Proust y la inteligencia artificial

[J. J. Martínez Ferreiro]

¿Admitirá el homo artista el dilema moral de aceptar como «otro arte» aquel generado por entidades que, no lo olvidemos, son/serán fruto de su creación?
Si ese arte es “genuino” en el sentido de que está desarrollado por individuos con sensibilidad y emoción “única e intransferible” (aunque sí transferible mediante la obra en el acto de comunión entre el artista y el espectador, lector…) no importa que ese individuo esté organizado en células construidas de proteínas, lípidos, glúcidos… y conectadas mediante “cables” formados por los axones y dendritas de las células nerviosas, o esté constituido por metales, plásticos, etc... cuyas unidades funcionales se conectan mediante cables de cobre u otros materiales.
El reto está en culminar esa evolución de la máquina con inteligencia artificial procesadora de datos altamente eficiente a esa otra máquina con inteligencia artificial procesadora de datos y además procesadora de experiencias emocionales, rica también en imperfecciones y frustraciones de todo tipo.
Actualmente sobre este tema todo son preguntas sin respuestas claras y satisfactorias.
Aunque siempre debemos tener en mente al Roy Batty, el “nexus 6” de “Blade Runner”, manifestando su angustia existencial:
“Yo he visto cosas que vosotros no creeríais:
Atacar naves en llamas más allá del de Orión.
He visto rayos-C brillando en la oscuridad
cerca de la Puerta de Tannhäuser.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo,
como lágrimas en la lluvia.
Es la hora de morir”

Siempre es un placer departir contigo, amigo Ignacio.

Un fuerte abrazo

[Óscar Distéfano]

Le he pedido a ChatGPT que escriba un cuento de lobos con 100 palabras y ha escrito esto:

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En un frondoso bosque habitaba una manada de lobos liderada por el sabio Lobo Gris. Una noche de luna llena, la joven loba Luna desapareció misteriosamente. Preocupados, los lobos emprendieron su búsqueda internándose en lo más profundo del bosque. Tras muchas peripecias, descubrieron que Luna había sido secuestrada por los malvados cazadores furtivos. Valientemente, los lobos se enfrentaron a los cazadores, logrando rescatar a Luna sana y salva. Lobo Gris decidió que era tiempo de abandonar aquel bosque y buscar un lugar más seguro para su manada, donde pudieran vivir en paz y armonía. Y así lo hicieron.

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Hay una escritora japonesa que se ha presentado a un concurso de Novela de Ciencia Ficción y ha ganado el premio. Al recibirlo ha confesado que un 5 % de su obra se ha generado con IA.

Aquí dejo el Link a la noticia:

https://www.20minutos.es/noticia/521687 ... as-con-ia/

Sólo quiero comentar dos cosas sobre el cuento:
1) El argumento es muy pobre. Salta a la vista que es un puzzle, no sólo artificial, sino también superficial.
2) El final del cuento (de hadas) adolece de un error craso: los lobos no pueden vivir ni en paz, ni en armonía, puesto que son depredadores crónicos.

En cuanto a la novela ganadora, pienso que es absolutamente factible (y quizá válido), ya que el porcentaje de IA es mínimo, y el esquema se puede emparejar a las obras creadas con el método de la intertextualidad, o a la deconstrucción de los textos groseramente lógicos.


Luego, si algunos compañeros son tentados de presentar trabajos basados en la IA, que tengan la suficiente maestría, para no quedar en evidencia.

Saludos

[Ana Muela Sopeña]

Estoy absolutamente de acuerdo contigo, Óscar:

El cuento es pobre y además carece de lógica. No solo por lo que tú comentas sino porque unos cazadores matarían a la loba (no la secuestrarían) o la anestesiarían para llevársela a un zoológico en una camioneta.

Parece un cuento escrito por un niño de cinco o seis años.

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Lo de la autora japonesa es algo distinto. Por el pequeño porcentaje de texto de su obra generado por Inteligencia Artificial y porque esos textos son efectivamente diálogos que el personaje principal de la novela mantiene con una IA.

[Ignacio Mincholed]

Reto, dices, J.J. Ciertamente, el reto es consustancial a nuestra naturaleza. Como decía aquel alpinista cuando le preguntaban por qué subía montañas y contestaba: porque están ahí. Ahora, que sepamos a dónde nos llevan, eso ya es otra cuestión.

Entre todos no podemos hacer más que plantearnos asuntos, que no es poco; no sabremos las respuestas, pero nos ayuda a formarnos una idea más universal de cómo es esto de ser lo que somos.

Igualmente. Lástima que no podamos departir más a menudo de viva voz, aunque no está mal lo epistolar.

Un fuerte abrazo.

...

Hola, Ana. Entonces, según los motivos expuestos, supongo que los cuentos de Oscar Wilde, El príncipe feliz (donde una estatua llora y una golondrina hace de Robin Hood), El ruiseñor y la rosa (en el que hablan los rosales y los ruiseñores); y otros tantos como Blancanieves, Ricitos de oro y los tres osos, Caperucita roja… o sin ir más lejos, las fábulas, absolutamente ilógicas;
¿dirías que tienen argumentos pobres, que son «pobres» y carentes de «lógica»?

Críticos expertísimos no se ponen de acuerdo, algo que está pasando, en distinguir textos «artificiales» de los «naturales», evidentemente sin conocer su origen; o sea, a ciegas, ¿crees que podrías distinguirlos?

Yo no me atrevería. Me encuentro cada día con textos «naturales» mal escritos gramaticalmente (cosa fácil de detectar), esos sí realmente «pobres», carentes de «lógica» literaria y carentes de interés alguno, de modo que no soportarían la mínima crítica formal. Cómo no va a pasar con los «artificiales»; aunque, posiblemente, una gran parte tengan mayor pulcritud gramatical.

Quizá nos estamos aplicando a una especie de resistencia ultra activa frente a la IA, en la que pretendemos advertir aquello que cada vez nos resulta más difícil distinguir, empeñados en ejercer la hegemonía a la que estamos acostumbrados. Esto, con el tiempo, no con mucho más, puede acabar en una cuestión casi tan absurda como pretender distinguir el resultado de una operación matemática realizada de memoria y, eso sí, con mucho esfuerzo, por un señor o por una calculadora de Texas Instruments; de aquellas de hace tiempo, aunque no tanto.

Un abrazo, Ana.
Ignacio

[Ana Muela Sopeña]

Hola, Ignacio:

Los cuentos de Oscar Wilde y los tradicionales de hadas son absolutamente geniales.

No. No podría distinguir textos literarios escritos por un ser humano de textos generados por una Inteligencia Artificial. Si no lo sé (porque no me lo dicen) yo no podría ser un filtro, una detectora... y eso me parece aterrador.

Siempre habrá textos literarios mal escritos. Por falta de sustancia, por errores gramaticales, por falta de estilo, por redundancias. Las Inteligencias Artificiales parece que esos escollos los tienen superados.

Me encuentro entre esas personas que encuentran las Inteligencias Artificiales apasionantes e inquietantes a la vez. Mi relación con ellas es de atracción y rechazo a la vez. De amor odio. De entusiasmo y escepticismo al mismo tiempo.

Me gustaría que estos avances se apliquen a la medicina, a la biología, al procesamiento de información, a la computación, a las ciencias humanas y un largo etcétera.

Me da pavor, en cambio, su incursión en la creación literaria, fotografía, diseño, composición musical... Quizás porque las artes dan sentido a mi vida. Debo admitir que los avances en Inteligencia Artificial (en todos los campos) han venido para quedarse. El futuro está aquí.

Los tiempos que nos esperan estarán llenos de grandes hallazgos, pero también de grandes decepciones.

El camino nos dirá... Seremos testigos de grandes cambios.

Lo que yo o personas como yo (que experimentamos a la vez atracción y rechazo por las IAs) sintamos o pensemos no es ni será relevante. El trabajo de perfeccionamiento de las IAs y de la robótica no es nuevo. Lleva una larga trayectoria.

Ahora que todavía puedo expresar mi opinión sobre esto lo hago. Más adelante, quizás ni pueda.

Un abrazo, Ignacio
Ana