y de jardines
que declinan hacia el llanto!
Las calles van desnudas, alabastro
en mis pies descalzos y heridos,
y ahí está esa luz mortecina como un recuerdo
o un signo cuyo destino ignoro.
Y henos aquí como cigarras inmóviles
y mudas a la sombra de un incendio.
La tarde macerada en luces de neón
y licores blancos, tornasolada astronomía
para nómadas del dharma, que siguen
hacia el sur el camino de los astros.
La tarde se niega a nuestro encuentro,
yo vuelvo mi rostro hacia el espejo vacío,
el corazón en sombras, los álamos sonando
como algo que nos ha abandonado,
y el mar como un prado celeste y remoto.
Malgastada la tarde, fatigado el amor,
ya sin otro propósito, dejamos que el tiempo
nos encuentre contaminados de mar,
y tan vivos como mástiles bajo el peso
desmayado de las olas más altas.

Entrar al fondo de ese mar es encontrar la madera que sirvió alguna vez, y que se pudre en un accidente del pasar del tiempo. Tu poema es un hito en la madurez poética que todo poeta desea llevar viento en popa. Consigues versar la arquitectura interna del paisaje interno, tomando los mismos instrumentos que tiene a su disposición el poeta, pero, cuya música es sólo tuya, Ramón. Belleza profunda! Abrazos.

[Ramón Castro Méndez]

Muchas gracias, querida ERA, por tus amables y generosas palabras.

Un abrazo grande.

[Raul Muñoz]

La lírica se abre paso, desde lo más prosaico a lo sutil de esas olas, y el desmayo sirve de colofón; algún rastro que seguir, cuando nada queda y todo es belleza. Me gusta mucho, como hilvanas el poema y consigues un cierre emocionante, que anima a buscar ese rastro. Mi enhorabuena, Ramón. Gracias por compartir.

Un abrazo.

[Gia Nuage]

"La tarde se niega a nuestro encuentro,
yo vuelvo mi rostro hacia el espejo vacío,
el corazón en sombras, los álamos sonando
como algo que nos ha abandonado,
y el mar como un prado celeste y remoto.
Malgastada la tarde, fatigado el amor,
ya sin otro propósito, dejamos que el tiempo
nos encuentre contaminados de mar,
y tan vivos como mástiles bajo el peso
desmayado de las olas más altas."

Esa parte me ha dejado tan tan melancolica!
me encanta como eres capaz de crear una cinematografía con tus palabas!
hermosísimo.

[Ramón Castro Méndez]

La lírica se abre paso, desde lo más prosaico a lo sutil de esas olas, y el desmayo sirve de colofón; algún rastro que seguir, cuando nada queda y todo es belleza. Me gusta mucho, como hilvanas el poema y consigues un cierre emocionante, que anima a buscar ese rastro. Mi enhorabuena, Ramón. Gracias por compartir.

Un abrazo.

Muy agradecido por tu paso, Raúl, y por tu apreciado comentario.

Un fuerte abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

"La tarde se niega a nuestro encuentro,
yo vuelvo mi rostro hacia el espejo vacío,
el corazón en sombras, los álamos sonando
como algo que nos ha abandonado,
y el mar como un prado celeste y remoto.
Malgastada la tarde, fatigado el amor,
ya sin otro propósito, dejamos que el tiempo
nos encuentre contaminados de mar,
y tan vivos como mástiles bajo el peso
desmayado de las olas más altas."

Esa parte me ha dejado tan tan melancolica!
me encanta como eres capaz de crear una cinematografía con tus palabas!
hermosísimo.

Muchas gracias, amiga Gia, siempre tan benevolente con mis letras.

Un afectuoso y gran abrazo.

[Carmela Viñas]

Gran poema y gran poeta eres, Ramón. Te felicito por esta obra.

Ante la tarde de ausencias, esa sal marina en crecientes olas es fortaleza.
Abrazos.

[Ramón Castro Méndez]

Gran poema y gran poeta eres, Ramón. Te felicito por esta obra.

Ante la tarde de ausencias, esa sal marina en crecientes olas es fortaleza.
Abrazos.

Muchas gracias, Carmela, por tu generosidad.

Un abrazo grande.