La otra vida

[E. R. Aristy]

Entonces fue que recordamos
las reliquias de nuestra juventud.

Cuando las noches de verano nos gustaba dormir
en colchones tirados en el suelo;
nosotros les llamábamos camas baratas;
la penumbra del cuarto se encauzaba
hacia la galería definida por la noche estrellada.

Pronúnciame en una invención,
o como en un descubrimiento.
Quizá esté oculta en mí
la luz dorada de la tarde
posándose despacio
en las acacias de la plaza muerta.

Quizá quietos en mí hay momentos de paz
en un instante infinitesimal
del penetrante azul del cielo,
siempre ofreciendo
la posibilidad de colmarse de pájaros.
Una tranquilidad
como la de un corazón latiendo en pulsos muy largos.
Sí, la otra vida
que remonta un futuro sin estrellas,
la paralela exacta a un tiempo que acaba de empezar.

Íbamos evolucionando a través de la campanada
que escuchamos
no nos acordábamos cuándo.
Al fin vimos la puerta allá lejos
cerca de a donde llegaba nuestro pensamiento.

Creo que es un poema que vive en el momento y que deja ir todo final. Intenso, bello, sin promesas más que ser ahora. Te felicito, Ferreiro!

[J. J. Martínez Ferreiro]

Ya no sorprende que tú expresión roce la trascendencia, aún tocando palos hirsutos e intrincados.
Mi enhorabuena por tan buen hacer poético, amigo Ferreiro.
Gracias por tu arte.
Abrazos y felicidad.

Gracias, amigo Ricardo, por pasar y dejar tan generosos comentarios.

Unha aperta.