Editorial Alaire

Había llegado el otoño,
otro más en que las hojas,
empujadas por un viento socarrón,
caían muertas amontonándose
a los pies de los árboles
como las muchas horas
que sin ningún orden
se almacenaban vacías,
año tras año,
en algún remoto rincón
de su memoria,
una frágil porcelana
a punto de quebrarse.
Vivir antes tenía sentido,
morir lo tiene también.

Muy templado este poema, Francesch. Diferente sentido, pero sentido al fin.

Un abrazo.
Ignacio

Triste final para un alma que seguro es buena.

Lirismo y tristeza.

Un poema bien estructurado y muy sentido.

Me ha encantado.

El final, triste, pero precioso.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

De momento, que sepamos, la muerte sirve para arrinconar el dolor. Ojalá tuviese un sentido trascendental. Me gustó leerte.
Un abrazo grande

Ignacio Mincholed escribió: ↑Mié, 21 Feb 2024 20:17 Muy templado este poema, Francesch. Diferente sentido, pero sentido al fin.

Un abrazo.
Ignacio

Muchas gracias, amigo poeta, por tu comedido, serio, elegante y magnífico comentario. Todo un lujo.
Un cordial saludo.

Lo vacío y lo lleno se complementan. La vida y la muerte forman parte de un ciclo.

Tu poema es triste, pero tiene mucha armonía.

Gracias por compartir
Un beso
Ana

Gustavo Cavicchia escribió: ↑Mié, 21 Feb 2024 21:05 Triste final para un alma que seguro es buena.

Muchas gracias, amigo poeta, por tu valioso comentario.
Un cordial saludo.

Estimado Francesch, vaya que entiendo esas horas vacías, aunque no quisiera.

Un abrazo.

Hermosa forma para contener esa frágil memoria. Muy logrado en el desarrollo de la emoción viva que se sabe muriendo. Las imágenes son muy expresivas. Un gusto de lectura. Gracias por compartir, Francesch, amigo.

Un abrazo.