Editorial Alaire

Ana García escribió: ↑Lun, 26 Feb 2024 8:51 Los recuerdos y el amor se vuelven dulces en tu poema. Muy bello.
Un abrazo.

Gracias, compañera, Ana García, por la lectura de mis versos y bello comentario.

Desde la soledad de mi isla, un cordial abrazo.

José Manuel. F, Febles

Marisa Peral escribió: ↑Lun, 26 Feb 2024 11:05 Excelente poema, como siempre, en el que la nostalgia puede con cualquier atisbo de sosiego.
No cesa el dolor por la pérdida, no hay consuelo.

Un gusto leerte, José Manuel, por tu maestría poética.
¡Ojalá esta pena vaya sanando!

Un fuerte abrazo.

Hola Marisa Peral, recojo tú fuerte abrazo y tú magnífico comentario con el cariño que se merece. Mi salud visual anda, de momento estacionada. Dios dirá.

Para ti, desde la soledad de mi isla, un fuerte abrazo, que sé llegará.

José Manuel

Alejandro Costa escribió: ↑Lun, 26 Feb 2024 19:10 Una tristeza muy bella.

Nos llevas por caminos de desesperación, de tristeza y casi de amargura.

Pero lo haces con tanta delicadeza, con tanto lirismo, que compones un juego de versos espectaculares, con el justo valor de una pluma
como la tuya, bella y elegante.

Un abrazo, amigo.

Salud, paz y felicidad.

Mi estimado poeta y compañero, Alejandro Costa. Es un honor leer tu sincero y galante comentario, que eleva la estima a lo más alto, pues llegando de un poeta de tu prestigio, repito, es una honor.

Desde la soledad de mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuael

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Raul Muñoz escribió: ↑Dom, 03 Mar 2024 18:52 Hermosa cima de la poesía desnuda, casi muerta de frío... digamos, que todavía queda el deseo, sí, todavía. Muy hermoso poema, José Manuel. Gracias por compartir.

Un abrazo.

Graacias a ti, amigo mío, que sostienes el pulso poético de estos versos, que entiendes perfectamente, donde la realidad de los mismos se impone en cada uno. Un comentario que acusa la verdad desnuda. Reitero mi agradecimiento, Raúl Muñoz.

Desde la soledad de mi isla, un abrazo.

José Manuel, F. Febles

José Manuel F. Febles escribió: ↑Dom, 25 Feb 2024 15:00 OTRA TRISTEZA



Le tendí alas a la distancia,
dejé los sueños
y arranqué la amarga hiel
adherida mí carne,
no sé dónde,
tal vez en las paredes más altas.

Atrás dejé los ojos cerrados
para no ver el alba de mi patria,
y sin llorar saludé a los gorriones
que esperaban en tus manos.

Hoy llueve dentro de mí
con un sol de lluvia desnudando
la cuenca de los ríos,
la luz de la conciencia,
para encontrar la cima que tú me has señalado
donde el viento era más frío.

Tú sabes que nos han quedado enterrados
amaneceres con futuro
que persiguen la luz
de las certezas en cinta.

El mañana lo marca la vida,
las cicatrices de mis versos y mi deseo.





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