Editorial Alaire

Moriré después de medianoche
no quiero estropearte los crepúsculos.
Ahora que el tiempo se hace agua
que escapa entre los dedos entregados
y nadie sabe mi nombre con certeza,
me iré como un niño sin madre a quien la vida
dio la espalda, descuidada.
Doy por terminada la carrera
dejando atrás sólo un sorbo de nostalgia,
narrias académicas y tantos dogmas,
castillos condenados al fracaso,
hijos que bogan ya sus argumentos,
las pisadas que me llevaron a un futuro
inapreciable, el punto de partida tan distante,
la mansedumbre de los perdedores, y otras cosas
que no merecen ser nombradas si no hay alba.

Valentin Martin escribió:Moriré después de medianoche
no quiero estropearte los crepúsculos.
Ahora que el tiempo se hace agua
que escapa entre los dedos entregados

Precioso. Y no sé si es porque he querido hacerle la competencia a ese tiempo tuyo que se hace agua, a la lluvia que cae sin parar desde muy tempranito, o si ha sido tu poema, (jobar, quillo, esto no se hace, ¿ein?) pero me has emocionado.


Blanca

Valentin Martin,

Magnífico poma, querido amigo

me encantó

Un abrazo fuerte

Como decimos en mi tierra: se me pusieron los pelos de punta.
Me gustó mucho. Creo que puedo aplicármelo, así que volveré a verlo
Un abrazo
Pilar

Valentin Martin escribió:Moriré después de medianoche
no quiero estropearte los crepúsculos.
Ahora que el tiempo se hace agua
que escapa entre los dedos entregados
y nadie sabe mi nombre con certeza,
me iré como un niño sin madre a quien la vida
dio la espalda, descuidada.
Doy por terminada la carrera
dejando atrás sólo un sorbo de nostalgia,
narrias académicas y tantos dogmas,
castillos condenados al fracaso,
hijos que bogan ya sus argumentos,
las pisadas que me llevaron a un futuro
inapreciable, el punto de partida tan distante,
la mansedumbre de los perdedores, y otras cosas
que no merecen ser nombradas si no hay alba.

estos versos, más que un punto final,


Doy por terminada la carrera
dejando atrás sólo un sorbo de nostalgia


me saben a la libertad que otorga la existencia
en el momento que las cosas a las que dimos parte
de nuestra vida, caminan solas,...

tus versos, como otras veces, brillan en su luz

.

Gracias, Blanca, por esa emoción. Sin ella el poema sería letra muerta.
Un beso.

Notable poema, Valentin. Muy buen trabajo.

Me ha gustado el poema.

Un saludo.

Gio.

Desde el comienzo al final, amigo Valentín, el poema dialoga con el lector, en ese despedirse del hablante, en ese dejar todo atrás, desde un principio del poema. Un poema doloroso, quizás sea doloroso por la cuota de realidad que tiene en quienes vamos muriendo mientras pasamos en el mundo. El final del poema me sacude, me llena de poesía, condiciona, abre las venas a tu mano. Un gusto.

Un abrazo fraterno, Benjamín.

Durísima declaración aunque una declaración con mucha poesía, querido amigo Valentín.
Tus poemas consiguen explosionar la emoción del lector.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Te mando un fuerte abrazo.

Valentin Martin escribió:Moriré después de medianoche
no quiero estropearte los crepúsculos.
Ahora que el tiempo se hace agua
que escapa entre los dedos entregados
y nadie sabe mi nombre con certeza,
me iré como un niño sin madre a quien la vida
dio la espalda, descuidada.
Doy por terminada la carrera
dejando atrás sólo un sorbo de nostalgia,
narrias académicas y tantos dogmas,
castillos condenados al fracaso,
hijos que bogan ya sus argumentos,
las pisadas que me llevaron a un futuro
inapreciable, el punto de partida tan distante,
la mansedumbre de los perdedores, y otras cosas
que no merecen ser nombradas si no hay alba.

La idea de empezar desde el principio, estupéndamente poetizada. Un placer

Siempre es un placer encontrarte junto a mis versos, Ricardo. Gracias por todo.
Un abrazo.

la mansedumbre de los perdedores, y otras cosas
que no merecen ser nombradas si no hay alba.

Mi querido Val, allí donde estés habrá poesía...me llevo ese final, donde todo se nombra sin nombrarse...y es que es una verdad tan grande, hay cosas que de miserables no merecen ser nombradas, por más que se pongan frente a nuestros ojos...

Un besote grande, que siempre te echo de menos cuando tardas en venir.

Sara

Pilar Morte: gracias por pararte en el poema y, sobre todo, por esa complicidad que apuntas con él.
Un beso.

Gracias, Alonso, por tu comentario tan luminoso. Recibe un fuerte abrazo.

Gracias, Giovanni, por detenerte y dejar tus palabras de aliento.
Un abrazo.