Bhagavad-guita II

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Raul Muñoz
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Bhagavad-guita II

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CAPÍTULO IX

EL SENDERO DE LA SABEDORIA REAL
Y DEL MISTICISMO REAL
1. — Dijo el BENDITO SEÑOR:
A ti, ¡oh Aryuna! que no Me contrarías, te revelaré este gran
misterio del conocimiento y su realización; conociéndolos, te liberarás del
mal.
2. — Éste es el rey del conocimiento y del secreto, y es la santidad
suprema; se lo percibe directamente; es fácil de practicar, es la
espiritualidad y es imperecedero.
3. — ¡Oh destructor de los enemigos!, la gente que carece de fe en
esta doctrina, no llega a Mí y retorna a este mundo mortal.
4. — Todo este mundo es interpenetrado por Mí, en Mi estado
inmanifestado. Todos los seres están en Mí, pero Yo no estoy en ellos
(como soy inconexo, no tengo ninguna relación con ellos).
5. — Ni los seres están en Mí; observa Mi divino misterio. Aunque
soy el sostén y el protector de los seres, sin embargo, Mi Ser no está en
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ellos. (Como no tengo ningún concepto de ego personal, no tengo apego a
nada, como lo tienen los seres encarnados. )
6. — Como el gran viento que se mueve por todas partes, está
siempre en el espacio, así, sábelo, todos los seres están en Mí.
7. — Al final de un ciclo, ¡oh Kounteya!, todos los seres vuelven a
Mí prakriti (se transforman en los principios de los gunas: sattva,
serenidad, rayas, actividad y tamas, inercia). Al principio de otro ciclo, de
nuevo Yo los proyecto.
8. — Dominando a Mi prakriti, proyecto repetidas veces a estos
seres sin autodominio, de acuerdo con su propia naturaleza. (Este verso es
la contestación de una posible pregunta.: ¿cómo el Señor que es inconexo e
inmutable, puede crear? La creación es la obra de la prakriti, la naturaleza
sicofísica, que empieza a funcionar por la mera proximidad del Señor.)
9. — Y esos actos, ¡oh Dhananyaia!, no me atan; porque quedo
desapegado como una persona indiferente.
10. — Dirigida por Mí, la prakriti produce el mundo de los objetos
inanimados y animados, y así, ¡oh Kounteya!, el mundo sigue su rumbo.
11. — Cuando Yo tomo forma humana, los ignorantes, los
inconscientes de Mi naturaleza superior como Supremo Señor de todos,
Me menosprecian.
12. — Estos ignorantes, de naturaleza demoníaca, ambiciosos y
crueles, mantienen vanas esperanzas, trabajan en vano y persiguen vanos
conocimientos, pues son insensatos.
13. — Pero las grandes almas, de naturaleza divina, Me adoran,
sabiendo que soy inmutable y el origen de todo.
14. — Esforzándose con firme determinación, prosternándose ante
Mí con devoción y glorificándome siempre, ellos Me adoran.
15. — Otros, por el yagña del Ser (considerando la existencia del Ser
en todo), Me adoran a Mí, al Omniforme; pero, cuando se consideran
distintos de Mí, Me adoran identificándome con lo multiforme.
16.— Yo soy el kratu (un culto védico). Yo soy el yagña, (culto
recomendado por otros textos sagrados), soy la svadhá (ofrenda a los
manes), soy los cereales y las plantas medicinales, soy el mantram
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(fórmula sagrada utilizada en los rezos), soy la manteca derretida para la
oblación, soy el fuego sagrado y soy la ofrenda.
17. — Yo soy el padre de este mundo, soy la madre, el abuelo, el
dispensador, el purificador, lo que ha de conocerse; soy el OM y los
Vedas: Rik, Sáman y Yayus.
18. — Yo soy el Ideal, el sostén, el Señor, el Testigo, la morada, el
refugio, el amigo, el origen, la disolución, el substrato, el repositorio y la
semilla eterna.
19. — Yo doy calor (por el sol), hago llover y paro la lluvia; soy la
inmortalidad y también soy la muerte; soy lo manifestado y lo
inmanifestado, ¡oh Aryuna!
20. — Los conocedores de los Vedas, purificados de sus pecados,
bebiendo el santificado jugo de las hojas del soma, Me adoran para ir al
cielo; llegando a esa esfera de méritos de Indra, el rey de los seres
celestiales, disfrutan los goces.
21. — Al terminar el período del mérito, por el cual gozan en el
vasto cielo, entran de nuevo en este mundo de los mortales. Así van y
vienen los que cumplen con los mandamientos de los tres Vedas.
22. — A las personas que, identificándose conmigo, constantemente
meditan en Mí, Yo les llevo todo lo que necesitan y preservo lo que ya
tienen.
23. — Aun aquellos que adoran con fe a los devas, en realidad, ¡oh
Aryuna!, Me adoran a Mí, aunque equivocadamente (porque buscan
placeres y no la liberación).
24. — Yo soy el único Señor y disfrutador de los yagñas; pero ellos no Me
conocen realmente, por eso, regresan a este mundo.
25. — Los devotos de los devas van a los devas; los adoradores de
los manes van a los manes; los adoradores de otros espíritus inferiores van
a ellos; también Mis devotos vienen a Mí.
26. — Si cualquiera con devoción Me ofrece una hoja, una flor o un
poco de agua, Yo acepto esas ofrendas que vienen de personas puras.
27. — Cualquier cosa que hagas, comas, sacrifiques o des a alguien,
cualquier austeridad que practiques, ofrécemelo a Mí, ¡oh Kounteya!
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28. — Así, te liberarás de la ligadura de los frutos de las acciones
buenas o malas, y estando emancipado y firmemente establecido en el yoga
de la renunciación, vendrás a Mí.
29. — Yo soy ecuánime para todos los seres; no tengo preferencias,
ni desprecio a nadie; pero, los que Me adoran, están en Mí y Yo en ellos.
30. — Si un malvado Me adora a Mí solamente, debe ser
considerado como una persona buena, porque ha tomado una buena
determinación.
31. — Pronto su mente se vuelve espiritual y logra la Paz. ¡Oh
Kounteya!, proclama ante el mundo que Mis devotos jamás perecen.
32. — Aun aquellos que han nacido en ambientes inferiores, las
mujeres, los comerciantes, los obreros (todos sin instrucción espiritual),
cuando se refugian en Mí, ¡oh Partha!, todos logran la Meta Suprema
(liberación).
33. — Y, ¡qué te diré de los religiosos brahmines y de los reyes
sabios! Ya que te has encarnado en este cuerpo infeliz y transitorio,
adórame a Mí.
34. — Fija tu mente en Mí, sé Mi devoto, ofréceme los yagñas,
póstrate ante Mí; así, con el corazón dedicado a Mí y considerándome
como el Supremo Ideal, vendrás a Mí.

CAPÍTULO X

LAS MANIFESTACIONES DIVINAS
1. — Dijo el BENDITO SEÑOR:
¡Oh tú, de brazos poderosos!, oye de nuevo Mi palabra suprema.
Como te deleita oírla, te la diré para tu bien.
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2. — Los devas y los rishis (sabios espirituales) no conocen Mi
origen pues Yo soy la fuente de todos ellos.
3. — Entre los hombres, aquel que sabe que Yo no tengo ni origen ni
principio y soy el Señor de los mundos, se libera de todos los pecados.
4-5. — El discernimiento, el conocimiento, el no quedar ilusionado,
el perdón, la veracidad, el control de los órganos internos y externos, la
felicidad, la infelicidad, la existencia, la inexistencia, el miedo, la
intrepidez, el no-dañar, la ecuanimidad, la satisfacción, la austeridad, la
caridad, la fama y la mala fama; todas estas cualidades nacen de Mí
solamente.
6. — Los siete grandes rishis y los cuatro manús nacieron de Mí;
todos ellos están dotados de Mi poder. Todas las criaturas del mundo
proceden de ellos.
7. — Los que en realidad conocen esas divinas manifestaciones
Mías y Mi poder yóguico, se establecen firmemente en el yoga; no existe
ninguna duda al respecto.
8. — Soy el origen de todo, todo ha evolucionado de Mí;
conociendo esto, los sabios Me adoran con amor y Conocimiento.
9. — Con la mente y los sentidos absortos en Mí, instruyéndose
mutuamente acerca de Mí, platicando sobre Mí, ellos están siempre felices
y contentos.
10. — A ellos, que están así dedicados a Mí y Me adoran con
devoción total, Yo les doy el yoga del entendimiento, por el cual vienen a
Mí.
11. — Para hacerles bienaventurados, morando en su intelecto,
destruyo las tinieblas de la ignorancia mediante la resplandeciente luz del
Conocimiento.
12-13. — Dijo Aryuna:
Tú eres lo Supremo Brahman, la Suprema Morada y el Supremo
Purificador. Todos los rishis humanos y Nárada, el rishi entre los devas;
también Asita, Devala y Vyasa te llaman el Eterno, Luminoso Ser, la
Divinidad Primordial, y Tú mismo me lo estás diciendo.
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14. — ¡Oh Keshava!, todo eso que me has dicho, yo lo considero
como la verdad. Es cierto, ¡oh Señor!, que ni los devas, ni los asuras
(demonios) conocen Tus manifestaciones.
15. — Sólo Tú, Te conoces a Tí mismo; ¡oh Suprema Persona!, ¡oh
Creador y Señor de los seres!, ¡oh Dios de los dioses!, ¡oh Amo de los
mundos!
16. — En verdad, sólo Tú puedes hablar extensamente de Tus
divinas glorias, por las cuales, interpenetrando todos estos mundos, Tú
existes.
17. — ¡Oh Yoguin!, ¿cómo debo meditar para conocerte? ¡Oh
Señor!, ¿en qué objetos particulares debo meditar sobre Ti?
18. — ¡Oh Yanardana!, habíame de nuevo ampliamente de Tus
poderes yóguicos y Tus atributos. Jamás me sacio de oír Tus palabras de
néctar.
19. — Dijo el BENDITO SEÑOR:
Bien, de nuevo te hablaré sobre Mis principales glorias divinas, ¡oh,
el mejor de los Kurús!, porque son infinitas Mis manifestaciones.
20. — ¡Oh Gudakesha! (Aryuna, vencedor del sueño), Yo soy el
Atman en el corazón de todos los seres. Soy el principio, el medio y el fin
de todos.
21. — Soy Vishnú entre los adityas (un grupo de doce divinidades);
soy el brillante Sol entre los astros; soy Marichi de los vientos y la luna de
los planetas.
22-23. — De los vedas soy el Sama Veda, de los devas soy Indra, de
los sentidos soy la mente y soy la conciencia de los seres. De los rudras soy
Shankara, de los yakshas y rakshashas soy Kubera, de los vasus soy
Pávaka, el fuego, y de las montañas, soy Meru.
24-25 — ¡Oh Partha!, sabe que soy Brihaspati entre los sacerdotes,
soy Skanda entre los generales, soy el océano de los lugares acuáticos. Soy
Bhrigú entre los rishis, de los verbos soy OM, soy el yapam (la repetición
del santo nombre de Dios) entre los yagñas y soy el Himalaya de los
objetos inmóviles.
26-27 — De los árboles soy el ashvattha (ficus índica); de los rishis
entre los devas soy Nárada; soy Chitraratha entre los gandharvas; soy
Kapila Muni entre los perfectos. De los caballos soy Uchchasravas, nacido
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del néctar; de los nobles elefantes soy Airavata y soy el rey entre los
hombres.
28-29. — Soy el rayo entre las armas; soy la Kamadhuka entre las
vacas; soy la pasión generadora entre las pasiones; soy Vasuki entre las
serpientes venenosas; soy Ananta entre los pitones; soy Varuna entre los
seres acuáticos; soy Aryamana entre los manes y soy Yama entre los seres
de autocontrol.
30-31. — De los hijos de Diti, soy Prahlada; de las medidas soy el
tiempo; de las bestias soy el león y de los pájaros soy Garuda. De los que
se mueven ligero soy el viento; soy Rama entre los guerreros; de los peces
soy el tiburón Makara y de los ríos soy Yanhavi (Gangá o Ganges).
32-33. — De las manifestaciones, ¡oh Aryuna!, soy el principio, el
medio y el fin; de la sabiduría soy el conocimiento del Ser y de las
controversias soy vada (argumento constructivo). Soy la "A" entre los
alfabetos, soy dvandva entre los que juntan las palabras; soy el tiempo
eterno y el dispensador universal.
34. — Soy la muerte, la destructora de todo; soy la prosperidad de
los futuros ricos y, entre las cualidades femeninas, soy: la fama, la
abundancia y belleza, la clara dicción, la memoria, la inteligencia, la
fortaleza y la clemencia.
35. — De la lírica védica soy la gran sama; de la métrica, en poesía,
soy la gayatri; de los meses soy el agrahayana (octubre-noviembre) y de las
estaciones soy la primavera.
36. — De los actos fraudulentos, soy el juego; soy la proeza de los
valientes; soy la victoria, el empeño y la bondad de los buenos.
37. — Soy Vásudeva, entre los Vrishnis; soy Dhananyaia, entre los
Pandavas; soy Vyasa, entre los sabios, y soy Ushanas, entre los poetas
místicos.
38. — Soy el látigo de los castigadores; soy la táctica de los
conquistadores; soy el silencio de los secretos y soy el conocimiento de los
conocedores.
39. — Soy, ¡oh Aryuna!, la semilla de todo; no hay ningún ser móvil
o inmóvil que pueda existir sin Mí.
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40. — ¡Oh destructor de los enemigos!, no tienen fin Mis atributos
divinos. Solamente en forma breve te he detallado Mis glorias.
41. — En realidad, todo lo que es glorioso, excelente y poderoso,
sabe que es producido de una fracción de Mi divina gloria.
42. — ¡Oh Aryuna!, ¿de qué te servirá conocer todos estos detalles?
Sabe que Yo existo interpenetrando este universo entero con sólo una parte
de Mi existencia.

CAPÍTULO XI

LA VISIÓN DE LA FORMA UNIVERSAL
1. — Dijo Aryuna:
Esta ilusión mía se ha desvanecido por las profundas palabras sobre
el discernimiento del Ser, que Tú me has dicho por compasión.
2. — ¡Oh Tú, de ojos de loto!, te he oído hablar extensamente sobre
el origen y la disolución de los seres y también sobre Tu gloria.
3. — ¡Oh gran Señor!, todo lo que has dicho es cierto. ¡Oh Suprema
Persona!, tengo el deseo de ver Tu Forma Divina.
4. — Si Te parece bien, ¡oh Señor!, que yo pueda verte, entonces,
¡oh Señor de los yoguies!, muéstrame Tu Ser eterno.
5. — Dijo el BENDITO SEÑOR:
¡Oh Partha!, mira Mis centenares y millares de formas divinas, de
diversos colores y figuras.
6. — Mira a los adyitas, a los vasus, a los mellizos ashwins y a los
maruts; mira, ¡oh Bharata!, a las distintas y maravillosas figuras que jamás
fueron vistas antes.
7. — ¡Oh Gudakesha!, mira hoy al universo entero, con el conjunto
de todos los objetos móviles e inmóviles, y cualquier otra cosa que quieras
ver.
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8. — Como no podrás verme con esos ojos tuyos, te daré el ojo
divino. Ahora, mira Mi supremo poder yóguico.
9. — Dijo Sanyaia:
¡Oh rey!, después de decir estas palabras, Hari, el gran Señor del
yoga, reveló Su Suprema Forma Divina a Partha.
10-11. — Con muchas bocas y ojos, presentando diversos y
maravillosos aspectos, adornado con joyas celestiales, con numerosas
armas celestiales en Sus manos, vestido con trajes y guirnaldas celestiales,
ungido de aromáticos ungüentos celestiales, estaba el todomaravilloso,
resplandecíente e infinito Señor, con rostros en todas las direcciones.
12. — Si la refulgencia de mil soles apareciera simultáneamente en
el cielo, eso podría compararse con el esplendor de aquella extraordinaria
forma.
13. — Entonces, en el cuerpo del Supremo Señor de todo, el
Pandava, vio en conjunto, al universo entero, manifestado en múltiples
formas.
14. — Estupefacto y estremecido, Dhananyaia juntó sus palmas, y
saludando al Señor con una inclinación de cabeza, dijo lo siguiente:
15. — Dijo Aryuna:
Veo en Tu cuerpo a todos los seres celestiales y a innumerables seres
de distintas clases; veo también a Brahma, el Creador, en Su asiento de
loto, y a los rishis (sabios), y a las serpientes celestiales.
16. — Te veo con innumerables formas en todas las direcciones, con
múltiples brazos, estómagos, rostros y ojos. ¡Oh Señor del universo!, ¡oh
Omniforme!, no veo de Ti ni el fin, ni el medio, ni el principio.
17. — Te veo en todas las direcciones, con Tu diadema, maza y
disco, como una masa de luz resplandeciente, deslumbradora e
inconmensurable, y con la refulgencia del fuego y del sol.
18. — Tú eres lo Imperecedero, lo Supremo, lo que ha de conocerse;
Tú eres la Suprema Meta de este universo; Tú eres el inmortal guardián de
la religión eterna; Te considero como el Ser Primordial.
19. — Veo que no tienes ni principio, ni medio, ni fin; Tu proeza es
infinita, Tus brazos son innumerables; el sol y la luna son Tus ojos; veo al
fuego ardiente en Tu boca y Tu esplendor quema al universo entero.
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20. — El espacio entre el cielo y la tierra, está interpenetrado por Ti
en todas direcciones; y mirando esta maravillosa y terrible forma Tuya,
están temblando de miedo todos los seres de los tres mundos.
21. — En verdad, en Ti están entrando todos los devas; algunos de
ellos, por el temor, juntando las manos, Te están alabando; mientras que
los grandes sabios y seres perfectos, están cantando Tu gloria con diversos
himnos.
22. — Los rudras, adityas, vasus, sádhyas, visvadevas, los mellizos
ashwin, los maruts, manes, gandharvas, yakshas, asuras y siddhas (distintas
clases de seres celestiales), todos Te están contemplando con
estupefacción.
23. — ¡Oh Tú de brazos poderosos!, viendo Tu inconmensurable
forma de innumerables bocas, ojos, brazos, muslos, pies, estómagos y de
enormes colmillos, todo el mundo y yo también, estamos aterrorizados.
24. — ¡Oh Vishnu!, viéndote tocar el cielo y brillar con diversos
colores, con bocas abiertas y con grandes ojos de fuego, siento miedo en
mi corazón; ya no tengo paz ni fortaleza.
25. — Viendo Tus temibles bocas, con colmillos que arden como el
fuego de la disolución del universo, he perdido la noción de los puntos
cardinales y no tengo paz. ¡Oh Señor de los devas!, ¡oh refugio del
universo!, ten piedad.
26-27. — Todos los hijos de Dhritarashtra, con huestes de reyes,
Bhisma, Drona, Karna, el hijo del carrocero y los principales guerreros
nuestros, todos están entrando vertiginosamente en tus mandíbulas con
terribles dientes; a algunos de ellos los veo colgados entre Tus dientes, con
sus cabezas trituradas.
28. — Como los cerrentosos ríos fluyen hacia el océano, así, esos
héroes están entrando en Tu temible y ardiente boca.
29. — Como las polillas se lanzan precipitadamente en el fuego sólo
para perecer, así, esos seres están arrojándose en Tus bocas sólo para ser
destruidos.
30. — Devorándolos a todos en todas direcciones con tus bocas
ardientes, Tú estás lamiéndote los labios. ¡Oh Vishnu!, Tus terribles rayos
han cubierto con su radiación al universo entero, y lo están quemando.
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31. — Dime, ¿quién eres Tú de forma aterradora? Te saludo, ¡oh
gran Dios!, sé propicio. Quiero conocerte, ¡Oh Ser Primordial! Realmente
no sé Tu propósito.
32. — Dijo el BENDITO SEÑOR:
Soy el poderoso Tiempo, el destructor del mundo; aquí estoy
manifestado para destruirlo. Aun sin ti, ni uno de esos guerreros, formados
en el campo de batalla, vivirán.
33. — Así que, levántate y adquiere fama; conquista a tus enemigos
y disfruta de un reino floreciente. Todos ellos ya han sido muertos por Mí
solo, ¡oh Savyasachin! (que maneja el arco con las dos manos, Aryuna), sé
simplemente Mi instrumento.
34. — Mata a Bhisma, Drona, Karna, Yaiadratha y a otros; todos
ellos han sido muertos por Mí; no te aflijas, ganarás a tus enemigos en la
batalla.
35. — Dijo Sanyaia:
Oyendo estas palabras de Keshava, Aryuna saludó tembloroso a Sri
Krishna juntando las manos; e inclinándose de nuevo, dijo lo siguiente:
36. — Dijo Aryuna:
Es muy propio, ¡oh.Hrishikesha!, que el mundo se deleite en Tu
gloria y que sea atraído por Ti; también es propio que los demonios se
espanten en todas direcciones y que todos los seres perfectos se arrodillen
ante Ti.
37. — Y, ¿por qué no han de saludarte, ¡oh Gran Alma!, superior a
Brahma, el Creador? ¡Oh Ser infinito! Señor de los devas, Morada del
universo; Tú eres lo Imperecedero, eres lo manifestado, lo inmanifestado y
lo que está más allá de ambos.
38. — Tú eres el Dios Primordial, el Ser Primario; eres el supremo
repositorio del universo. Tú eres el conocedor y lo que debe ser conocido,
y la Meta Suprema. ¡Oh Omniforme!, este universo está interpenetrado por
Ti.
39. — Tú eres el Dios del aire, de la muerte, del fuego, del agua y de
la luna; eres el protector de los seres; eres el bisabuelo de todos. Te saludo,
te saludo repetidas veces; miles de salutaciones para Ti.
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40. — ¡Oh Todo!, te saludo de frente, de atrás, de todos lados. Tú,
de infinito poder y valor, interpenetras todo, por eso Tú eres todo.
41-42. — Todo lo que Te he dicho como un presumido, por
descuido o por cariño, llamándoTe Krishna, Yadava o amigo, cualquier
ofensa que Te haya hecho, ¡oh Achyuta! (imperecedero), en broma,
jugando, mientras caminaba, descansaba, estaba sentado o en la mesa a la
hora de comer, a solas o en compañía de otros, Te imploro, ¡oh
Inconmensurable! que me perdones.
43. — Tú eres el padre de los seres móviles e inmóviles de este
mundo; eres lo Adorable, superior a los superiores; en los tres mundos no
hay nadie igual a Ti o que Te pueda superar, ¡oh Tú de poder
incomparable!
44. — Por eso, prosternándome en adoración te pido perdón, ¡oh
Señor Adorable! Como el padre perdona al hijo, el amigo al amigo, el que
ama a su amado, así, ¡oh Señor!, Tú debes perdonarme.
45. — Estoy colmado de felicidad por haber visto lo que jamás había
visto antes; sin embargo, mi mente sigue agitada por el miedo. Muéstrame
la otra forma Tuya. ¡Oh Dios de los dioses!, ¡oh Morada del universo!, ten
piedad.
46. — ¡Oh Omniforme!, con miles de brazos, toma de nuevo Tu
forma de cuatro brazos; Te quiero ver con la diadema, la maza y el disco.
47. — Dijo el BENDITO SEÑOR:
Complacido te he mostrado, por Mi poder yóguico, ¡oh Aryuna!,
esta forma Mía, resplandeciente, universal, infinita y primordial. Esta
forma, jamás fue vista por nadie antes de ti.
48. — En este mundo de los mortales, ni por el estudio de los Vedas,
ni por los yagñas, ni por caridades y cultos, ni por las prácticas de
austeridades, ea posible ver esta forma Mía. Sólo tú la has visto, ¡oh gran
héroe de los Kurús!
49. — Viendo esta terrible forma Mía, no temas ni te quedes
aturdido. Desecha el miedo y, con la mente alegre, veMe ahora como era
antes.
50. — Dijo Sanyaia:
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Diciéndole a Aryuna estas palabras, Vásudeva (Sri Krishna), de
nuevo le mostró su antigua forma. El Gran Ser, tomando de nuevo Su
bendita forma, alegró al atemorizado Aryuna.
51. — Dijo Aryuna:
¡Oh Yanardana!, viendo esta benigna y humana forma Tuya, me
siento ahora bien y he vuelto a mi estado normal.
52. — Dijo el BENDITO SEÑOR:
Realmente, es muy difícil ver esta forma Mía que tú has visto. Aun
los devas ansian ver esta forma.
53. — Ni por intermedio de los Vedas, ni por las austeridades, ni por
los cultos, es posible verMe en la forma en que tú Me has visto.
54. — Pero, ¡oh fulminador de los enemigos!, ¡oh Aryuna!, sólo por
la firme devoción es posible conocerMe, verMe realmente y sumergirse en
Mí.
55. — ¡Oh Pandava!, el que trabaja para Mí, que Me tiene como
su Meta Suprema, que está dedicado a Mí, que es desapegado y no es
enemigo de nadie, llega a Mí.

CAPÍTULO XII

EL SENDERO DE LA DEVOCIÓN
1. — Dijo Aryuna:
Entre los devotos que Te adoran con dedicación constante, y
aquellos que adoran a lo Imperecedero, a lo Inmanifestado, ¿quiénes son
más versados en el yoga?
2. — Dijo el BENDITO SEÑOR:
Considero mejores yoguies a aquellos que Me adoran con la mente
fija en Mí, firmes en su devoción y dotados de suprema fe.
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3-4. — Pero, aquellos que controlando sus sentidos, siendo
ecuánimes y haciendo bien a todos, adoran a lo Imperecedero, In manifestado, Indefinible, Omnipresente, Inconcebible, Inmutable y Eterno,
también llegan a Mí.
5. — Es mayor la dificultad de los que son adictos a lo
Inmanifestado, porque para los encarnados el sendero hacia lo
Inmanifestado es muy difícil de alcanzar.
6-7. — En cambio, ¡oh Partha!, los que Me ofrecen todas sus
acciones, que están entregados a Mí, que Me adoran y meditan en Mí con
firme devoción, a ellos que están concentrados en Mí, Yo les redimo
pronto de este océano de existencia transmigratoria.
8. — Fija tu mente solamente en Mí, coloca tu intelecto en Mí, y sin
duda vivirás en Mí.
9. — Si no puedes fijar tu mente firmemente en Mí, entonces ¡oh
Dhananyaia!, trata de llegar a Mí por el abhyasa yoga (práctica diaria del
constante recuerdo).
10. — Si no logras hacer el abhyasa, entonces, dedícame tus
acciones; y así actuando para Mí, te emanciparás.
11. — Si aun esto te resulta difícil, toma refugio en Mí y
dominándote a ti mismo, renuncia al fruto de todas tus acciones.
12. — Indudablemente, el conocimiento es superior al mero
abhyasa; la meditación es superior al conocimiento, y la renunciación al
fruto de la acción, es mejor que la meditación, porque por la renunciación
se logra inmediatamente la Paz.
13-14. — El que no envidia a nadie, el amigo y compasivo hacia
todos, el que no es posesivo ni egoísta, el que simpatiza con todos en el
placer y en el dolor, el clemente, el siempre contento, contemplativo, auto dominado, el que tiene firme convicción y Me ha dedicado su intelecto y
su mente, ese devoto Mío, Me es muy querido.
15. — Aquel que no perturba al mundo y a quien el mundo no puede
perturbar, que está libre del placer, de la envidia, del miedo y de la
ansiedad, es Mi querido.
16. — El devoto que es independiente, puro, indiferente, tranquilo y
renuncia a toda nueva empresa, es Mi querido.
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17. — Aquel que no se regocija, ni se disgusta, ni se lamenta, ni
tiene deseos, que renuncia al bien y al mal, y es muy devoto, es Mi
querido.
18-19. — El que es igual con el amigo y el enemigo; en el honor y
en el deshonor, en el calor y en el frío, en la alegría y en la tristeza, en la
alabanza y en la censura, que es desapegado y silencioso, que está
satisfecho con cualquier cosa, que no tiene hogar y es de mente firme, es
Mi querido.
20.— Aquellos, que practican con fe esta religión inmortal y Me
consideran como la Meta Suprema, esos devotos, son Mis queridos.

CAPÍTULO XIII

EL DISCERNIMIENTO ENTRE
LA NATURALEZA Y EL ALMA
1. —Dijo el BENDITO SEÑOR:
Este cuerpo es llamado kshetra (literalmente: la tierra; en él brotan
todos los conceptos, buenos y malos), y los sabios llaman kshetragña al
conocedor de este kshetra.
2. — ¡Oh Bharata!, sabe que Yo soy el kshetragña de todos los
cuerpos. Según Mi opinión, el conocimiento concerniente al kshetra y
kshetragña, es el verdadero conocimiento.
3. — ¿Qué y cómo es el kshetra?, ¿cuáles son sus modificaciones?,
¿de dónde surge y qué formas tiene?; y también, ¿qué es el kshetragña y
cuáles son sus poderes? Oye lo que te diré sobre ellos, en forma breve.
4. — Esta verdad ha sido cantada, de diversas maneras, por los rishis
(sabios) en distintos himnos Védicos, y, también en los pasajes referentes a
BrahmAn y que están llenos de frases razonables y convincentes.
55
5-6. — Los cinco grandes elementos, el ego, el intelecto, la
naturaleza inmanifestada, los diez órganos, la mente, los cinco objetos de
los sentidos, el deseo, la aversión, la alegría, la miseria, el cuerpo, la
inteligencia y la fortaleza, todo esto en forma breve, es el kshetra con sus
modificaciones.
7-11. — La humildad, la no-ostentación, el no-dañar, la clemencia,
la rectitud, el servicio al gurú (maestro espiritual), la pureza, la firmeza, el
auto-dominio, el desapego a los objetos de los sentidos, la ausencia de
egoísmo, la reflexión sobre los males del nacimiento, de la muerte, de la
vejez, de la enfermedad y del dolor; el desapego y la no-identificación con
el hijo, con la esposa, con el hogar, etcétera; el constante equilibrio mental
en la felicidad y la desdicha; la firme devoción hacia Mí, mediante el yoga
de la continuidad; la vida de soledad, la aversión a la sociedad, la
constante dedicación al conocimiento espiritual y la percepción de la
suprema verdad; todo esto, es conocimiento; y lo contrario, es ignorancia.
12. — Te hablaré sobre lo que debe ser conocido, conociendo lo
cual uno se vuelve inmortal: es lo Supremo Brahman, que no tiene
principio, y no se le llama Ser ni no-Ser.
13. — Aquello existe interpenetrando todo; Sus manos, pies, ojos,
cabezas, bocas y oídos, están en todas partes.
14. — Está manifiesto en las funciones de los sentidos, sin embargo,
no tiene órganos de los sentidos; es inconexo, pero sostiene a todo, y, a
pesar de no tener atributos, los experimenta.
15. — Está dentro y fuera de todos los seres; es móvil e inmóvil;
siendo sutil, es incomprensible, y aunque está lejos, es lo más cercano.
16. — Es indivisible, pero parece estar individualmente en todos los
seres; se Le debe conocer como el sostén de todos los seres, y, también,
como el originador y el devorador de todos ellos.
17. — Es la luz de las luces, y se dice que está más allá de las
tinieblas. Es el conocimiento, lo que debe ser conocido, la meta de los
conocimientos; y está en el corazón de todos los seres.
18. — He hablado brevemente sobre kshetra, el conocimiento, lo
que debe ser conocido. Conociendo esto, Mi devoto se prepara para llegar
a Mi Ser.
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19. — Sabe que la prakriti (la naturaleza sicofísica) y el Purusha (el
Ser), ambos, son sin principio y, también, sabe que todas las
modificaciones y cualidades nacen de la prakriti.
20. — Se dice que la prakriti es la causa del cuerpo y de los sentidos
y que el Purusha es la causa de la experiencia del placer y del dolor. (El
Purusha y la prakriti, conjuntamente, causan la existencia fenomenal. La
prakriti se transforma en el cuerpo, los sentidos, los placeres, los dolores,
etc. Esta unión hecha, por supuesto, en la ignorancia de parte del Purusha,
hace posible la existencia relativa; el Purusha, en realidad, jamás pierde su
naturaleza pura e inmutable.)
21. — El Purusha, encarnado en la prakriti, experimenta los gunas
(cualidades) nacidos de ella. El apego a esos gunas es el que causa los
nacimientos del Purusha en ambientes buenos o malos.
22. — El Supremo Purusha, en este cuerpo es denominado el
Testigo, el Aprobador, el Sostén, el Experimentador, el Soberano Señor y
el Supremo Ser.
23. — El que así.conoce al Purusha y a la prakriti con sus gunas, no
nace de nuevo (ni sufre las consecuencias), cualquiera que sea su modo de
vivir.
24. — Hay quienes, por la meditación, perciben íntimamente al Ser;
otros, lo perciben por la práctica del discernimiento (entre lo Real y los
relativos); otros, por el yoga y, otros, por el karmayoga (acción inegoísta).
25. — Mientras que otros, sin tener directo conocimiento de esos
senderos, hacen la adoración según lo que oyen de otras personas (sabias);
también ellos, van más allá de la muerte (se emancipan), porque escuchan
con devoción (y luego practican lo que han escuchado).
26. — ¡Oh tú, el mejor de los Bharatas!, sabe que todo ser, animado
o inanimado, procede de la unión del kshetra y el kshetragña.
27. — Aquel que ve al Supremo Señor, residiendo igualmente en
todos los seres; que ve a lo Imperecedero en los objetos perecederos, sólo
él ve bien.
28. — Porque viendo que el Señor mora igualmente en todas partes,
él no daña a su propio Ser y logra la Meta Suprema. (Dañar, significa:
ignorar la existencia del Ser.)
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29. — Aquel que ve (conoce) que sólo la prakriti hace las acciones y
que el Purusha no hace nada, sólo él ve bien.
30. — Cuando ve que los diversos seres evolucionan de la prakriti,
que es única, y que ellos residen en ella, se identifica con Brahman.
31. — Este Supremo Ser que no tiene ni principio, ni atributos, es lo
Inmutable. Aunque mora en el cuerpo, ¡oh Kounteya!, Él no actúa, ni tiene
apego.
32. — Como el omnipresente espacio es sutil y no se contamina, así,
el Ser que está en todos los cuerpos, no es contaminado por ellos.
33. — Como el Sol, que es único, ilumina al universo entero, así el
Ser, aunque esté encarnado, ilumina todos los cuerpos.
34. — Aquellos, que con el ojo del conocimiento perciben la
diferencia entre el kshetra y el kshetragña y también conocen el modo de
liberarse de la prakriti, alcanzan Lo Supremo.

CAPÍTULO XIV

EL DISCERNIMIENTO SOBRE
LOS TRES GUNAS
1. —Dijo el BENDITO SEÑOR:
Te hablaré de nuevo sobre el Conocimiento Supremo, conociendo lo
cual, los sabios lograron la perfección después de la muerte.
2. — Los sabios dedicados a este conocimiento, cuando llegan a Mi
Ser, ya no renacen en el momento de la creación, ni sufren en el momento
de la disolución.
3. — La gran prakriti es Mi matriz, allí coloco el germen y de ella,
¡oh Bharata!, nacen todos los seres.
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4. — ¡Oh Kounteya!, la prakriti es la verdadera matriz de toda cosa
que nace de distintas matrices, y Yo soy el germinador paterno.
5. — Sattva, rayas y tamas, estos tres gunas (aspectos o cualidades)
nacidos de la prakriti, ¡oh tú de poderosos brazos!, atan fuertemente al
cuerpo al ser encarnado.
6. — De ellos, el sattva que es puro, luminoso (ayuda al
conocimiento) y bueno, ata al ser encarnado, ¡oh impecable!, mediante el
apego a la felicidad y al conocimiento.
7. — ¡Oh Kounteya!, sabe que rayas es de naturaleza pasional y es
la fuente del deseo y del apego; este guna ata fuertemente al ser encarnado
a la acción.
8. — ¡Oh Bharata!, sabe que tamas nace de la ignorancia y alucina a
todos los seres; él ata al ser encarnado mediante la inadvertencia, la pereza
y el sueño.
9. — ¡Oh Bharata!, sattva lo ata a uno a la felicidad; rayas a la
acción; mientras que tamas, cubriendo el conocimiento, lo ata a la falta de
comprensión.
10. — ¡Oh Bharata!, sattva predomina, a veces, sobre rayas y tamas;
otras veces, rayas predomina sobre tamas y sattva; y también, tamas se
destaca cuando domina a sattva y rayas.
11. — Cuando el conocimiento brilla a través de los sentidos, se
debe considerar que predomina sattva.
12. — Cuando prevalecen la codicia, la actividad, el concepto de
nuevas empresas, la intranquilidad y el deseo, entonces, ¡oh Bharata!,
predomina el rayas.
13. — Y cuando predomina el tamas, ¡oh Kounteya!, prevalece la
oscuridad mental, la inercia, la inadvertencia y la alucinación.
14. — Si el ser encarnado muere cuando el sattva predomina,
entonces, va a las esferas de los devotos que adoran a lo Más Elevado
(Dios en Su aspecto cósmico).
15. — Si en el momento de morir predomina el rayas, uno nace entre
la gente adicta a la acción; y si predomina el tamas, nace entre los seres
que no razonan.
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16. — Se dice que el fruto de la buena acción es sáttvico y puro; el
del rayas es sufrimiento; y el del tamas es ignorancia.
17. — De sattva nace la sabiduría; del rayas la codicia; y del tamas
la incomprensión, la ilusión y la ignorancia.
18. — Los de temperamento sáttvico van arriba (a las esferas
superiores; se liberan progresivamente); los rayásicos quedan en el medio
(renacen en cuerpo humano), y los tamásicos van abajo (nacen como seres
inferiores).
19. — Cuando el sabio ve (conoce) que sólo los gunas son los que
actúan, y conoce a Aquel que está más allá de los gunas, entonces llega a
Mi Ser.
20. — Trascendiendo a los tres gunas, que causan este cuerpo, el ser
encarnado se libera del nacimiento, de la muerte, de la vejez y del
sufrimiento, y deviene inmortal.
21. — Dijo Aryuna:
¡Oh Señor!, ¿por qué signos es conocido aquel que ha trascendido a
los gunas? ¿Cuál es su conducta y cómo trasciende a los tres gunas?
22. — Dijo el BENDITO SEÑOR:
¡Oh Pandava!, aquel que no se opone al surgimiento del
conocimiento, de la actividad o de la alucinación, y tampoco los desea
cuando no surgen;
23. — Aquel que se queda indiferente y no es perturbado por los
gunas, que ha realizado que sólo los gunas funcionan, y permanece firme,
sin vacilar;
24-25. — Aquel que se siente igual en el placer o en el dolor, que
mora en su propio Ser; que da igual valor a un trozo de arcilla, a una
piedrita o a una pepita de oro; que se mantiene ecuánime ante lo agradable
y lo desagradable, ante la censura o la alabanza, en el honor o en el
deshonor, ante el amigo o el enemigo y que ha renunciado a toda nueva
empresa, ha trascendido a los gunas.
26. — Aquel que me sirve a Mí solo, con el firme yoga de la
devoción, trasciende a los gunas y es digno del estado de Brahman.
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27. — Porque Yo soy la personificación de Brahman, de lo Inmortal,
de lo Inmutable, de la Religión Eterna y de la Dicha Absoluta.

CAPÍTULO XV

EL SENDERO HACIA
LA SUPREMA PESSOA
1. — Dijo el BENDITO SEÑOR:
Hablan del eterno árbol ashvattha, cuyas raíces van hacia arriba y
sus ramas hacia abajo; sus hojas son los Vedas. Aquel que conoce esto, es
el conocedor de los Vedas. (Krishna está hablando en forma alegórica
sobre este mundo, comparándolo con el árbol ashvattha, que literalmente
significa : transitorio. La raíz, que va hacia arriba, es la Suprema Persona,
y el resto del árbol, que se dirige hacia abajo, es este universo nuestro de
nacimiento y muerte. Los Vedas, que con sus mandamientos y
prohibiciones, protegen a los hombres, son comparados con las hojas.)
2. — Nutridas por los gunas, sus ramas se extienden hacia arriba y
abajo; los objetos de los sentidos son las yemas, y las finas raíces que se
dirigen hacia abajo, originan las acciones en el mundo.
3-4. — Aquí, en este mundo, no se percibe la forma suya (de este
árbol eterno), ni su principio, ni su fin, ni su continuidad. Después de
cortar este árbol, que está profundamente arraigado, con el hacha del
desapego, y diciendo: "Tomo refugio en aquel primordial Ser, de Quien ha
surgido este proceso eterno", se debe buscar la Meta, logrando la cual, cesa
el renacimiento.
5. — Libre de vanidad e ilusión, venciendo el mal del apego,
siempre dedicado a las cosas espirituales, completamente alejado de los
deseos y de los pares de opuestos, llamados placer y dolor, el sabio, libre
de ilusión, alcanza la eterna Meta.
6. — Ni el sol, ni la luna, ni el fuego pueden iluminar a esa Meta,
que es Mi Supremo Estado; cuando uno lo alcanza, no regresa más (no
renace).
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7. — En realidad, una parte Mía se ha transformado en el ser
encarnado, el cual atrae hacia sí mismo a los cinco sentidos y a la mente, el
sexto; todos ellos quedan en la prakriti.
8. — Cuando el Señor (el Ser) toma un cuerpo, o lo deja, Él se
asocia con los seis sentidos o los abandona, y se va como la brisa que lleva
consigo el perfume de las flores.
9. — Dirigiendo los oídos, los ojos, los órganos del tacto, gusto y
olfato, y, también la mente, Él experimenta a los objetos de los sentidos.
10. — Los ignorantes, alucinados, no Lo ven cuando Él toma un
cuerpo, lo deja o hace las experiencias asociándose con los gunas; en
cambio, los que tienen los ojos de la sabiduría, Lo ven.
11. — Los yoguies, que se esfuerzan por lograr la perfección, Lo
ven morando en su corazón; en cambio, los descuidados hombres sin
control, a pesar de sus esfuerzos, no Lo ven.
12— Sabe que la luz del sol que alumbra al universo, la luz de la
luna y del fuego, es Mi luz.
13. — TransformándoMe en la luna acuática, con Mi energía entro
en la tierra, y as sostengo a todos los seres y nutro a las hierbas. (Se dice
que la luna es el repositorio de todos los fluidos vitales.)
14. — Residiendo en los cuerpos de los seres como vaishvánara
(fuego digestivo), asociado con el prana y apana, digiero las cuatro clases
de comidas (que se mastican, chupan, lamen y beben).
15. — Yo resido en el corazón de todos los seres; de Mi se originan
la memoria y la percepción, y también la pérdida de ellas. Yo soy lo único
que debe conocerse de los Vedas; soy el autor del sistema Vedanta y soy el
conocedor de los Vedas.
16. — En este mundo hay dos clases de purushas (seres):
perecederos é imperecederos; todos los seres son perecederos, sólo lo
Inmutable es lo Imperecedero.
17. — Distinto de ambos es el Supremo Ser, conocido como el
Paramátman, lo Inmutable, que entrando en los tres mundos, los sostiene.
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18. — Como Yo trasciendo a lo perecedero y supero a lo
Imperecedero, soy nombrado en este mundo y en los Vedas como
Purushottama (la Suprema Persona).
19. — ¡Oh Bharata!, aquel que estando libre de la ilusión Me conoce
así, como el Supremo Ser, y Me adora de todas maneras, se vuelve
omnisapiente.
20. — ¡Oh impecable!, así ha sido expuesta por Mí esta profunda
doctrina; conociéndola, uno se vuelve sabio y cumple bien sus deberes.

CAPÍTULO XVI

LOS ATRIBUTOS DIVINOS
Y DEMONÍACOS
1-3. —Dijo el BENDITO SEÑOR:
¡Oh Bharata!, pertenecen a uno que nace con la naturaleza divina,
los siguientes atributos: mente sin miedo; pureza de corazón; constancia en
las prácticas del yoga y conocimiento; caridad, autodominio; inclinación a
hacer los actos de sacrificio; estudio de los textos sagrados; austeridad;
rectitud; no dañar; veracidad; no enojarse; abnegación; calma; no
calumniar; compasión; no codiciar; delicadeza; modestia; ausencia de
veleidad; intrepidez; fortaleza; pureza; y ausencia de odio y de presunción.
4. — ¡Oh Partha!, los siguientes atributos: ostentación; arrogancia;
engreimiento; enojo; vulgaridad e ignorancia, pertenecen al hombre de
temperamento demoníaco.
5. — Los atributos divinos conducen al hombre a la liberación, y los
demoníacos, a la ligadura. No te lamentes ¡oh Pandava!; tú naciste con
naturaleza divina.
6. — Hay dos clases de seres en este mundo: los divinos y los
asuras (demoníacos). Los divinos ya han sido descriptos ampliamente.
Ahora óyeMe, ¡oh Partha!, acerca de los asuras.
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7. — Los hombres asúricos no saben lo que deben hacer, ni lo que
no deben hacer; en ellos no se encuentra ni la pureza, ni la buena conducta,
ni la verdad.
8. — Ellos opinan que en este universo no hay verdad, ni moralidad,
ni Dios; el mundo, según ellos, es un producto de la unión carnal.
9. — Sosteniendo este concepto, esa gente ruin, de poca inteligencia
y de acciones feroces, vive como enemiga del mundo, sólo para la
destrucción.
10. — Llenos de deseos insaciables y de hipocresía, vanidad y
arrogancia, como necios, esta gente de ideas dañinas, trabaja por objetivos
impuros.
11-12. — Impelidos por profundas preocupaciones que sólo
terminan con la muerte; considerando al goce sexual como lo máximo y
convencidos de que éste es todo; atados por centenares de ligaduras de
esperanza, dedicados a la lujuria y fácil presa de la ira, esos seres se
esfuerzan por lograr grandes fortunas por medios ilícitos, sólo para el goce
sensorio.
13. — "Esto lo he ganado hoy; este objeto de mi deseo, ahora, lo voy
a lograr; esta fortuna es mía y aquélla será mía también."
14. — "Maté a ese enemigo, mataré a otros también; soy el señor;
gozo, tengo éxito, poder y felicidad."
15-16. — "Soy rico y bien nacido. ¿Quién se puede igualar a mí?
Haré cultos y caridad; me regocijaré." Así, alucinada por la ignorancia,
aturdida por fantasías, cubierta por una red de ilusiones, adicta al placer
sexual, esa gente cae en el impuro infierno.
17. — Engreídos, arrogantes, vanidosos, embriagados de riqueza,
esos seres hacen los cultos, sólo de forma, por pura ostentación, y no hacen
caso a los mandamientos.
18. — Poseídos de egotismo, poderío, insolencia, concupiscencia y
cólera, esos seres malignos Me odian en sus personas y en otras.
19. — A ellos, los malvados, crueles y degradados, les arrojo,
perpetuamente, en los vientres asúricos, para que nazcan en estos mundos.
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20. — ¡Oh Kounteya!, esa gente alucinada va a las matrices
demoníacas durante muchas vidas, y sigue cayendo en cuerpos cada vez
más inferiores.
21. — Triple es la puerta de este infierno destructor; está hecha de
lujuria, ira y codicia; por eso se debe abandonar.
22. — ¡Oh Kounteya!, el que ha ido más allá de estas puertas
oscuras y practica lo que es bueno para sí mismo, alcanza la Meta
Suprema.
23. — Aquel que desobedece los mandamientos de los textos
sagrados y actúa por el impulso de los deseos, no logra la perfección, ni la
dicha, ni la Meta Suprema.
24. — Así que cerciórate, por los textos sagrados, sobre los deberes
y prohibiciones. Conociendo bien su significado, actúa en este mundo,
conforme a los mandamientos.

CAPÍTULO XVII

LAS TRES CLASSES DE SHRADDHA
1. — Dijo Aryuna:
¡Oh Krishna!, ¿es sáttvica, rayásica o tamásica la shraddha de
aquellos que hacen los cultos y adoraciones sin obedecer a los
mandamientos? (shraddha, es la actitud mental compuesta de sinceridad,
reverencia, humildad y fe).
2.— Dijo el BENDITO SEÑOR:
La shraddha que, según su naturaleza, traen los seres encarnados, es
triple: sáttvica, rayásica y tamásica. Oye lo que te diré sobre esto.
3. — ¡Oh Bharata!, la shraddha de cada persona es según su
constitución; el hombre es un producto de su shraddha; él refleja su
shraddha.
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4. — Los hombres sáttvicos adoran a los devas (seres celestiales),
los rayásicos a los yakshas y rakshasas (seres con poderes sobrenaturales),
y los tamásicos a los espíritus y los elementos.
5-6. — Los hombres que practican severas austeridades no
recomendadas por las escrituras, sólo por ostentación y egoísmo, esos
apegados y concupiscentes, desprovistos de sensatez, torturan a todos los
órganos del cuerpo, y a Mí también, que moro dentro del cuerpo.
Conócelos; son de propósito demoníacos.
7. — También son triples sus alimentos, cultos, caridades y
austeridades. Oye de Mí, cuáles son sus distinciones.
8. — A los sáttvicos les gustan los alimentos que aumentan la
vitalidad, energía, fuerza, salud, felicidad y apetito, y que son sabrosos;
que son oleaginosos, sustanciosos y agradables.
9. — Los alimentos preferidos por los rayásicos, son los amargos,
ácidos, salados, muy calientes, picantes, secos y ardientes; y son los que
producen pesar, sufrimiento y enfermedad.
10. — Los alimentos preferidos por los tamásicos son los
desabridos, casi descompuestos, malolientes, restos del día anterior,
comida fría, y alimentos impuros.
11. — El yagña sáttvico se hace según los mandamientos,
concentrándose en el culto, sólo por el culto, por hombres que no desean el
resultado.
12. — ¡Oh tú, el mejor de los Bharatas!, el yagña rayásico se hace
por ostentación y deseando los frutos (el mérito).
13. — El yagña tamásico se hace contra los mandamientos, sin fe,
sin los mantrams (fórmulas religiosas), sin repartir alimentos (a los pobres)
y sin ofrecer su óbolo (a los sacerdotes).
14.— La austeridad corpórea consiste en la adoración de los devas,
de los brahmines, de los preceptores espirituales, de los sabios; en la
pureza, rectitud, continencia y no dañar.
15. — La austeridad verbal consiste en la forma de hablar
claramente, que no produce ninguna preocupación; en la veracidad, en el
modo agradable y benéfico de hablar, y en la diaria lectura de los textos
sagrados.
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16. — La austeridad mental consiste en la serenidad, piedad,
silencio, autocontrol y pureza de corazón.
17.— Esta triple austeridad, practicada con fe por el hombre que no
desea mérito, es considerada como sáttvica.
18. — La austeridad rayásica es pasajera y poco durable; es la que la
gente practica por ostentación, para ganar respeto, honores y reverencia.
19. — La austeridad tamásica es la que se hace neciamente,
causándose sufrimiento o con el deseo de dañar al prójimo.
20. — La caridad sáttvica se hace como un deber, sin la idea de
retribución, en debido lugar y momento, a la persona que lo merece.
21. — La caridad rayásica se hace esperando recompensa, mérito, o
de mala gana.
22. — La caridad tamásica se hace en momento inoportuno, en lugar
indebido, a una persona que no lo merece, y con desdén.
23. — "OM TAT SAT" (OM, Aquello existe) ha sido declarado
como la triple denominación de Brahman (Lo Supremo). De esta fórmula
surgieron los Brahmanas (explicaciones de los cultos védicos), los Vedas y
los yagñas, en el remoto pasado.
24. — Por eso, los que siguen los mandamientos védicos,
pronuncian "OM" antes de comenzar sus yagñas, caridades y austeridades.
25. — Los que buscan el moksha (emancipación espiritual),
pronuncian "TAT" (Aquello), antes de hacer los yagñas, caridades y
austeridades; ellos no desean ningún mérito por estas acciones.
26. —La palabra "SAT", ¡oh Partha!, es usada en el sentido de la
Realidad, la bondad, y, también, para los actos auspiciosos.
27. — También se pronuncia la palabra "SAT", para lograr
constancia en el yagña, en la austeridad, en la caridad y en todos los actos
hechos indirectamente para el Señor.
28. — Cualquier acto, ¡oh Partha!, sea el yagña, la caridad o la
austeridad, si se hace sin shraddha (la fe), es considerado como "Asat"
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(inexistente; no ha sido propiamente hecho), y no da fruto aquí, ni en el
más allá.

CAPÍTULO XVIII

EL SENDERO
DE LA RENUNCIACIÓN
1. — Dijo Aryuna:
¡Oh Hrishikesha! ¡Oh destructor del demonio Keshi! ¡Oh Tú de
poderosos brazos!, quiero saber la verdadera naturaleza del sannyasa y del
tyaga también.
2. —Dijo el BENDITO SEÑOR:
Los sabios opinan que el sannyasa significa la renunciación a los
actos que se hacen buscando el mérito; y el tyaga, según ellos, es reunnciar
a los frutos de toda clase de acciones.
3. — Ciertos pensadores declaran que, como todas las acciones son
malas, se las debe abandonar, mientras que otros opinan que no debe
renunciarse a los cultos y a las prácticas de la caridad y la austeridad.
4. — ¡Oh, el mejor de los Bharatas!, oye de Mí la última verdad
acerca del renunciamiento a los frutos de las acciones, porque, ¡oh el mejor
de los hombres!, se dice que dicho renunciamiento es de tres clases.
5. — No se debe renunciar al culto, a la caridad y a la austeridad,
porque esos actos purifican al corazón del sabio.
6. — Sin embargo, esos actos deben hacerse sin apego a los frutos;
esa es Mi certera y definitiva opinión.
7. — Tampoco es propio el renunciamiento de los actos obligatorios
(recomendados por las escrituras). Esa clase de renunciamiento hecho por
la confusión mental, es considerado como tamásico.
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8. — Considerándolo molesto, y temiendo al sufrimiento físico, si
alguien abandona los actos recomendados, entonces, por ese
renunciamiento rayásico, no logra su fruto (la emancipación final).
9. — ¡Oh Aryuna!, el renunciamiento es sáttvico cuando se cumple
el acto obligatorio como un deber, con desapego y sin anhelar su fruto.
10. — El hombre de renunciación dotado de sattva (serenidad), de
comprensión firme, y cuyas dudas han desaparecido, no aborrece al trabajo
desagradable ni ansia al agradable.
11. — El ser corpóreo no puede abandonar todas las acciones; pero
aquel que renuncia al fruto de la acción, es considerado como hombre de
renunciación.
12. — Los frutos de las acciones son de tres clases: desagradables,
agradables y la mezcla de ambos. Esos frutos se adhieren, después de la
muerte, al que no los ha renunciado, pero, no al hombre de renunciación.
13. — Aprende de Mí, ¡oh tú, de poderosos brazos!, acerca de estas
cinco causas, relacionadas con el cumplimiento de las acciones, según la
más alta sabiduría, que es el fin de toda acción.
14. — El cuerpo, el ego, los órganos, las funciones y las deidades
que presiden los órganos, son esas las cinco causas. (Aditya o sol, preside
los ojos; Indra, los brazos, etc.)
15. — Cualquier acto debido o indebido, sea físico, verbal o mental,
tiene esas cinco causas.
16. — Siendo así el caso, aquel que por la defectuosa comprensión
considera al Atman (el Ser), a lo Absoluto, como actor, ese necio no ve la
realidad.
17. — Aquel que está libre del concepto del ego, cuyo
entendimiento no está afectado (por el apego), aunque mate a los seres, en
realidad, no mata a nadie y no queda ligado (por el resultado de la acción).
18. — El conocimiento, lo que ha de conocerse y el conocedor,
forman el triple impulso de la acción; y el instrumento (los órganos), el
objeto y el actor, forman la triple base de la acción.
(El conocimiento es el medio de lograr el objeto deseado, lo que ha de
conocerse es el acto por lo cual el objetivo es logrado, y el conocedor es
aquel que conoce ese medio)
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19. — Sobre la ciencia de los gunas (cualidades), el sistema
samkhya declara que, según el guna, difieren los conocimientos, las
acciones y los actores. Oye con atención.
20. — Por el conocimiento sáttvico, se percibe (finalmente) en todos
los seres (manifestados) que están separados, a la única substancia
inmutable e imperecedera.
21. — Por el conocimiento rayásico, se ve que los distintos seres son
entidades separadas.
22. — El conocimiento tamásico es irracional, trivial y no está
basado sobre la verdad; ese conocimiento está limitado a un solo efecto, al
cual presenta como la totalidad del hecho.
23. — La acción sáttvica, es la recomendada por las escrituras, la
que se hace sin apego, ni atracción, repulsión o ansiedad por el fruto.
24. — La acción rayásica, se hace deseando el fruto, por ostentación
y con demasiado esfuerzo.
25. — La acción tamásica, se hace bajo lo ilusorio, descuidando la
consecuencia, la pérdida, la capacidad y el daño que pueda causar.
26. — El agente sáttvico, es el que no tiene ni apego, ni egoísmo,
que posee fortaleza y entusiasmo, y a quien no afecta ni el éxito ni el
fracaso.
27. — El agente rayásico, es interesado, ansioso por el fruto de la
acción, codicioso, malicioso, impuro y sujeto a súbita alegría o tristeza.
28. — El agente tamásico, es inconstante, vulgar, arrogante,
deshonesto, malévolo, indolente, sin ánimo y perezoso.
29. — ¡Oh Dhananyaia!, oye sobre la triple distinción, según los
gunas, acerca del intelecto y la firmeza, lo cual te explicaré separada y
ampliamente.
30. — ¡Oh Partha!, el intelecto sáttvico, conoce los senderos
recomendados o prohibidos de la acción y de la renunciación, conoce al
miedo y también al estado sin miedo, a la ligadura y a la liberación.
70
31. — ¡Oh Partha!, el intelecto rayásico no tiene concepto claro
sobre la rectitud, la perversidad, la acción recomendada y la acción
prohibida.
32. — El intelecto tamásico, ¡oh Partha !, está cubierto por la
ignorancia; considera a la perversidad como rectitud, e interpreta al revés
todos los conceptos.
33. — La firmeza sáttvica, ¡Oh Partha!, es apoyada por el yoga y
controla las funciones de la mente, de los pranas (fuerzas vitales) y de los
órganos de los sentidos.
34. — La firmeza rayásica, ¡oh Partha!, regula la mente respecto al
deber, al placer, a la riqueza y al deseo de lograr el fruto de la acción por el
apego.
35. — La firmeza tamásica, ¡oh Partha!, no permite al necio
apartarse del sueño, del miedo, del pesar, del desaliento y de la soberbia.
36-37. — Ahora, oye de Mí, ¡oh el mejor de los Bharatas!, acerca de
la triple felicidad. La felicidad sáttvica, es la que se disfruta por larga
práctica, la que termina con todo pesar; esa felicidad nace del
entendimiento y de la serenidad, es desagradable al principio como veneno
(hiel) y, al final, es como un néctar.
38. — La felicidad rayásica, surge del contacto entre el objeto y el
órgano del sentido ; es al principio agradable como néctar, pero al último,
se vuelve desagradable como veneno.
39. — La felicidad tamásica, decepciona al hombre al principio y al
final, y surge del soñar, de la torpeza y de la inadvertencia.
40. — No existe ser en el mundo o ningún deva en el cielo, que esté
libre de estos tres gunas que nacen de la prakriti.
41 — ¡Oh fulminador de los enemigos!, los deberes de los
brahmines, kshatriyas (guerreros), vaishyas (comerciantes), y sudras
(obreros), son distribuidos según los gunas nacidos de sus respectivas
naturalezas.
42. — Los deberes naturales de los brahmines, son: control de la
mente y los sentidos; austeridad; pureza; clemencia; rectitud; conocimiento
de las escrituras; realización de la verdad y la creencia en la Existencia
Divina.
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43. — Los deberes naturales de los kshatriyas son: heroísmo;
intrepidez; firmeza de carácter; destreza; no eludir el combate, generosidad
e hidalguía.
44. — Los deberes naturales del vaishya son: agricultura, ganadería
y comercio; y los del sudra son: trabajo manual y servidumbre.
45. — El hombre alcanza la más alta perfección cuando se dedica a
cumplir con el deber que le corresponde. Ahora óyeMe cómo se logra esa
Perfección.
46. — Se alcanza la perfección cuando, cumpliendo con su deber, se
adora a Aquel de quien ha procedido la actividad de todos los seres y que
interpenetra todo esto (el universo).
47. — Aunque sea en forma deficiente, es mejor cumplir el propio
deber que el ajeno. Cumpliendo su propio deber nadie comete pecado.
48. — ¡Oh Kounteya!, aunque esté asociado con defectos, nadie
debe abandonar el deber que le corresponde por su nacimiento. Toda
acción está cubierta por algún defecto, como el fuego por el humo.
49. — Aquel cuya comprensión está siempre desapegada, cuya
mente está controlada, que, por el renunciamiento se ha liberado de los
deseos, logra el supremo estado de la inacción (la acción inegoísta).
50. — ¡Oh Kounteya!, te diré, en forma concisa, cómo alcanzando
dicha perfección, el hombre realiza a Brahman, la suprema consumación
del conocimiento.
51-53. — Dotado del intelecto puro, dominando a la mente con
firmeza, abandonando al sonido y otros objetos de los sentidos;
apartándose de la atracción y la aversión; viviendo en soledad, comiendo
poco; controlando al cuerpo, a la palabra y a la mente; siempre ocupado en
la meditación y contemplación, cultivando el desapego; renunciando al
egoísmo, poderío, vanidad, lujuria, ira y posesión; libre de la noción de lo
"mío" y llevando una vida de tranquilidad, el hombre alcanza a lo Supremo
Brahman.
54. — Transformándose en Brahman y estableciéndose en la Paz, él
ni desea ni lamenta nada; y siendo ecuánime con todos, logra la suprema
devoción hacia Mí.
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55. — Conociendo por la devoción Mi verdadera naturaleza y Mi
poder de manifestación, inmediatamente entra en Mí.
56. — Tomando refugio en Mí, aunque actúa constantemente, por
Mi gracia logra el eterno estado inmutable.
57. — Ofreciéndome mentalmente toda acción tuya,
considerándome como tu suprema meta, practicando el yoga del intelecto
(veracidad y decisión), siempre concentra tu mente en Mí.
58. — Fijando tu mente en Mí, por Mi gracia vencerás todos los
obstáculos; pero si, por el engreimiento, no Me oyes, te perderás.
59. — Si por la soberbia, piensas "no pelearé", en vano será tu
propósito, porque tu naturaleza te obligará (a luchar).
60. — ¡Oh Kounteya!, lo que no quieres hacer ahora, por estar
ofuscado, lo harás luego a pesar tuyo, porque estás atado a tu karma
(impulso de la vida pasada) nacido de tu naturaleza.
61. — ¡Oh Aryuna!, el Señor mora en el corazón de todos los seres,
y por Su maia (poder divino), les hace girar como si estuviesen, atados a
una rueda.
62. — ¡Oh Bharata!, toma refugio solamente en Él, y por Su gracia
lograrás la Suprema Paz y la eterna morada (emancipación final).
63. — Así, te he declarado el conocimiento que es el secreto de los
secretos. Reflexiona ampliamente sobre esto, y, luego, haz lo que quieras.
64. — Oye de nuevo Mi supremo evangelio, lo más profundo de
todo. Como te quiero mucho, te hablaré sobre lo que es bueno para ti.
65. — Que tu mente se ocupe de Mí, sé Mi devoto, hazme tu culto y
reverencíame a Mí; así, tú Me alcanzarás. De veras, te doy Mi palabra;
porque ya sabes que eres muy querido para Mí.
66. — Renunciando a todos los deberes, toma refugio en Mí
únicamente. No te aflijas, Yo te salvaré de todos los pecados.
67. — Esto (este secreto), jamás debes transmitirlo al que no ha
hecho austeridad, al que no tiene devoción, al que no quiere oírlo o al que
está contra Mí.
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68. — Aquel que con profunda devoción hacia Mí, instruye a Mis
devotos sobre esta gran doctrina, con seguridad, se liberará de todas las
dudas, y llegará a Mí.
69. — Entre los hombres, no hay ni habrá nadie que Me sirva mejor
que él, y en este mundo él es Mi más querido.
70. — Según Mi opinión, estudiar este sagrado diálogo nuestro, es
igual a hacer el culto del conocimiento hacia Mí.
71. — La persona que, simplemente, lo oiga con devoción, sin estar
contra Mí, también se emancipará y alcanzará la esfera de la gente recta.
72. — ¡Oh Partha!, ¿has oído esto con atención? ¡Oh Dhananyaia!,
¿quedó destruida la ilusión de tu ignorancia?
73. — Dijo Aryuna:
Mi ilusión está destruida, ¡ oh Achyuta!; por Tu gracia he recobrado
la memoria (sobre mis promesas anteriores); me siento firme, mis dudas
han desaparecido. Cumpliré Tu mandato.
74. — Dijo Sanyaia:
Así, erizado de emoción, he oído este maravilloso diálogo entre
Vásudeva y el noble Partha.
75. — Por la gracia de Vyasa he oído este supremo y muy profundo
yoga, directamente de Krishna, el Señor del yoga, Quien lo expuso
personalmente.
76. — ¡Oh rey!, mientras más recuerdo este santo y asombroso
diálogo entre Keshava y Aryuna, más me regocijo.
77. — ¡Oh rey!, mientras más recuerdo la maravillosa forma de Hari,
más me extasío y más aumenta mi dicha.
78. — Dondequiera que estén Krishna, el Señor del yoga, y Partha,
el insigne arquero, allí estará la prosperidad, la victoria, la fortuna y el don
de gobernar; esa es mi convicción.
Tu profecía, poeta.
-Mañana hablarán los mudos:
el corazón y la piedra.

-¿Mas el arte?..
-Es puro juego,
que es igual a pura vida,
que es igual a puro fuego.
Veréis el ascua encendida.

Antonio Machado ( Proverbios y cantares ).

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