Editorial Alaire

La poesía hoy maldice
tu nombre entre sábanas
blancas, donde las palomas
sin porvenir, de alas caídas,
en adulterio elevan un canto
abominable, triste en la esbelta
redondez del ocaso tañendo lunas,
mientras, tú dices - No te detengas.

Maldigo la carne longeva,
tras las cortinas, disimulo
la algarabía de tus pechos
preñando de risas el paseo
-cuando acariciaba tu mano
y la mirada simplona iba
y venía por tus encantos
( lubricada por el aceite acuoso
del olivo virginal de los astros ).

Por mal decir tu nombre,
las líneas de la melancolía
depositan en mí la tristeza
-busco en un vagón de cola
el plazo venciendo al alba,
tras la inmensa luz del día,
como los dientes del ratón
manchando espejos invertidos,
en la plenitud del desconcierto,
adolescente, sin vuelta atrás.

Balbuceando la fugacidad,
en esta estación de grillos,
muerdo paciente tus pechos.
Tú dices -Muerde el porvenir.

Mi garganta es de terciopelo,
blanco y aterido, cual molusco
al fin de los tiempos vencido.

Aquí entrego mis armas
al deseo del quebranto,
a la rotura del atardecer
voluptuoso de leche tibia
cavando infinitud de mares.

Contemplo la juventud
-la que nunca regresará-
un pálpito de lunas de leche
como bolas de nieve pura.

Estrujo ansioso el porvenir
de la muñeca que peinabas
pensando en tu príncipe.

Poesía, deja aquí el ansia virgen,
no maldigas la alegría del ocaso
mordiendo la lengua adolescente,
mientras, el paseo de espaldas al reloj
enmudece en un escote de proverbios
y cantares,

donde me rindo
y, dulcemente,
digo poesía,

queriendo decir: no me abandones
otra noche más sin tus alegres lunas
sobre el cielo brincando, muy felices.

Tan bello como interesante poema, amigo Raúl, trufado de momentos rítmico-literarios muy logrados.
Felicidades, compañero, y un fuerte abrazo.

Arriba con esta obra de Raúl Muñoz, que me parece de lo más granado que ha escrito últimamente.

Muchas gracias, Rafael, amigo, por tu amabilidad con mis poemas. Este sí puedo decir que es el último que he escrito; bueno, el penúltimo. En los bares siempre es costumbre decir: pon la última ronda, seguido de un clamoroso... no se dice nunca la última, pon la penúltima ronda.

Un abrazo.

Aquí la poesía se convierte en tu amante. O quizás tu amante ya perdida se convierte en versos. Se solapan ambas opciones en una especie de ambigüedad.

Un lenguaje muy bien labrado lleno de buenas metáforas e imágenes poéticas.

Aplausos
Un beso
Ana

Un poema que, en cada verso, deja imágenes de altura.
Me ha gustado leerte.
Abrazos y felicidad

Muchas gracias, Ana, por tu apreciación acertada sobre el poema.

Un abrazo.

Precioso poema de gran riqueza simbólica, Raúl. Impera la ternura, ese deseo de retener la luz del amor sin que la alcance y opaque el tiempo.
Felicidades por tan bella inspiración.
Abrazos.

Gracias, Pilar. Es una alegría tu paso por el poema.

Un abrazo.

Contemplo la juventud
-la que nunca regresará-
un pálpito de lunas de leche
como bolas de nieve pura.


Me ha encantado esta estrofa y el título, sin desmerecer el resto del poema. Un acierto las imágenes que transmites.
Te felicito.
Un abrazo.

Raúl, he querido remarcar algunos versos pero, finalmente, he pensado que es injusto mutilar algo tan bueno.
Me ha pasado como a Ana Muela y veo esa relación de amor, a veces puro, a veces casi incestuoso, una lucha interna que nos ha dejado un poema excelso.

Un placer pasar por estas lunas.
Felicidades y un abrazo.

Qué gran poema, Raúl. Dulce y, a veces, amargo, pero siempre guardando el equilibrio, nunca decae. Todo un placer este paseo por tus versos.
Enhorabuena.

Un fuerte abrazo.

Inmenso, Raúl.

No digo más.

Tan solo invito a todos a leerlo, es una maravilla.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

Gracias, Carmela, muy amable en tu apreciación. Me alegra que te llegue el poema con esa ternura.

Un abrazo.

Gracias, Ana, muy amable. Me alegra que sea de tu agrado el poema.

Un abrazo.