Editorial Alaire

Empuja con desidia
un carrito de Mercadona
cubierto con cartones.
Lleva una larga vara de metal
y un casco de minero con linterna.
El mascarón de proa de su buque fantasma
es la trompa enhiesta
de un elefante de peluche.

De algún modo, un día alguien recorre
las calles en una ruta infinita,
y, mirando hacia un punto del vacío,
se dedica a abrir contenedores de basura
en busca de tesoros de metal.

Intento imaginar su vuelta a casa
después de vaciar la quincalla
en la chatarrería del mayorista
a cambio de unos pocos euros.

E imagino que el peluche, quizá,
es un regalo para alguien menudo
que no pudo aguantar despierto;
o que quien lo espera, tal vez, es alguien
con quien comparte futuros de derrotas
y borracheras.

O, por qué no, también
puedo imaginar algo menos triste:
imaginar, por ejemplo,
que regresó a casa
y se encontró con ella,
que juntaron sus cuerpos
y se acariciaron
evitando el escalofrío de la soledad,
lejos de sus propias vidas.

La simbiosis de tus versos tristemente esperanzados ,y la música escogida me parecieron un deleite, Enrique.

Lastima la pobreza, lastima la desigualdad de oportunidades en este caótico mundo.

Abrazos.

Tierno y delicado poema. Nos invita a adentrarnos en la vida, que pasa siempre buscando. Ser cómplices y participes de la suerte de nuestros semejantes, de nosotros mismos. Despierta tu poema ternura y compasión. Me gustó, Enrique. Gracias por compartir.

Un abrazo.

Un poemazo, Enrique:

Refleja situaciones extremas que (lamentablemente) son más habituales de lo que creemos.

Escribes muy bien...

Un abrazo
Felicidades
Ana

Ese elefante de peluche es todo un símbolo de esperanza y felicidad, aunque sea pequeña, algo parecido a la vida. Me ha gustado tu poema Enrique, dulce, en lo amargo, y tierno. Un placer de lectura.

Un abrazo.

Arriba con este hermoso y evocador poema de Enrique.
Un abrazo.

Carmela: no sabes cuánto me alegra que disfrutaras la música que acompaña a esta historia. Caótico mundo, sí, pero algo podremos hacer... Muchas gracias por dejar constancia de tu paso. Otro abrazo para ti.

Raul: me alegro que el poema despertara en ti esos sentimientos y sensaciones. Gracias a ti por pasar por aquí. Fuerte abrazo.

Ana Muela: gracias por tu generosa valoración de este intento sobre los desfavorecidos de nuestras ciudades. Otro abrazo fuerte para ti.

Ramón: en las situaciones más extremas (ahora en Israel y Gaza también) el ser humano es capaz de encontrar algo de consuelo y de alegría, se trata de sobrevivir... Me alegro que te gustara. Fuerte abrazo.

Rafel: gracias por pasar, comentar y así subir este intento. Otro abrazo fuerte para ti.

Se me pasó este poema que me ha parecido hermoso en su tristeza. Los de apie podemos poner parches pero resolver la situación está en manos de los que manejan la economía. Es triste.
Un abrazo y salud

La pobreza y los marginados en su más cruda realidad.

Muy bueno.

Un abrazo.

Una carga de ternura nostálgica, cruda y tierna al mismo tiempo! Un abrazo!

Vaya final. Es preciso y dulce después de la intemperie del inicio y su crudeza. Gracias por compartirlo.

Un abrazo