Los últimos versos escritos

[Alejandro Costa]

¿Qué padecer te invade si no te reconoces?

Apenas amanece en las musarañas del deshielo,
las manos se esconden bajo cualquier grieta
que la oscuridad protege,
a pesar de ser otro día,
no es capaz de ofrecer algo que lo diferencie de ayer.

Es en esa tesitura
cuando uno cree que no ha rezado demasiado en la vida,
y cuando siente, que ya no existe tiempo
para poder redimirse de tantos y tantos errores,
de intentar dar varios pasos atrás
y borrar ese boceto que tan mal dibujó entonces.

Pero las manos continúan con su proceso,
la piel ya no discute con el tiempo,
los ojos necesitan adivinar para entender lo que ven,
el ayer no aparece,
el mañana nos busca.

Tan solo nos queda esperar,
asumir la descamación del tronco,
la ruina de las raíces,
y el abrigo de esa tierra que nos reclama.

Pero antes, hay que escuchar a los dioses,
escribir una carta,
leer un libro,
recitar un poema.

Entonces saldrán las manos de su escondite,
y dejaran para la posteridad,
los últimos versos escritos,
el último suspiro del poeta.

[Ana Muela Sopeña]

Qué maravilla de versos, Alejandro:

Antes de partir hay que dejar obras en forma de literatura, pintura, escultura...

Lo explicas genial.

Tu poesìa cada vez me gusta más... Es profunda, certera y bella. Además empleas los recursos con equilibrio. Eso me agrada mucho...

Un beso
Enhorabuena
Ana

[F. Enrique]

¿Qué padecer te invade si no te reconoces?

Apenas amanece en las musarañas del deshielo,
las manos se esconden bajo cualquier grieta
que la oscuridad protege,
a pesar de ser otro día,
no es capaz de ofrecer algo que lo diferencie de ayer.

Es en esa tesitura
cuando uno cree que no ha rezado demasiado en la vida,
y cuando siente, que ya no existe tiempo
para poder redimirse de tantos y tantos errores,
de intentar dar varios pasos atrás
y borrar ese boceto que tan mal dibujó entonces.

Pero las manos continúan con su proceso,
la piel ya no discute con el tiempo,
los ojos necesitan adivinar para entender lo que ven,
el ayer no aparece,
el mañana nos busca.

Tan solo nos queda esperar,
asumir la descamación del tronco,
la ruina de las raíces,
y el abrigo de esa tierra que nos reclama.

Pero antes, hay que escuchar a los dioses,
escribir una carta,
leer un libro,
recitar un poema.

Entonces saldrán las manos de su escondite,
y dejaran para la posteridad,
los últimos versos escritos,
el último suspiro del poeta.

[Óscar Distéfano]

Un poema sobrio, reflexivo, que trasciende lo artificial de la escritura, para decirnos que el poeta, a pesar de todas sus dudas es un ser humano que se la juega, que asume su destino de búsqueda existencial. Es un poema que me ha gustado leer.
Buen ritmo.

Un abrazo grande.
Óscar

[Raul Muñoz]

Hermoso, compañero, cómo estercolas terrones, sin atisbo de esperanza. Así de dura puede ser la poesía si puedes amar hasta el último momento. Así, compañero del alma. Mi enhorabuena, Alejandro. Gracias por compartir tu verídica poesía desentrañada.

Un abrazo.

[E. R. Aristy]

¿Qué padecer te invade si no te reconoces?

Apenas amanece en las musarañas del deshielo,
las manos se esconden bajo cualquier grieta
que la oscuridad protege,
a pesar de ser otro día,
no es capaz de ofrecer algo que lo diferencie de ayer.

Es en esa tesitura
cuando uno cree que no ha rezado demasiado en la vida,
y cuando siente, que ya no existe tiempo
para poder redimirse de tantos y tantos errores,
de intentar dar varios pasos atrás
y borrar ese boceto que tan mal dibujó entonces.

Pero las manos continúan con su proceso,
la piel ya no discute con el tiempo,
los ojos necesitan adivinar para entender lo que ven,
el ayer no aparece,
el mañana nos busca.

Tan solo nos queda esperar,
asumir la descamación del tronco,
la ruina de las raíces,
y el abrigo de esa tierra que nos reclama.

Pero antes, hay que escuchar a los dioses,
escribir una carta,
leer un libro,
recitar un poema.

Entonces saldrán las manos de su escondite,
y dejaran para la posteridad,
los últimos versos escritos,
el último suspiro del poeta.

El poeta no se rinde. No puede rendirse aunque quiera. Me he deleitado con este bello y significativo poem. Te felicito, Alejandro. Abrazos.

[F. Enrique]

[Ramón Carballal]

Un placer sumergirme en tus inspirados versos. En tu poesía siempre hay profundidad y lucidez. Un abrazo y feliz año nuevo.

[José Manuel F. Febles]

"Alejandro Costa"
¿Qué padecer te invade si no te reconoces?

Apenas amanece en las musarañas del deshielo,
las manos se esconden bajo cualquier grieta
que la oscuridad protege,
a pesar de ser otro día,
no es capaz de ofrecer algo que lo diferencie de ayer.

Es en esa tesitura
cuando uno cree que no ha rezado demasiado en la vida,
y cuando siente, que ya no existe tiempo
para poder redimirse de tantos y tantos errores,
de intentar dar varios pasos atrás
y borrar ese boceto que tan mal dibujó entonces.

Pero las manos continúan con su proceso,
la piel ya no discute con el tiempo,
los ojos necesitan adivinar para entender lo que ven,
el ayer no aparece,
el mañana nos busca.

Tan solo nos queda esperar,
asumir la descamación del tronco,
la ruina de las raíces,
y el abrigo de esa tierra que nos reclama.

Pero antes, hay que escuchar a los dioses,
escribir una carta,
leer un libro,
recitar un poema.

Entonces saldrán las manos de su escondite,
y dejaran para la posteridad,
los últimos versos escritos,
el último suspiro del poeta.

Estimado compañero y amigo, Alejandro. Has escrito un poema con la sobriedad que te caracteriza, certero y profundo, que lo considero un poema excelente. Te felicito y te envío, amigo mío, un cordial abtazo, desde la soledad de mi isla.

José Manuel F. Febles

[Alejandro Costa]

Qué maravilla de versos, Alejandro:

Antes de partir hay que dejar obras en forma de literatura, pintura, escultura...

Lo explicas genial.

Tu poesìa cada vez me gusta más... Es profunda, certera y bella. Además empleas los recursos con equilibrio. Eso me agrada mucho...

Un beso
Enhorabuena
Ana

¡Qué bien me tratas!

Gracias de corazón. Si no fuera por gente como tú me hubiera marchado de aquí hace tiempo.

Infinitas gracias.

Besos.

Salud, paz y felicidad.

[Alejandro Costa]

¿Qué padecer te invade si no te reconoces?

Apenas amanece en las musarañas del deshielo,
las manos se esconden bajo cualquier grieta
que la oscuridad protege,
a pesar de ser otro día,
no es capaz de ofrecer algo que lo diferencie de ayer.

Es en esa tesitura
cuando uno cree que no ha rezado demasiado en la vida,
y cuando siente, que ya no existe tiempo
para poder redimirse de tantos y tantos errores,
de intentar dar varios pasos atrás
y borrar ese boceto que tan mal dibujó entonces.

Pero las manos continúan con su proceso,
la piel ya no discute con el tiempo,
los ojos necesitan adivinar para entender lo que ven,
el ayer no aparece,
el mañana nos busca.

Tan solo nos queda esperar,
asumir la descamación del tronco,
la ruina de las raíces,
y el abrigo de esa tierra que nos reclama.

Pero antes, hay que escuchar a los dioses,
escribir una carta,
leer un libro,
recitar un poema.

Entonces saldrán las manos de su escondite,
y dejaran para la posteridad,
los últimos versos escritos,
el último suspiro del poeta.

Eres muy misterioso.

Tus visitas son cada vez más intrigantes.

Gracias por estar.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

[Alejandro Costa]

Un poema sobrio, reflexivo, que trasciende lo artificial de la escritura, para decirnos que el poeta, a pesar de todas sus dudas es un ser humano que se la juega, que asume su destino de búsqueda existencial. Es un poema que me ha gustado leer.
Buen ritmo.

Un abrazo grande.
Óscar

Muchas gracias, compañero.

Tu comentario me ayuda a seguir. Me alegra que te gustase.

Un abrazo.

Paz, salud y felicidad.

[F. Enrique]

Pero las manos continúan con su proceso,
la piel ya no discute con el tiempo,
los ojos necesitan adivinar para entender lo que ven,
el ayer no aparece,
el mañana nos busca.

Tan solo nos queda esperar,
asumir la descamación del tronco,
la ruina de las raíces,
y el abrigo de esa tierra que nos reclama.

Pero antes, hay que escuchar a los dioses,
escribir una carta,
leer un libro,
recitar un poema.

Cada segundo escribes mejor. Un abrazo.

[Rafel Calle]

Una bella e interesante propuesta metapoética, amigo Alejandro. El poeta y su mundo de sensaciones...
Felicidades.
Abrazos.

[Ramón Castro Méndez]

Un maravilloso poema, Alejandro. Creo que está entre lo mejor que te he ido leyendo. Es esa sensación de urgencia, antes de la partida, en que aún está todo por hacer. Todo un placer de lectura, poeta.
Mi felicitación y aplauso.

Un fuerte abrazo y feliz año.