Rotación de la luz
Publicado: Jue, 08 Feb 2024 12:13
I
Fin de la noche
Las sombras se diluyen poco a poco
en la claridad del nuevo día.
Una nube extraviada
anuncia sin sobornos
el presagio clandestino de la luz.
Las gaviotas emiten sus graznidos.
Dulce la melodía de los astros.
El misterio desvanece su memoria
en mitad de las horas más atávicas.
II
Salida del Sol
El alba me sorprende con sus rayos
mientras el reloj se transfigura.
Lo intangible parece un sortilegio,
que alberga los conjuros del invierno.
La suavidad se instaura
en las almas durmientes de los hombres...
Los enigmas se alojan
en laberintos invisibles.
Todo se despereza sigiloso
con el orgullo intacto de los árboles.
III
Cenit
La incertidumbre se disuelve.
La vida se delinea entre la bruma.
La frecuencia iluminada
extingue
los círculos de hechizos.
En la arena el espacio es un espejo,
hay un caleidoscopio en la distancia.
Los sonidos del mundo
florecen como rosas sin sus máscaras.
IV
Puesta del Sol
El crepúsculo esboza
su lejanía melancólica.
Un déjà vu me arrastra por abismos
que presienten futuros soterrados
en la ciudad de niebla.
La magia avanza misteriosa
por el tiempo sin tiempo de la infancia.
Los códigos ocultos de la nada
surgen, fuera del orbe,
en el límite ínfimo del vértigo.
V
Comienzo de la noche
La oscuridad se cierne
sobre la arquitectura de los sueños.
La llovizna nos hace reinventarnos
en las calles sonámbulas.
Un perro abandonado
ladra desde una acera con nostalgia,
los gatos callejeros custodian las esquinas.
La noche se revela:
los átomos
respiran quietamente en la penumbra.
VI
Nadir
La esencia de los vórtices
habita entre las grutas de un fantasma.
Tiembla el paisaje en las aguas de la ría.
Los barcos desarrollan su visión
con tentáculos que buscan
las huellas de la historia.
Ana Muela Sopeña
Fin de la noche
Las sombras se diluyen poco a poco
en la claridad del nuevo día.
Una nube extraviada
anuncia sin sobornos
el presagio clandestino de la luz.
Las gaviotas emiten sus graznidos.
Dulce la melodía de los astros.
El misterio desvanece su memoria
en mitad de las horas más atávicas.
II
Salida del Sol
El alba me sorprende con sus rayos
mientras el reloj se transfigura.
Lo intangible parece un sortilegio,
que alberga los conjuros del invierno.
La suavidad se instaura
en las almas durmientes de los hombres...
Los enigmas se alojan
en laberintos invisibles.
Todo se despereza sigiloso
con el orgullo intacto de los árboles.
III
Cenit
La incertidumbre se disuelve.
La vida se delinea entre la bruma.
La frecuencia iluminada
extingue
los círculos de hechizos.
En la arena el espacio es un espejo,
hay un caleidoscopio en la distancia.
Los sonidos del mundo
florecen como rosas sin sus máscaras.
IV
Puesta del Sol
El crepúsculo esboza
su lejanía melancólica.
Un déjà vu me arrastra por abismos
que presienten futuros soterrados
en la ciudad de niebla.
La magia avanza misteriosa
por el tiempo sin tiempo de la infancia.
Los códigos ocultos de la nada
surgen, fuera del orbe,
en el límite ínfimo del vértigo.
V
Comienzo de la noche
La oscuridad se cierne
sobre la arquitectura de los sueños.
La llovizna nos hace reinventarnos
en las calles sonámbulas.
Un perro abandonado
ladra desde una acera con nostalgia,
los gatos callejeros custodian las esquinas.
La noche se revela:
los átomos
respiran quietamente en la penumbra.
VI
Nadir
La esencia de los vórtices
habita entre las grutas de un fantasma.
Tiembla el paisaje en las aguas de la ría.
Los barcos desarrollan su visión
con tentáculos que buscan
las huellas de la historia.
Ana Muela Sopeña