Palabras marcadas
Publicado: Mié, 20 Mar 2024 11:28
Al borde de las llamas, el silbido del viento,
como estrella fugaz sin movimiento,
arabescos con cuerpo de cometa,
se encoge, como sombra que sangra en la cuneta.
Entre los tiempos baila el sueño de la luz,
sin conquistar su piel, su destello, su cruz.
El sudor del rincón donde solo se ama,
es tan solo un reclamo, y nadie me reclama.
Muchas oscuridades, sábanas en mi espejo,
mi mirada remota, cercana, sin reflejo.
En mi cama no hay caminos hacia el alba,
su color más efímero es el malva.
Recuerdo tu sonrisa, es casi impersonal,
cuerno de las antípodas, ah, puñado de sal.
Recostada, ligera frágil como la nieve,
ballesta en posición, cuerda que no se mueve.
Mis lágrimas se pueden mirar de dos maneras,
siempre han sido alimento destinado a las fieras.
Mi experiencia no juega esta partida,
solamente me hablaron de una vida.
El error es cuestión de perspectiva,
¿quién está aquí tan solo para marcar la criba?
El ostracismo no queda lejos, su esencia,
es mi alma, que grita y se silencia.
Ella obra algún que otro abracadabra,
pero me estigmatiza, y lacra mi palabra.
Poesía, recoges el cabello del cielo,
y lo haces mujer, ah, lluvia y violonchelo.
Azul de huella, mar hondo y desazonado,
tu última mejilla, el sol, arrebolado.
Mi corazón desprende una paloma,
mi corazón, la nube que late y se desploma.
como estrella fugaz sin movimiento,
arabescos con cuerpo de cometa,
se encoge, como sombra que sangra en la cuneta.
Entre los tiempos baila el sueño de la luz,
sin conquistar su piel, su destello, su cruz.
El sudor del rincón donde solo se ama,
es tan solo un reclamo, y nadie me reclama.
Muchas oscuridades, sábanas en mi espejo,
mi mirada remota, cercana, sin reflejo.
En mi cama no hay caminos hacia el alba,
su color más efímero es el malva.
Recuerdo tu sonrisa, es casi impersonal,
cuerno de las antípodas, ah, puñado de sal.
Recostada, ligera frágil como la nieve,
ballesta en posición, cuerda que no se mueve.
Mis lágrimas se pueden mirar de dos maneras,
siempre han sido alimento destinado a las fieras.
Mi experiencia no juega esta partida,
solamente me hablaron de una vida.
El error es cuestión de perspectiva,
¿quién está aquí tan solo para marcar la criba?
El ostracismo no queda lejos, su esencia,
es mi alma, que grita y se silencia.
Ella obra algún que otro abracadabra,
pero me estigmatiza, y lacra mi palabra.
Poesía, recoges el cabello del cielo,
y lo haces mujer, ah, lluvia y violonchelo.
Azul de huella, mar hondo y desazonado,
tu última mejilla, el sol, arrebolado.
Mi corazón desprende una paloma,
mi corazón, la nube que late y se desploma.