Águilas en el tejado,
como si no hubiera cielo donde aposentar alas,
como si las entelequias gobernaran el aire,
respiro con celeridad, casi sin creerlo,
como si nunca hubiese nacido,
no me hubiesen arrancado el ombligo de un cordón,
como si mi embrión fuese una rata de laboratorio,
o un murciélago colgado de su mínima esencia,
hablo de vida igual que de razones para experimentarla.
Los cuatro vientos me asolan, y en realidad son más,
recorro el tiempo atrás, mucho antes de significar algo,
por pura imaginación, por ciencia, tal vez por cultura,
no me destruye nada, por inhóspito, árido, abrupto que sea,
¿Cómo es entonces mi personalidad?
Tengo algo, algo para dar, y necesito un cambio,
alguien conversa conmigo, me suena a cuento chino,
pero hay cosas más sublimes y premeditadas que no cuento:
“La experiencia me ha enseñado a esquivar las miradas.”
No quiero problemas, me los llevo todos,
no los necesito, no los tengo, no los resuelvo,
¿Puede alguien hablar en sentido literal y que no me corrija?
No te lo tomes a la tremenda, pero te amo,
si me cambias de arriba a abajo, te monto un templo,
si me quieres, no me quieras, dímelo cada vez que lo sientas,
sácame de dentro,
y al despertar, no recuerdes,
solo despierta,
nadie sabe contigo lo que dura una vida,
porque sueño desde que te conozco.
Tú no me haces creer en todo, tú consigues que crea en mí,
y sinceramente lo prefiero,
prefiero que lo demás me parezca guay,
que fuera de mí las creencias ya sabes adónde van, mi amor.
Lo llevo claro.
Yo, que quería una mujer de armas tomar,
-Paranoias mías, ya sabes.-
y me encontré un catorce de julio contigo,
o no, estaría en mi mundo,
y resulta que en mi mundo,
tan estrecho y diminuto y áspero y desagradable,
tú entraste.
¿Cómo lo hiciste?
Dime, ¿¿cómo??
¡Si hasta a mí me resulta imposible!
¿¿Vas a poder salir??
¿Me quieres por mi mundo?
¿Por mí?
¿Por ambas cosas?
¿TE GUSTAN MIS DELIRIOS?
No puedo gustarte yo, cariño,
si yo te gusto, si yo te gusto,
si tú me amases,
no sabría cómo explicarte que el resto no me interesa absolutamente nada.
