Editorial Alaire

La noche tiembla despacio
más allá de la herida de los sueños.

Un rumor de nostalgia subterránea
se parece a la niebla de los muelles.
En el pretil se esconden los enigmas
que los árboles guardan en silencio.

Las farolas se duermen en su mundo
y alucinan sin pánico
en el vértigo alado de otra época.

La penumbra escondida sabe ser
una grieta en el halo de un relámpago
que busca redención entre las piedras.

Veo visiones siempre sumergidas
en la melancolía de lo sórdido.

Alimento en portales las imágenes
donde la infancia bebe del pasado.

Dulce mi transitar por las aceras
mientras la lluvia única se enciende
como trazo de luna sobre un lienzo.


Ana Muela Sopeña

Siempre es un gusto recorrer contigo esos lugares que tan bien describes, querida Ana.

Precioso poema dedicado a los muelles.

Besos.

Gracias, Marisa:

Un beso grande
Ana

Mientras leo este poema voy transitando un pequeño cuento. Al estilo de Carlos Ruiz Zafón, uno de mis novelista preferido.
Cada estrofa tuya sería la entrada de un capítulo lleno de niebla y sueños.
Has escrito un cuento, Ana. Me ha encantado y has puesto en funcionamiento mis neuronas.
Un beso enorme.

Es un placer transitar las calles, recibir la lluvia, el muelle, etc. Todo con la belleza que pones en cada mirada.
Abrazos y felicidad

Desde la visión del muelle, haces toda una meditación muy profunda de los procesos mentales o psicológicos subyacentes a otro proceso que no tiene principio ni fin, que es en sí mismo absoluto como conciencia. La última imagen del transitar por las aceras, sería, tal y como lo percibo, la presencia o el testigo en la meditación. El testigo que quiere ver el barco partir. Me gustó mucho tu poema, muy logrado en sus imágenes, muy ligadas a lo urbano. La de la farola que alucina es muy buena. Mi enhorabuena por tu talento en este hermoso poema, Ana. Gracias por compartir.

Un abrazo.

Te lo he dicho más de una vez, estos poemas urbanos los bordas. Excelente. Un abrazo.

Hola, Ana:

Me alegra haber puesto en funcionamiento tus neuronas.

Mil gracias por venir.
Un beso enorme
Ana

Sabes arroparte muy bien con los paisajes urbanos para pintar estos lienzos de versos, Ana. Un abrazo, y salud.

Es un auténtico placer transitar por estos paisajes urbanos que también describes. Con esa pátina brumosa, de misterio y cierta inquietud, que siempre los realza. Me encanta seguirte el rumbo en ese transitar entre noches que tiemblan despacio y farolas que duermen en su mundo, sin pánico. Realmente precioso.

Enhorabuena.

Abrazo grande.

Me encanta recibirte en mi espacio, Pilar:

Un beso grande
Ana

Tu comentario es un lujo. Me ha gustado mucho, Raul:

Mil gracias por venir
Un beso grande
Ana

="Ana Muela Sopeña"
La noche tiembla despacio
más allá de la herida de los sueños.

Un rumor de nostalgia subterránea
se parece a la niebla de los muelles.
En el pretil se esconden los enigmas
que los árboles guardan en silencio.

Las farolas se duermen en su mundo
y alucinan sin pánico
en el vértigo alado de otra época.

La penumbra escondida sabe ser
una grieta en el halo de un relámpago
que busca redención entre las piedras.

Veo visiones siempre sumergidas
en la melancolía de lo sórdido.

Alimento en portales las imágenes
donde la infancia bebe del pasado.

Dulce mi transitar por las aceras
mientras la lluvia única se enciende
como trazo de luna sobre un lienzo.


Ana Muela Sopeña

Hola, Ana. Me alegra hacer escala en tus muelles yo, que salgo de los míos. Finalmente ,el otoño que evapora la sed de la tierra, coge vida en tu magnífico poema, pero acaba retirándose ceniciento y frío.

A vuela pluma::

En la umbría de los años
como un amanecer que no ha llegado,
nos damos cuenta de un paroxisma desierto
para recordar las cicatrices que se acercan
cuando ya carecemos de de quince años.

Un enorme abrazo Ana.

José Manuel

Muy buenos versos.

Es como si tomaras al lector de la mano y le llevaras a visitar tu mundo.

Esas aceras, esa niebla, esos muelles. Como un paisaje oscuro de Allan Poe.

Una verdadera maravilla.

Besos.

Salud, paz y felicidad.

Me alegra que el poema te haya gustado, Ramón:

Un abrazo grande
Ana