Editorial Alaire

Ramón Carballal escribió: ↑Mar, 23 May 2023 16:59 Se arrastra silenciosa,
en medio de la sombra
y es certera como un rayo.

Una llamada de teléfono,
lo imprevisto en la negrura que no transige con el error,
una célula loca que no tiene raíz
solo enjambre, polen, jauría y el ámbar,
fósil del adiós.

Es muda como un témpano,
como el frío se escarcha en el corazón y pare miedo,
ausencia y una infinita sed de vida
cuando la llaga florece.

También es humo negro en la esperanza,
la calamidad de hojas oscuras que un árbol niega,
el suburbio donde lo improbable
tiene dentro de sí
la maldición de una certeza inesperada.

No todos los ángeles son ángeles de dicha,
acecha, indiferente, el colmillo del dolor.

Su voz es un látigo que sorprende a la inocencia,
por tal razón aparto de mí a las cosas que no responden
a la rutina de los horarios, a la calma de los días,
al futuro que es real.

Soy como un ciego que aún recuerda el milagro de la luz.

Hallie Hernández Alfaro escribió: ↑Mar, 23 May 2023 18:03 .

Muy llegador este magnífico perfil de la desgracia, querido amigo.
Excelente verso final.

Gracias por estar; abrazos.

E. R. Aristy escribió: ↑Mié, 24 May 2023 11:39

Ramón Carballal escribió: ↑Mar, 23 May 2023 16:59 Se arrastra silenciosa,
en medio de la sombra
y es certera como un rayo.

Una llamada de teléfono,
lo imprevisto en la negrura que no transige con el error,
una célula loca que no tiene raíz
solo enjambre, polen, jauría y el ámbar,
fósil del adiós.

Es muda como un témpano,
como el frío se escarcha en el corazón y pare miedo,
ausencia y una infinita sed de vida
cuando la llaga florece.

También es humo negro en la esperanza,
la calamidad de hojas oscuras que un árbol niega,
el suburbio donde lo improbable
tiene dentro de sí
la maldición de una certeza inesperada.

No todos los ángeles son ángeles de dicha,
acecha, indiferente, el colmillo del dolor.

Su voz es un látigo que sorprende a la inocencia,
por tal razón aparto de mí a las cosas que no responden
a la rutina de los horarios, a la calma de los días,
al futuro que es real.

Soy como un ciego que aún recuerda el milagro de la luz.

Con un cierre magistral, el poema se sostiene y se erige en una torre babilonica donde insospechablemente, la desgracia habla en todas las lenguas para que se entienda al final que nadie es exento de su treta. Logras , Ramon, por medio de una alta sensibilidad, no solo dar credencia a la desgracia, pero la enfrentas su desafio con con coraje y versos inteligentes de esperanzas y milagros. Abrazos.

Pilar Morte escribió: ↑Vie, 26 May 2023 9:54 Es muy real la descripción que haces de la desgracia. El cierre es magnífico.
Abrazos y felicidad.

Raul Muñoz escribió: ↑Vie, 26 May 2023 20:59 Muy bueno el poema en las imágenes que transmiten fielmente la sensación que sobreviene con la desgracia. Ese frío que encoge. Esto es a cada momento una posibilidad, pero también hay algo intocable, un tesoro del cual podemos ser guardianes y no desprendernos, y tal vez, ahí este la paz inmutable y la felicidad, todo lo demás es circunstancial. Esa luz.

Gracias por compartir Ramón.

Un abrazo.

Alejandro Costa escribió: ↑Vie, 26 May 2023 23:56 Con decir muy bueno sería suficiente.

Pero cuando lo firmas tú, el muy bueno se convierte en excepcional.

Perfecto, compañero.

Un abrazo.

J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Dom, 28 May 2023 12:18 El momento desgracia, descrita con ese lenguaje poético marca de la casa.

Todo un placer de lectura, amigo Ramón.

Todo un placer de lectura.

Abrazos.

Ramón Carballal escribió: ↑Mar, 23 May 2023 16:59 Se arrastra silenciosa,
en medio de la sombra
y es certera como un rayo.

Una llamada de teléfono,
lo imprevisto en la negrura que no transige con el error,
una célula loca que no tiene raíz
solo enjambre, polen, jauría y el ámbar,
fósil del adiós.

Es muda como un témpano,
como el frío se escarcha en el corazón y pare miedo,
ausencia y una infinita sed de vida
cuando la llaga florece.

También es humo negro en la esperanza,
la calamidad de hojas oscuras que un árbol niega,
el suburbio donde lo improbable
tiene dentro de sí
la maldición de una certeza inesperada.

No todos los ángeles son ángeles de dicha,
acecha, indiferente, el colmillo del dolor.

Su voz es un látigo que sorprende a la inocencia,
por tal razón aparto de mí a las cosas que no responden
a la rutina de los horarios, a la calma de los días,
al futuro que es real.

Soy como un ciego que aún recuerda el milagro de la luz.