Sin Voz

[Ana García]

La cuerda se rompe
por el lado más débil
y las grandes chimeneas
se alimentan de la vida.

El ruido de los motores ahoga el grito.

La cuerda de la vida
sigue rompiéndose cada día
y el nudo queda al otro lado,
en el cuello de la vida.

El ruido de la gente disfraza el grito.

Otra vida por la tuya
vida que lleva impresa la condena
de muchos que jamás
cedieron su voz.

La voz de la muerte
la guerra y el hambre
intenta matar el grito
de los que no tienen voz.

Pero con el ruido no se puede matar la vida.





Es de noche
y la luna se refleja viciosa
sobre las aguas del Duero.
Los grillos han abierto
la carne de la noche.
El perfume es cada vez más intenso,
huele a orquídeas.
¡Silencio!
Dulce es la melodía que llega
desde el bar de la esquina.
Las acacias han movido
—pausadamente—
otra música.

Y hoy muero de pena.

[Ramón Carballal]

Todo el poema es destacable pero la parte final me parece excelente. Un abrazo, Ana.

[Carmela Viñas]

La cuerda se rompe
por el lado más débil
y las grandes chimeneas
se alimentan de la vida.

El ruido de los motores ahoga el grito.

La cuerda de la vida
sigue rompiéndose cada día
y el nudo queda al otro lado,
en el cuello de la vida.

El ruido de la gente disfraza el grito.

Otra vida por la tuya
vida que lleva impresa la condena
de muchos que jamás
cedieron su voz.

La voz de la muerte
la guerra y el hambre
intenta matar el grito
de los que no tienen voz.

Pero con el ruido no se puede matar la vida.





Es de noche
y la luna se refleja viciosa
sobre las aguas del Duero.
Los grillos han abierto
la carne de la noche.
El perfume es cada vez más intenso,
huele a orquídeas.
¡Silencio!
Dulce es la melodía que llega
desde el bar de la esquina.
Las acacias han movido
—pausadamente—
otra música.

Y hoy muero de pena.

Doble fuerza expresiva en tu sentido poema, Ana García. Percibo dos poemas en uno. Los versos en negrita es el poema dentro del poema. Muy original. Bello.
Un gusto leerte.
Abrazos.

[Julio Gonzalez Alonso]

Un verdadero placer volver a leer tus versos sin voz, pero con fragancia de orquídeas. Un abrazo, Ana. Salud.

[Pilar Morte]

Qué placer volver a leerte y disfrutar lentamente la belleza de tus versos.
Gracias por compartir.
Abrazos y salud.

[Raul Muñoz]

¡ Qué al final se desentierren !
bajo un régimen de aislamiento...

Tenemos la mordaza y apenas respiramos; hemos olvidado que no estamos solos. ¿ Cuándo comenzó la guerra ? ¿Cuándo terminará?

Mi agradecimiento por traer este poema que desgarra en un grito, tan necesario, tan necesario...

Gracias por compartir, Ana.

Un abrazo.

[Ana García]

Gracias, Ramón Carballal, Carmela Viñas, Julio González, Pilar Morte y Raúl Muñoz, por vuestras palabras.
Se agradece tanto comentario y saludo enriquecedor.
Un fuerte abrazo, compañeros.

[E. R. Aristy]

¡Ana, vuelves con gran trueno, tu tono, tus versos queman! Sin embargo, son una suave caricia para los oprimidos. Tu regreso me hace feliz. Abrazos, ERA

[Concha Vidal]

Ana, es necesario rescatar poemas, porque están como pasados de página y han de volver a la primera.
Abrazos mediterráneos.

[Ana García]

¡Ana, vuelves con gran trueno, tu tono, tus versos queman! Sin embargo, son una suave caricia para los oprimidos. Tu regreso me hace feliz. Abrazos, ERA

Como si tuviera vida se largó. El poema se fue al fondo de las páginas sin qué haya podido agradecer tus palabras.
Gracias, mil gracias, por esa voz de trueno que me atribuyes (que bonito).
Un fuerte abrazo.

[Ana García]

Ana, es necesario rescatar poemas, porque están como pasados de página y han de volver a la primera.
Abrazos mediterráneos.

Gracias por este rescate, Concha. Forma parte de mi voz más contestataria de mi vida. Resquicios de luchas sindicalistas.
Un fuerte abrazo.

[F. Enrique]

Una pequeña joya.


Léon Pasternak.

[Francisco Lobo]

Yo también me quedo con la parte final, ya que el poema crece en belleza en tanto aumentan sus versos. Un abrazo.

[Ana García]

Una pequeña joya.


Léon Pasternak.

Muchas gracias, León.

[Marisa Peral]

¡Qué lujo que tengamos “Rescatistas” que nos devuelvan joyas sumergidas!
Necesario poema con un final excelente.
Gracias, Ana.
Un beso.