Caballos

[Raul Muñoz]

No vi venir al caballo de cartón.

-Ojalá muera si no traspaso con mi espada
la lluvia agazapada en mis ojos - decía
sujetando las trenzas del aire,
tirando de la niña rubia- ojalá.

Y el caballo entró en mí. Quedé deshecho
viendo caer el barro por los delantales tendidos,
siendo el barrizal mi único emblema.

Suficiente para frenar los golpes - decía
para mí mismo - la cuerda es cuanto tengo.
Suficiente.

En ellos el caballo traspasado languidecía.

Abajo de la chabola alguien encendió una hoguera.
Todavía más abajo oímos pasar el último tren de mercancías.
Decían que caballos. No podían ser caballos.
Todos estaban dentro de mí.

[Francisco Lobo]

Pues inauguremos el marcador de estos caballos, íntimos y únicos, cuyos belfos resoplan en los versos de Raúl. Un abrazo.

[Pilar Morte]

Como una imagen onírica se oyen esos caballos que galopan muy adentro. Un placer leerte

Un abrazo y salud

[Ramón Castro Méndez]

Un gran poema, Raúl, que me ha trasladado a los años 80 y 90 del pasado siglo, que se llevó por delante a muchos jóvenes y destrozó multitud de familias.
Enhorabuena.

Un fuerte abrazo.

[Ulises C.J.]

Muchos caballos hemos dejado entrar en nuestra Troya.
Parecían fantásticos y nos traían dolor.
Has hecho un gran poema para describir una imprecisa realidad en sus percepciones.
Abrazos, poeta.

[Raul Muñoz]

Gracias, Francisco, por abrir ese marcador con generosidad e ingenio.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Gracias, Pilar, me alegro de encontrarte en este poema.

Un abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Sensacional, Raul:

Dejas el simbolismo del caballo abierto a la interpretación y eso tiene mérito.

A mí me viene a la mente el "caballo" la droga... pero no sé si tu poema va por otro lado...

Felicidades
Un beso
Ana

[Raul Muñoz]

Pudiera ser el ansia de libertad lo que empujaba a aquellos jóvenes a la muerte, tirados por el caballo. Este poema se adhiere a una serie de poemas cuyo telón de fondo es el extrarradio de las grandes ciudades. Aparecen los símbolos de la Chabola y los caballos (en plural). Muy sugerente lo que comentas que ha despertado en tu recuerdo el poema. Muchas gracias por tu apreciado comentario, Ramón.

Un abrazo.

[Eolo Solano]

Yo, con una lectura menos fatalista, identifico ese caballo como el momento en el que uno se descubre poeta.
Luego están los trenes (realidad?) que te dicen:

¿Caballos? ¿Qué caballos?

Y el poeta es un poco así: extranjero entre la realidad y la ficción.

Un abrazo.

[enrique sanmol]

No vi venir al caballo de cartón.

-Ojalá muera si no traspaso con mi espada
la lluvia agazapada en mis ojos - decía
sujetando las trenzas del aire,
tirando de la niña rubia- ojalá.

Y el caballo entró en mí. Quedé deshecho
viendo caer el barro por los delantales tendidos,
siendo el barrizal mi único emblema.

Suficiente para frenar los golpes - decía
para mí mismo - la cuerda es cuanto tengo.
Suficiente.

En ellos el caballo traspasado languidecía.

Abajo de la chabola alguien encendió una hoguera.
Todavía más abajo oímos pasar el último tren de mercancías.
Decían que caballos. No podían ser caballos.
Todos estaban dentro de mí.

Interpreto el caballo como símbolo de libertad, de huida, cuando lo que nos rodea son los suburbios, las afueras de Dios entre solares, barrizales y vías. Y ello partiendo de unos versos que nos recuerdan la infancia, el caballo de cartón, la trampa del caballo de Troya...

Todo eso (tal vez locuras) me llevó a imaginar tu poema, Raul.

Disfruté del poema. Gracias y un cordial saludo.

[Raul Muñoz]

Muy amable, Ulises, por comentar con generosidad. Pueda ser un inicio del poema, eso que viene a nosotros y no sabemos si es bueno o malo. Reconozco que en este poema ha habido, en su concepción, una apertura total al lenguaje simbólico, podríamos decir del inconsciente. Así que es de agradecer que los lectores tengan diversas interpretaciones.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Me alegra, Ana, que te llegue así el poema. Incluso para mí no deja de ser un objeto de indagación. A caballo entre la realidad y la ficción aparece el símbolo, que puede contenernos; si no, nos volveríamos locos. Pero, el símbolo no es la realidad. Solo encuentro un punto de anclaje en la extrañeza y perplejidad de la existencia inexistente, el movimiento en la quietud, la creación en la nada, ese punto es que todo está en mí puesto que Yo Soy el que Soy. Gracias de nuevo, por tu presencia.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

Haces una buena definición, a mi entender, del acto poético, a caballo entre la realidad y la ficción. Todo está en mí creado e in creado.
Gracias por tu atenta lectura, Eolo.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Preciosa y muy original cabalgata por el laberinto interno del poeta.

"Abajo de la chabola alguien encendió una hoguera.
Todavía más abajo oímos pasar el último tren de mercancías.
Decían que caballos. No podían ser caballos.
Todos estaban dentro de mí"

Todo un placer de lectura, amigo Raúl

Un abrazo