Editorial Alaire

No tienes pájaros azules en las pestañas. Sin embargo, la historia regresa hambrienta; tu silencio, entretejido con la araña, atrapa relámpagos en noches de luna llena, cuando germina el sexo. La blancura del invierno envuelve tus labios azules, tus ojos se hunden soltando amarras al tiempo, sin espacio. Solos quedan, tristes, como mosquitos, sin saber enhebrar el desengaño, entre tantos relámpagos aturdidos. Olvidan abrazarse a tu pubertad, virgen, de lunas preñada.