
Cuando me miras
tus ojos me parecen
dos verdes cristales que relucen
en un mágico mundo que no entiendo
y buscan enseñarme y yo no aprendo.
Cuando me miras
tus labios me parecen
el corazón que agita nuestras almas,
que palpita al besar cuando me besas
o se quiebra con tu adiós cuando te marchas.
Cuando me miras,
el mundo resplandece
y deslumbra mis ojos con su llama.
Si los cierro sólo veo la silueta
que me guía hacia el encuentro de mi dama.
Por eso cuando me miras,
y en mi fijas tu mirada,
me haces sentir tan distinto:
sin saberlo, te esperaba.