Profecía (último paisaje)

[Ramón Castro Méndez]

No por lo que la muerte me prometa,
sino por todo aquello que no podrá quitarme.
LUIS GARCÍA MONTERO



No es la llama azul de los cometas,
ni el rayo de luna en el lado oscuro de las claraboyas,
es ese viento impaciente, viajero de noches a solas,
que en mi cabeza retumba como un avispero.

Es diciembre con sus señales del final de los días,
con sus dársenas vareadas por aguas oscuras,
con su doliente estatura de palabras inventadas,
con su pálida fiebre rebosando la copa.

Con la noche se enciende la tempestad
y, traicionando a la memoria, vuelvo
a mis años en ruinas y a un último paisaje
donde pueblan los bosques pájaros de ayer.

Tras la tempestad, un cielo raso de rosas
desangradas vela la sombra de un cadáver.

Lejos de aquí, el mundo está vacío,
está muriendo, carece de edad en mi recuerdo.
Hoy vivo entre espejos que en el último
invierno han envejecido un siglo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Admirable esta mirada lúcida a la vida y su brevedad cargada de las sevicias de los años donde la alegría de lo vivido se enfrenta a la asumida tristeza de la despedida. De cualquier modo, a pesar del espejo del tiempo, hemos de aprender que la muerte es tan natural como la vida misma y que lo de ella tenemos es el presente, así que todos perdemos, al fin, lo mismo. Marco Aurelio lo tenía claro, no podemos perder lo que no tenemos, y el pasado y el futuro no nos pertenecen ni podemos hacer nada con ellos. Salud.

[E. R. Aristy]

No por lo que la muerte me prometa,
sino por todo aquello que no podrá quitarme.
LUIS GARCÍA MONTERO



No es la llama azul de los cometas,
ni el rayo de luna en el lado oscuro de las claraboyas,
es ese viento impaciente, viajero de noches a solas,
que en mi cabeza retumba como un avispero.

Es diciembre con sus señales del final de los días,
con sus dársenas vareadas por aguas oscuras,
con su doliente estatura de palabras inventadas,
con su pálida fiebre rebosando la copa.

Con la noche se enciende la tempestad
y, traicionando a la memoria, vuelvo
a mis años en ruinas y a un último paisaje
donde los bosques tienen pájaros de ayer.

Tras la tempestad, un cielo raso de rosas
desangradas vela la sombra de un cadáver.

Lejos de aquí, el mundo está vacío,
está muriendo, carece de edad en mi recuerdo.
Hoy vivo entre espejos que en el último
invierno han envejecido un siglo.

Un poema excelso en completo dominio de un lenguaje cristalino. Aplaudo tu buen hacer e inspiradas letras, Ramon Castro Mendez. Abrazos, ERA

[Carmela Viñas]

Profundo lirismo en versos transparentes, introspectivos y bellos. Un gran poema
Un placer de lectura, Ramón Castro Méndez.
Un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

.

Un enorme poema que ilumina el horizonte, a pesar de la pena capital que parece ceñirse sobre él.

Impresionantes los versos de cierre, amigo mío.
Gracias mil por estar. Abrazos.

[Pilar Morte]

Magnífico poema que, para mí gusto, roza lo sublime entre el dolor y la belleza.
Abrazos y salud.

[Alejandro Costa]

Muy bueno.

Es algo así como dolor, oscuridad y belleza.

Muy completo y muy bien estructurado.

Me ha gustado.

Abrazos.

[Sergio D'Baires]

Ramón : poeta

Como dijo Julio es sevicia, no es ingratitud; tampoco usura, el tiempo de los diciembres es sádico porque es el tiempo de los suma y saldo...la existencia es una hipoteca masoquista que se levanta todos los diciembres...

Una gran poesía la que se destila del poema.


Un abrazo

[Ramón Carballal]

Un poema crepuscular que rebosa calidad. Un gusto haberlo leído. Abrazos.

[Ramón Castro Méndez]

Muchas gracias Julio. Aprecio en mucho tus palabras.

Un fuerte abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Muchas gracias, ERA, un placer que estas letrillas mías hayan sido de tu agrado.

Un enorme y afectuoso abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

"Lejos de aquí, el mundo está vacío,
está muriendo, carece de edad en mi recuerdo.
Hoy vivo entre espejos que en el último
invierno han envejecido un siglo"

Muy bueno, Ramón, sobre todo en este esplendoroso cierre.

Como decía Radio Futura: "El futuro ya está aquí" y además envejece mes a mes como antes siglo a siglo

Todo un placer de lectura.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

¿Quién muere en el poema? Podría ser que nadie escribe el poema, es imposible llegar al final, tal vez no hay final. Entonces, ¿de dónde vienen las profecías y el paisaje que nos muestras de rosas?
Muy buen poema, que me lleva a estos laberintos de la memoria. Mi enhorabuena Ramón. Gracias por compartir tanta belleza que duele.

Un abrazo.