Habitación 21 en el Hotel España

[Ramón Carballal]

Mi imagen camina por los círculos del silencio.

La moqueta que un día fue malva, las molduras jónicas,
el mármol como la cáscara de un huevo veteado,
la alfombra que cubre los peldaños de una escalera artesonada,
sin ventanales, sin huellas del presente,
lento tejido de arañas en los zócalos,
inmemorial labor de urdimbre
en retículas traslúcidas
que ningún aire agita.

Mis pasos sonoros de botas sin identidad
me llevan,
me arrastran
como dos barcos ciegos, como deriva en la cascada de un río oscuro.

Piso el azul de la noche, abro el rostro de los armarios vacíos,
los cajones forrados con un periódico secular,
la mesa, la silla, la alcoba de castaño, el espejo y su cornucopia,
saludo al fantasma que pasea un nimbo sin aura
y me duermo
poco
a
poco
mientras escucho el tictac de un reloj parado.

[Hallie Hernández Alfaro]

.

Una quietud muy lúcida alumbra la habitación 21; me impresiona el aire cesado, viejo, sincronizado... en la escena rota.

Gracias por compartir, amigo del alma.
Abrazos.

[Julio Gonzalez Alonso]

Sobrecoge un poco ese tictac del reloj parado. Toda la escena permanece congelada en esos versos. Magnífico, Ramón. Un abrazo y salud.

[Pilar Morte]

Estupendo este cuadro que hace temblar un pasado que el reloj detuvo . Felicidades.
Abrazos y salud

[Carmela Viñas]

Minuciosa descripción de un espacio estático y sin tiempo, habitado por un fantasma.
Muy original tu poema y con matices cinematográficos, estimado Ramón. La cámara que se detiene en detalles es tu mirar poético.
Lo he disfrutado.
Abrazos.

[Marisa Aragón Willner]

Detener el tiempo, aquietar relojes, hallar los fantasmas , tu cámara poética capta con fantasmagórica certeza un mundo que se vuelve inmóvil pero no por ello menos poético, al elevar recuerdos vintage en nuestras memorias.

felicitaciones por este original poema , un recinto, un número , hacer foco en un espacio único y sembrarlo de poesía.
abrazos poeta Ramón.

Marisa

[Raul Muñoz]

Me recuerda algo la canción de Sabina: Hotel dulce hotel... Pero, en este caso, en la versión de la soledad desagradecida y la muerte inminente. Por lo menos, yo me he sentido así, en alguna ocasión, en alguna habitación, en algún hotel, en algún lugar. Mi enhorabuena. Gracias por compartir, Ramón.

Un abrazo

[Alejandro Costa]

Sigue gustándome tu poesía. Podría decir otra cosa o pasar de leerla, pero sería
como cometer sacrilegio.

Este verso final, de tanta simpleza, te llena de belleza y se
acopla como un cierre perfecto.

"mientras escucho el tictac de un reloj parado."

¿Qué más podría decir que tú ya no sepas?

Simplemente gracias y un fuerte abrazo.