Editorial Alaire

Al principio, me gustaba la idea de nadar en el café. El mismo ritual cada mañana: elegirme, con suerte, entre miles de iguales y dejarme posada en la bandeja, junto a una taza color azul. Esperar con cierto temblor el tiempo de mi zambullida, mientras Ramiro va sirviendo aquel mar oscuro y humeante en el recipiente, mezclado con la arena blanca que disfraza el sentir feliz. Tomarme él luego entre sus dedos delgados y entonces, sumergirme fuertemente en el vaivén de los sueños.

Me habían avisado las demás..." Debes entregar,  por si te elige.Es importante retener bien el aire porque las vueltas serán incesantes e irán de tres minutos a seis. Luego te sacará a la superficie con rapidez y te depositará en un plato pequeño."
Pero ayer, Ramiro se olvidó de mí. Revolvió y revolvió hasta dejarme exhausta. Podía, incluso, sentir en esos giros abruptos, la fuerza y ansiedad de sus pensamientos en forma de monólogos.¡Oh, iluso de ti! ¡Como si el mundo fuera a cambiar, mientras  revuelves  el café con una cucharita ! ¿ Por qué aceptaste la llamada? ¿ Qué te he hecho yo para tratarme así?

Siempre lo había admirado por su trato amable, pero ayer Ramiro no tuvo contemplación hacia mi cuerpo que  aún siendo de metal, es frágil en sensibilidades. Durante unos minutos, me dejó casi ahogada y no atinó a liberarme de aquella oscuridad sin sonido. Él solo escuchaba su propia rabia ante el adiós de Daniela. Más tarde, me levantó por los aires y me tiró en el fregadero. El denso líquido de las amarguras cayó sobre mí después, sin compasión.
Se marchó dando un portazo. Las otras cucharitas lo presenciaron y siguen asustadas. Temen ser las siguientes.

Al mediodía, unas manos recubiertas de látex vinieron a mi rescate. Intentaron reanimarme con espuma y con agua hirviendo, pero poco pueden hacer. Mi esencia no es la misma. Ya no soy risueña;  ya he perdido la ilusión de ser parte de su historia,  de saberme  bailarina,  dentro de su taza de café.

Todos los derechos reservados.

Con una taza de café celebramos y lloramos todo, tanto vale un roto como para un desconocido. A mí me gusta negro y profundo. Las cucharillas de época son preciosas.
Me ha gustado el relato.
Un abrazo

¡Qué maravilla y que agradable lectura la de este relato!
Felicidades, Carmela, mi "Musa" haría buenas migas con esta bailarina.

Un abrazo fuerte.

Esencia de café y de poesía.

Este relato tiene mucho fondo, pero ningún poso.

Me ha gustado mucho.

Buen trabajo.

Besos.

Salud, paz y felicidad.

Qué bien se te dan estos relatos poéticos. Éste se lee con curiosidad y agradable sensación. Has utilizado el café con acierto. Un gusto leerte.
Un abrazo grande

Ser cuchara de café es una buena manera de vizorar el estado de animo de todos, Ramiro por ejemplo tan temperamental y desconsiderado, hace bien Daniela en alejarse. Hay hombres mejores. Además tiene empleada y no es capaz de lavar lo que usa en su desayuno. Raro.

Prodigiosa imaginación y una pluma exquisita, hacen posible un texto poético como éste. Se lee con agradable atención. Te aplaudo.

Un abrazo amistoso.
Óscar

Ana García escribió: ↑Jue, 22 Feb 2024 11:51 Con una taza de café celebramos y lloramos todo, tanto vale un roto como para un desconocido. A mí me gusta negro y profundo. Las cucharillas de época son preciosas.
Me ha gustado el relato.
Un abrazo

Muchas gracias por tu presencia y palabras,Ana.
Ciertamente, el café abre muchas emociones y revuelve los pensamientos.
Mi madre tenía una pequeña colección de cucharitas de distintos sitios por donde viajó y yo las heredé. Quizás ella mi impulsara sin saberlo, a escribir este relato.
Abrazos.

Marisa Peral escribió: ↑Jue, 22 Feb 2024 12:40 ¡Qué maravilla y que agradable lectura la de este relato!
Felicidades, Carmela, mi "Musa" haría buenas migas con esta bailarina.

Un abrazo fuerte.

Muy agradecida, Marisa, por tus frescas y agradables palabras.
Pues tú musa y la bailarina ya pueden acordar tomarse un buen café...sin Ramiro jeje
Abrazos.

Pilar Morte escribió: ↑Jue, 22 Feb 2024 13:43 Qué bien se te dan estos relatos poéticos. Éste se lee con curiosidad y agradable sensación. Has utilizado el café con acierto. Un gusto leerte.
Un abrazo grande

Muchas gracias por tu presencia y tus amables palabras, Pilar.
Llevamos los mortales tantos cafés y experiencias...!
Otro abrazo grande.

Gustavo Cavicchia escribió: ↑Jue, 22 Feb 2024 16:08 Ser cuchara de café es una buena manera de vizorar el estado de animo de todos, Ramiro por ejemplo tan temperamental y desconsiderado, hace bien Daniela en alejarse. Hay hombres mejores. Además tiene empleada y no es capaz de lavar lo que usa en su desayuno. Raro.

Muy buena tu lectura, Gustavo. Es exactamente así: la cucharita percibe los estados de ánimo de todos los personajes. Y parece también el propio.
Abrazos.

Óscar Distéfano escribió: ↑Jue, 22 Feb 2024 16:18 Prodigiosa imaginación y una pluma exquisita, hacen posible un texto poético como éste. Se lee con agradable atención. Te aplaudo.

Un abrazo amistoso.
Óscar

Muy agradecida por tus generosas palabras, estimado Óscar. Es todo un regalo para mí leerlas y atesorarlas. Son un gran incentivo a seguir.
Abrazo de amistad.

Maravilloso poema relato, Carmela:

Me ha sorprendido mucho la personificación de la cucharita de café.

Es una idea excelente y la has desarrollado bien.

Mis aplausos
Un beso
Ana

Me ha gustado mucho, Carmela. Lo he leído muy despacio, saboreando cada giro de la intricada relación de las emociones, en el curso abrupto de los amantes. Hay mucha poesía, que atesora con acierto un tema muy de moda en todos los tiempos: las relaciones que establecemos, si hacemos o no el amor, o somos despojos del tiempo, llenos de rabia, frustración o vanidad. Veo mucha influencia del teatro en el manejo de las emociones y creación del escenario apropiado. Lo brillante y original de la utilización de objetos, de lo más cotidiano. Sería estupenda la representación de lo que para mí es una dramatización poética. Encantado de leerte. Gracias por compartir.

Un abrazo.

Ana Muela Sopeña escribió: ↑Vie, 23 Feb 2024 19:05 Maravilloso poema relato, Carmela:

Me ha sorprendido mucho la personificación de la cucharita de café.

Es una idea excelente y la has desarrollado bien.

Mis aplausos
Un beso
Ana

Muchas gracias por tu presencia, lectura y palabras,Ana. Celebro que disfrutaras de este relato y el sentir de una cucharita.
Abrazos.