Editorial Alaire

Un simple callejón serpentea,
oscuro y silencioso por los arrabales,
desemboca en la Avenida de los Inquebrantables,
de la que hoy soy su guardián.

Porque hoy soy indestructible,
hoy mi alma es de mithril
y soy capaz de abrazar secuollas,
de saltar mares, de abrazar fantasmas.

Soy indestructible,
un elegante ser vestido de vacíos
que pasea por el mundo
con una gran erección en el ego,
eyaculador precoz de sinónimos
translúcidos,
la infección purulenta
en la herida del destino.

Soy indestructible,
tan cegado y ansioso
que de tanto jugar
aprendí a disfrutar de la derrota,
un farsante que distorsiona con palabras
las distancias entre los mares.

Sí, ahora soy el puto dios de una religión
para gente sin nombre,
el macho alfa, el omega neuronal,
la voz y el silencio.

Soy indestructible.

Y tú...

...sé que odias mis silencios...

...aún cuando es la parte del juego
que menos te puede dañar.

Un poemazo, Israel. Me ha gustado mucho. Desenmascarar el fracaso a través del éxito de ser un superviviente.

Me ha encantado lo del

"macho Alfa, omega neuronal".

Un acierto grande este oxímoron.

Felicitaciones
Un beso
Ana

Contundente poema, traslúcida sinceridad en el estadio del ser.
He disfrutado de la lectura de tu obra, Israel.
Abrazos.

Me gustan los giros en este serpenteante poema, muy lúcido, Israel. Gracias por compartir.

Un abrazo.

Indestructible encuentro con la poesía con coraza de mithril.

Me gustó sobre todo los versos del cierre:

"Y tú...

...sé que odias mis silencios...

...aún cuando es la parte del juego
que menos te puede dañar"

Todo un placer de lectura, amigo Israel.

Abrazos.

Muy bueno, compañero.

Fuerte, claro y real.

Estoy con Ferreiro, el final es genial.

Abrazos.

Que vuelva a subir este poemazo, Israel.
Tu voz tan particular y tus imágenes siempre tan nítidas hacen que cada poema sea una pequeña película. De las buenas.

Saludos.

Ofreces la calidad que siempre se espera de ti, Israel, tu verso es directo, poderoso, navega en un contexto que se sugiere como urbano con un sesgo confesional en este canto en el que, quizás, quieras decir que te sientes, a veces, el rey de la desesperación y la nada, quizás Pavese vuelve a escribir su diario y narra una eyaculación plena en los días azules que, para él, no existieron, es demasiado cruel escuchar el lamento monótono del Po azotando las verdades en las mejillas.

Un abrazo. Me ha gustado mucho.

Un poema de empoderamiento personal que no deja fisuras ni camino a la derrota. Me gustó mucho, sobretodo el cierre.
Un abrazo y salud.

Me gustó el estilo del poema y la chulería sensible que transmite. Gracias por compartirlo.

Un abrazo

Un hermoso e interesante poema, amigo Raúl.
Felicidades.
Abrazos.