Editorial Alaire

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El instante es fugaz
y el segundero es testigo.
La expansión del universo,
el mismo ser es pasajero.

Pasajero, es un momento
como el chasquido de un beso.
Desear que el presente
se quede es un desatino.

Desatino es intentar atraparlo,
querer retenerlo.
El presente es sordo
y hablar con el, es inútil

Inútil, porque tan pronto inicia,
ya se ha ido.
Es el tiempo en que se escribe un poema,
y al leerlo inicia el olvido, la historia.

La historia es lo que hemos sido,
el cúmulo de épocas que se marcharon
El poeta escribe, así subraya su pasado,
él, solo es ratos; de infancia, dicha, fracaso.
Recuerdo de sueños, pubertad y melancolía.

Melancolía es añoranza
un buceo en las aguas de lo sucedido;
un retorno a la calle de la niñez,
al tapanco de los vestidos viejos.

Viejos jirones, donde hurga el poeta.
El poeta siempre voltea y mira al niño,
que fue y no siempre le pide perdón.
El poeta dialoga con el pasado,
y su obra demora a su olvido.

Mientras está vivo.

gabriel capo vidal escribió: ↑Vie, 13 Ene 2023 4:35 [https://4.bp.blogspot.com/-Z34QktaLmVU/ ... scrita.jpg] [/img]

El instante es fugaz
y el segundero es testigo.
La expansión del universo,
el mismo ser es pasajero.

Pasajero, es un momento
como el chasquido de un beso.
Desear que el presente
se quede es un desatino.

Desatino es intentar atraparlo,
querer retenerlo.
El presente es sordo
y hablar con el, es inútil

Inútil, porque tan pronto inicia,
ya se ha ido.
Es el tiempo en que se escribe un poema,
y al leerlo inicia el olvido, la historia.

La historia es lo que hemos sido,
el cúmulo de épocas que se marcharon
El poeta escribe, así subraya su pasado,
él, solo es ratos; de infancia, dicha, fracaso.
Recuerdo de sueños, pubertad y melancolía.

Melancolía es añoranza
un buceo en las aguas de lo sucedido;
un retorno a la calle de la niñez,
al tapanco de los vestidos viejos.

Viejos jirones, donde hurga el poeta.
El poeta siempre voltea y mira al niño,
que fue y no siempre le pide perdón.
El poeta dialoga con el pasado,
y su obra demora a su olvido.

Mientras está vivo.

Me gusta mucho el efecto de repeticion y entrelace entre la ultima palabra al final de una estrofa y el verso primero del siguiente. Me parece una bella obra, inteligente y consciente de los latidos del tiempo. La referencia al recuerdo, la introspeccion del pasado, resultante en lo que el poeta determina como "su obra (que)demora el olvido", me parece brillante. Te felicito, Gabriel. ERA

Buen poema que refleja acertadamente la fugacidad de la vida. Nos quedan los recuerdos para plasmarlos en un poema como un dique contra el olvido. Abrazos.

La impermanencia explica muchas cosas. Tú dejaste muestra de ello. Me gustó, como dice ERA, cómo comienzas la estrofa con la última palabra de la anterior. Buen ejercicio.
Abrazos y salud.

gabriel capo vidal escribió: ↑Vie, 13 Ene 2023 4:35 [https://4.bp.blogspot.com/-Z34QktaLmVU/ ... scrita.jpg] [/img]

El instante es fugaz
y el segundero es testigo.
La expansión del universo,
el mismo ser es pasajero.

Pasajero, es un momento
como el chasquido de un beso.
Desear que el presente
se quede es un desatino.

Desatino es intentar atraparlo,
querer retenerlo.
El presente es sordo
y hablar con el, es inútil

Inútil, porque tan pronto inicia,
ya se ha ido.
Es el tiempo en que se escribe un poema,
y al leerlo inicia el olvido, la historia.

La historia es lo que hemos sido,
el cúmulo de épocas que se marcharon
El poeta escribe, así subraya su pasado,
él, solo es ratos; de infancia, dicha, fracaso.
Recuerdo de sueños, pubertad y melancolía.

Melancolía es añoranza
un buceo en las aguas de lo sucedido;
un retorno a la calle de la niñez,
al tapanco de los vestidos viejos.

Viejos jirones, donde hurga el poeta.
El poeta siempre voltea y mira al niño,
que fue y no siempre le pide perdón.
El poeta dialoga con el pasado,
y su obra demora a su olvido.

Mientras está vivo.

Muy cercano este poema de presentes que no son más que un segundo y siempre miran a atrás o adelante como si no existieran por ellos mismos.
Creo que este diálogo es afín a muchos humanos, y que simplemente los poetas lo expresan mejor. La infancia siempre presente y los sueños en el aire. La melancolía nuestro segundo traje. El primero es el de seguir vivos.
Un placer leerte, Gabriel, en este momento pasajero que perdura.
Abrazo.

E. R. Aristy me agrada tu presencia y tu bello comentario. Gracias, un beso.

gabriel capo vidal escribió: ↑Vie, 13 Ene 2023 4:35 [https://4.bp.blogspot.com/-Z34QktaLmVU/ ... scrita.jpg] [/img]

El instante es fugaz
y el segundero es testigo.
La expansión del universo,
el mismo ser es pasajero.

Pasajero, es un momento
como el chasquido de un beso.
Desear que el presente
se quede es un desatino.

Desatino es intentar atraparlo,
querer retenerlo.
El presente es sordo
y hablar con el, es inútil

Inútil, porque tan pronto inicia,
ya se ha ido.
Es el tiempo en que se escribe un poema,
y al leerlo inicia el olvido, la historia.

La historia es lo que hemos sido,
el cúmulo de épocas que se marcharon
El poeta escribe, así subraya su pasado,
él, solo es ratos; de infancia, dicha, fracaso.
Recuerdo de sueños, pubertad y melancolía.

Melancolía es añoranza
un buceo en las aguas de lo sucedido;
un retorno a la calle de la niñez,
al tapanco de los vestidos viejos.

Viejos jirones, donde hurga el poeta.
El poeta siempre voltea y mira al niño,
que fue y no siempre le pide perdón.
El poeta dialoga con el pasado,
y su obra demora a su olvido.

Mientras está vivo.

Bello poema Gabriel he disfrutado su lecura como niña.-
Un fuerte abrazo .-

Hola Ramón Carballal me gusta como lo expresas. Un abraazo.

Diálogo con el pasado para inmortalizarlo en la poesía, el mejor camino que guarda las cosas en la memoria. Muy bellos versos y enlazados, estimado Gabriel.
Un placer leer tu obra.

El tiempo es una seña de identidad del poeta y tú lo muestras aquí de un modo certero e inteligente, Gabriel.

Gracias por compartir este poema que está escrito como un bucle por el encadenamiento de las palabras.

Un beso
Ana

Me gusta, Gabriel, este lúcido poema, donde tan bien abordas la relación del poeta con el tiempo -el niño. Tal vez, el poeta nunca quiera crecer sino hacerse más y más chiquito. Y en el colmo de la locura, asediar el presente, derribar, demoler la memoria, aniquilar la propia identidad hasta ser reducido a escombros, que todos pisen y escupan en ellos -vamos, echo un Cristo-. Me llevó tu hermoso poema a meditar estas cosas del poema y el "autor". Gracias por compartir.

Un abrazo.

Un hermoso poema, amigo Gabriel, que trata un interesante asunto y me parece bien desarrollado.
Felicidades.
Abrazos.

Pilar Morte gracias por tu comentario, es agradable saber que gusto. Un beso,