Mensaje en una botella
Publicado: Dom, 30 Abr 2023 0:17
Era tan inmensa la marea
como el fondo dislocado de un deseo.
El mar se apilaba ola tras ola,
mientras generaba un impacto
con un silencio que sostenía a gritos
el dolor que mi aliento exhalaba.
El agua se convertía en espuma jadeante
a cada golpe con el que inmolaba
la vieja madera de mi débil barco a la deriva.
Ella no estaba,
hacía tiempo que se marchó,
que sucumbió a los encantos de un agua salvaje.
Más su nombre seguía grabado en la popa,
desgarrado y martirizado en cada vaivén,
en cada enfurecimiento de Poseidón
y en cada disputa con Neptuno.
Yo seguía luchando contra un imposible,
cómo si la locura del capitán Ahab, por esa ballena,
aún no se hubiera disuelto en los océanos,
y la brisa transportara un halo de muerte.
Tan solo espero que alguien lea estas letras,
que el mar me devuelva el amor que me arrebató,
y que la noche ilumine el deseo de ahogar mi dolor.
La marea arrastra la madera de la popa de un barco,
una botella con una nota encarcelada,
mientras la brisa permanece en silencio
y las encalla en una playa dormida.
El mar habrá dibujado su esquela.
como el fondo dislocado de un deseo.
El mar se apilaba ola tras ola,
mientras generaba un impacto
con un silencio que sostenía a gritos
el dolor que mi aliento exhalaba.
El agua se convertía en espuma jadeante
a cada golpe con el que inmolaba
la vieja madera de mi débil barco a la deriva.
Ella no estaba,
hacía tiempo que se marchó,
que sucumbió a los encantos de un agua salvaje.
Más su nombre seguía grabado en la popa,
desgarrado y martirizado en cada vaivén,
en cada enfurecimiento de Poseidón
y en cada disputa con Neptuno.
Yo seguía luchando contra un imposible,
cómo si la locura del capitán Ahab, por esa ballena,
aún no se hubiera disuelto en los océanos,
y la brisa transportara un halo de muerte.
Tan solo espero que alguien lea estas letras,
que el mar me devuelva el amor que me arrebató,
y que la noche ilumine el deseo de ahogar mi dolor.
La marea arrastra la madera de la popa de un barco,
una botella con una nota encarcelada,
mientras la brisa permanece en silencio
y las encalla en una playa dormida.
El mar habrá dibujado su esquela.