Inventando un futuro
Publicado: Vie, 15 Dic 2023 19:10
Inventando un futuro
No me gusta que escarben en mi futuro, usando normas y reglas extrañas,
tampoco me gusta ese toque esotérico de lecturas a partir de unos posos cafeteros, ni el reparto al azar de una vieja baraja de cartas.
Odio las interpretaciones grafológicas, no es serio,
la escritura tiene su propia vida, a veces angulosa y otras puntiaguda o,
de líneas curvilíneas, regordetas y amigables.
No me gusta que sugieran mi retrato,
pienso, por si acaso, seguro no acertarán.
Hay cosas que si me encantan, por ejemplo, esos cuentos de hadas
ya totalmente denostados y en desuso desde que cantaron
a un príncipe malo y a una bruja hermosa.
Cuentos que enseñan su magia, envuelta en celofán,
mostrando un zapato plateado perdido en un baile imaginado
y, donde por fin, alguien encuentra en un instante preciso,
su “príncipe azul”, además … parece buena persona.
Al final siempre aparece un torpe mago, que jugando a malabares
con las perlas del collar, logra su desparrame y escape.
Ya vale de amores tortuosos, con adjunto de palabras malsonantes
y dolor en silencio a borbotones.
Por una vez y, sin sentar un precedente:
¿Qué tal soñar lo imposible?
al menos un lugar para el suspiro, buscando una magia celestial
No me gusta que escarben en mi futuro, usando normas y reglas extrañas,
tampoco me gusta ese toque esotérico de lecturas a partir de unos posos cafeteros, ni el reparto al azar de una vieja baraja de cartas.
Odio las interpretaciones grafológicas, no es serio,
la escritura tiene su propia vida, a veces angulosa y otras puntiaguda o,
de líneas curvilíneas, regordetas y amigables.
No me gusta que sugieran mi retrato,
pienso, por si acaso, seguro no acertarán.
Hay cosas que si me encantan, por ejemplo, esos cuentos de hadas
ya totalmente denostados y en desuso desde que cantaron
a un príncipe malo y a una bruja hermosa.
Cuentos que enseñan su magia, envuelta en celofán,
mostrando un zapato plateado perdido en un baile imaginado
y, donde por fin, alguien encuentra en un instante preciso,
su “príncipe azul”, además … parece buena persona.
Al final siempre aparece un torpe mago, que jugando a malabares
con las perlas del collar, logra su desparrame y escape.
Ya vale de amores tortuosos, con adjunto de palabras malsonantes
y dolor en silencio a borbotones.
Por una vez y, sin sentar un precedente:
¿Qué tal soñar lo imposible?
al menos un lugar para el suspiro, buscando una magia celestial