Pater noster qui es in caelis

[Julio Gonzalez Alonso]

Muy bella esta desolación, esta soledad, ausencia abierta al azul a la vastedad del mar y de las playas. La imagen que encabeza el poema resume perfectamente lo transmitido en las palabras.

Todo un placer de lectura, amigo Julio.

Un abrazo.

Amigo Ferreiro, agradecido por tu presencia en estos versos que siguen mirando al mar y sus costas cansadas de tanta muerte. Un abrazo, y salud.

[Rafel Calle]

Un bello y evocador poema, amigo Julio, donde tocas un tema muy triste y muy complicado.
Felicidades, compañero.
Abrazos.

[Alonso Vicent]

Ofrecen más cobertura los mares que los cielos. Los pecios se amontonan, las vidas cada vez valen más poco.
Y, sin embargo, seguimos mirando a las alturas, por si alguien bajara para arreglar las mareas.
Me suenan estos silencios que transformaste en poesía, con daños colaterales y regularizados.
Seguimos a la deriva.
Un gran abrazo, Julio, inaugurando el día con un buen poema.

[Marisa Peral]

Cuánta razón y maestría en este poema en el que también el mar es protagonista de tanta desgracia.
Huyen y no valoran ningún riesgo, solo persiguen una vida mejor para los suyos.

Excelente poema, Julio, gracias por traer también esta otra guerra.

Saiud y un abrazo.

[E. R. Aristy]

PATER NOSTER QUI ES IN CAELIS

Hoy miré al cielo. Con los ojos del alba
arrastraban las barcazas los cuerpos sin aliento
a la orilla del mar, almas desmadejadas
en la orfandad de la ilusión

y la esperanza.

Todo era silencio entre rumor de olas
todo muerte y silencio como único canto
de alborada, ese instante vestido de luz y sombras,
y miré al cielo
y miré detrás del cielo
y no te vi.

El sol llenó el azul de la mañana;
pasó el día
como pasa en la calma de las horas
el recuerdo más grave y más hermoso;
mientras, la radio contaba el número de muertos
en las playas.

Llegó también la noche con su cortejo de estrellas,
con sus sombras abrazadas a las sombras
de los sueños ahogados en las costas
que dibujan las aguas.

No te vi,
no te vi

y miré al cielo.

González Alonso

Es solo por la fe que cruzamos el horizonte. Es un poema que parece preguntar ¿dónde está Dios en medio de tragedias, horror y naufragio? Siempre una experiencia de bellleza y sensibilidad leer tus creaciones, Julio. Abrazos.

[Gabriel Capó Vidal]

Con el marco de la naturaleza, las tragedias ocasionadas por nuestra indolencia e indiferiencia. Mientras queramos responsabilizar a un Dios de nuestos actos, las cosas seguiran igual. Es un poema bello, con todo y su tragedia. Un abrazo,

[Julio Gonzalez Alonso]

Son necesarios poemas como éste para despertarnos del letargo en que convertimos nuestras vidas. Siguen muriendo inmigrantes por buscar futuro mejor y hay que recordarlo y pedir soluciones. Muy bueno como todos los tuyos. Un abrazo.

Agradezco la compañía de tus palabras y la empatía demostrada, Ramón. Con un abrazo. Salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Como un rayo de sol abriendo una grieta en el glaciar del olvido. Demasiado pronto olvidamos los hechos, la fatal decisión de vivir de espaldas a la vida, que naufraga. Muy buen poema, que transmite y emociona, despierta algo la conciencia adormecida. Mi enhorabuena, Julio, amigo. Gracias por compartir.

Un abrazo.

Sí, la memoria es corta y se fatiga con realidades como éstas; pero no importa, hay que insistir sin desánimo repicando las campanas. Te agradezco las hermosas y amables palabras que me regalas en tu comentario, Raúl. Un abrazo, y salud.

[Gia Nuage]

Hermoso y crudo poema, pude sentir cada gota de desolación . Un abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Una muy atinada y emotiva descripción del drama de la emigración y de las vidas que se pierden en ese tránsito.

Abrazos y salud, mucha.

Salud, Ramón. Te agradezco la amabilidad mostrada. Un abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Un bello y evocador poema, amigo Julio, donde tocas un tema muy triste y muy complicado.
Felicidades, compañero.
Abrazos.

Gracias, Rafa, por esas felicidades y las palabras que las acompañan. Salud y abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Ofrecen más cobertura los mares que los cielos. Los pecios se amontonan, las vidas cada vez valen más poco.
Y, sin embargo, seguimos mirando a las alturas, por si alguien bajara para arreglar las mareas.
Me suenan estos silencios que transformaste en poesía, con daños colaterales y regularizados.
Seguimos a la deriva.
Un gran abrazo, Julio, inaugurando el día con un buen poema.

Te asiste toda la razón en las palabras que dejas en tu comentario, Alonso. Y sí, seguimos a la deriva... Un abrazo, y salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Cuánta razón y maestría en este poema en el que también el mar es protagonista de tanta desgracia.
Huyen y no valoran ningún riesgo, solo persiguen una vida mejor para los suyos.

Excelente poema, Julio, gracias por traer también esta otra guerra.

Saiud y un abrazo.

Muchas gracias, Marisa. Es un placer contar con tus palabras. Mi abrazo. Salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Es solo por la fe que cruzamos el horizonte. Es un poema que parece preguntar ¿dónde está Dios en medio de tragedias, horror y naufragio? Siempre una experiencia de belleza y sensibilidad leer tus creaciones, Julio. Abrazos.

Gracias, Roxane, por tus siempre generosas palabras. Un placer. Mi abrazo, y salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Con el marco de la naturaleza, las tragedias ocasionadas por nuestra indolencia e indiferencia. Mientras queramos responsabilizar a un Dios de nuestros actos, las cosas seguirán igual. Es un poema bello, con todo y su tragedia. Un abrazo,

Esperemos, Gabriel, que algún día las nuevas generaciones consigan hacer que las cosas no sean así. Mientras tanto, damos testimonio de tanta desgracia. Muchas gracias por dejar tu parecer. Un abrazo, y salud.