Señor, en tus caminos
cuando llegue a ti,
cuando llegue su alma
y el mundo descanse en tus pies.
Habrá que volver
a entregar su memoria
¿Cuándo llegará a tu cielo?
Allí donde a plena luz del día
brillan estrellas que nos sonríen.
(Fabrizio De André - Plegaria en enero)
y su sombra se alarga
sobre la cruz del Puerto
cansado que aún respira,
el otoño que viene a romper mis caricias
se cubre con su voz,
ya no respira su boca con mi aire maltratado
como una canción que muere
en los labios de Brel
o unas medias de seda desgarradas
por su rímel y el silencio.
Me perderé en una noche sin salida
si no puedo destilar su poesía;
ella era de los mares lejanos,
de la sombra del eterno verano.
Me perderé en una noche sin estrellas
con la rosa de los vientos que me pierda
en el turbio delirio del alcohol
recordando su olvido y su canción
que no es verdad que viva sin aliento
en la noche desgarrada de los sueños.