Tiempo congelado

[Ventura Morón]

...
Quisiera que volviera el viento. Hoy
está la arena quieta, las piedras calladas, sin alma.
Las huellas no se borran, permanece la playa herida
este 28 de diciembre en el que el sol acaricia la piel del mar
que lánguido como un descuido viene hasta la orilla, a agotarse.

No hay viandantes en el paseo, quizás sean las horas
o el miedo al acecho del silencio,
el estatismo del horizonte,
el sarcasmo de las farolas, que me miran como dinosaurios de plata
alargando sus cuellos para cebarse de luz
y regurgitarla en la noche como un grifo sin aliento.

Tan solo yo, náufrago de mis anhelos, y mi respiración
cayendo sobre el paisaje como el trazo blando de un niño huérfano
que desapareciera al avanzar, como tinta china,
dejando esbozadas mis huellas en un lienzo de fotografía en blanco y negro.

Debe ser que hoy tengo el corazón parado,
y la realidad es como una película muda que dejara el escenario vacío,
sin rastro de la vida, que se me escabulle por dentro,
como si me hubiera tragado todos los pájaros, que en infinitas bandadas
hicieran hervir mi sangre lanzándome a un mundo
donde el tiempo de amar se ha congelado,
mientras me sobrevuela aún, perdido, un pequeño e incandescente jilguero.
.
.
.

[F. Enrique]

Debe ser que hoy tengo el corazón parado,
y la realidad es como una película muda que dejara el escenario vacío,
sin rastro de la vida, que se me escabulle por dentro,
como si me hubiera tragado todos los pájaros, que en infinitas bandadas
hicieran hervir mi sangre lanzándome a un mundo
donde el tiempo de amar se ha congelado,
mientras me sobrevuela aún, perdido, un pequeño e incandescente jilguero.

Dejas bien clara la fecha en que ha sido escrito el poema, lo encuentro interesante, nos traes las sensaciones y los sentimientos que te embargan ahora, constatar que te enfrentas al paisaje que en otro tiempo era tu amigo, ya nada parece igual mientras luchas por agarrarte a la cola del viento. Destaco esta última estrofa, para mí la más profunda y mejor elaborada, que refleja con melancolía tu desasosiego, debes volver a la ternura que te deja ese jilguero. Debemos intentar cantar cuando las cosas no marchan bien.

Un abrazo.

[Raul Muñoz]

...
Quisiera que volviera el viento. Hoy
está la arena quieta, las piedras calladas, sin alma.
Las huellas no se borran, permanece la playa herida
este 28 de diciembre en el que el sol acaricia la piel del mar
que lánguido como un descuido viene hasta la orilla, a agotarse.

No hay viandantes en el paseo, quizás sean las horas
o el miedo al acecho del silencio,
el estatismo del horizonte,
el sarcasmo de las farolas, que me miran como dinosaurios de plata
alargando sus cuellos para cebarse de luz
y regurgitarla en la noche como un grifo sin aliento.

Tan solo yo, náufrago de mis anhelos, y mi respiración
cayendo sobre el paisaje como el trazo blando de un niño huérfano
que desapareciera al avanzar, como tinta china,
dejando esbozadas mis huellas en un lienzo de fotografía en blanco y negro.

Debe ser que hoy tengo el corazón parado,
y la realidad es como una película muda que dejara el escenario vacío,
sin rastro de la vida, que se me escabulle por dentro,
como si me hubiera tragado todos los pájaros, que en infinitas bandadas
hicieran hervir mi sangre lanzándome a un mundo
donde el tiempo de amar se ha congelado,
mientras me sobrevuela aún, perdido, un pequeño e incandescente jilguero.
.
.
.

Me conmueven estos versos tan cálidos y tiernos como lúcidamente terribles. Amigo, Ventura, compañero en el viaje de la poesía, que nunca sabemos donde nos lleva, te veo en ese paisaje que nos dibujas, tu paisaje interior. Intuyo que la poesía te dio el beso fatal, el importante, el que detiene el corazón. Alli esta el poeta, el que vuelve para contarlo. Y podemos reconocerlo y sentirnos consolados y animados para continuar. Porque sí, amigo, la poesía es muy dura, mucho, puede ser terrible, pero quién va a querernos como ella, solo nos pide que nos entreguemos. Ah la bienaventuranza, el paraíso aquí en la tierra. Allí te veo, amigo, sigamos juntos con la misma belleza, matriz de toda la creación. Asi entraremos en el sueño profundo sin sueños, la paz y el descanso eternos. Solo decirte que es un gran poema, que vuelas alto. Gracias por compartirlo con todos nosotros.

Un abrazo. Y mis mejores deseos para el año que entra, cargado de poesía y amistad.

[Hallie Hernández Alfaro]

.

Escarchas que aman el fuego y, sueñan con la hoguera. Cascada de sentidos, de anhelos, de convicciones.

Abrazo enorme, querido Ventura.
Muy feliz y hermoso 2023.

[Ramón Carballal]

Muy bello poema, introspectivo y bien escrito. Me he sentido como si te hubiera acompañado ese día de diciembre a la vera del mar. Un abrazo y feliz año.

[E. R. Aristy]

...
Quisiera que volviera el viento. Hoy
está la arena quieta, las piedras calladas, sin alma.
Las huellas no se borran, permanece la playa herida
este 28 de diciembre en el que el sol acaricia la piel del mar
que lánguido como un descuido viene hasta la orilla, a agotarse.

No hay viandantes en el paseo, quizás sean las horas
o el miedo al acecho del silencio,
el estatismo del horizonte,
el sarcasmo de las farolas, que me miran como dinosaurios de plata
alargando sus cuellos para cebarse de luz
y regurgitarla en la noche como un grifo sin aliento.

Tan solo yo, náufrago de mis anhelos, y mi respiración
cayendo sobre el paisaje como el trazo blando de un niño huérfano
que desapareciera al avanzar, como tinta china,
dejando esbozadas mis huellas en un lienzo de fotografía en blanco y negro.

Debe ser que hoy tengo el corazón parado,
y la realidad es como una película muda que dejara el escenario vacío,
sin rastro de la vida, que se me escabulle por dentro,
como si me hubiera tragado todos los pájaros, que en infinitas bandadas
hicieran hervir mi sangre lanzándome a un mundo
donde el tiempo de amar se ha congelado,
mientras me sobrevuela aún, perdido, un pequeño e incandescente jilguero.
.
.
.

Presentas bien a la desolación, Ventura. Entre lineas, se ve una chispa intermitente que se detiene fija y resplandeciente en un cierre sugerente que todo ese hielo se derritirá y todas las aves saldrán como mil poemas de gran colorido y música. Abrazos, ERA

[Pilar Morte]

Esa introspección me llega honda y te acompaña. Un poema triste pero muy hermoso. Felicidades.
Abrazos y salud.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Qué poemazo, querido amigo!!!

De lo mejor que te he leído, qué ya es decir. Esta escrito con un sensibilidad exquisita y una utilización del lenguaje poético minuciosa en la evocación y la introspección del que mira concentrado en su aislamiento. Me ha recordado a ciertos momentos del "Libro del desasosiego" del gran Fernando Pessoa.

Todo un placer de lectura.

Abrazos.

[gabriel capo vidal]

Me ha gustado, lo seguiré leyendo,leyendo. Un abrazo.

[Administración Alaire]

Enhorabuena, amigo Ventura, por el reconocimiento como Poema de la Semana a tu obra "Tiempo congelado".
Un cordial abrazo.

[F. Enrique]

Me alegro mucho de que te hayan concedido este merecido reconocimiento.

Un abrazo.

[Pilar Morte]

Enhorabuena, querido amigo, por el reconocimiento a tu estupendo poema.
Abrazos y salud

[E. R. Aristy]

Felicidades, Ventura! Abrazos.

[enrique sanmol]

...
Quisiera que volviera el viento. Hoy
está la arena quieta, las piedras calladas, sin alma.
Las huellas no se borran, permanece la playa herida
este 28 de diciembre en el que el sol acaricia la piel del mar
que lánguido como un descuido viene hasta la orilla, a agotarse.

No hay viandantes en el paseo, quizás sean las horas
o el miedo al acecho del silencio,
el estatismo del horizonte,
el sarcasmo de las farolas, que me miran como dinosaurios de plata
alargando sus cuellos para cebarse de luz
y regurgitarla en la noche como un grifo sin aliento.

Tan solo yo, náufrago de mis anhelos, y mi respiración
cayendo sobre el paisaje como el trazo blando de un niño huérfano
que desapareciera al avanzar, como tinta china,
dejando esbozadas mis huellas en un lienzo de fotografía en blanco y negro.

Debe ser que hoy tengo el corazón parado,
y la realidad es como una película muda que dejara el escenario vacío,
sin rastro de la vida, que se me escabulle por dentro,
como si me hubiera tragado todos los pájaros, que en infinitas bandadas
hicieran hervir mi sangre lanzándome a un mundo
donde el tiempo de amar se ha congelado,
mientras me sobrevuela aún, perdido, un pequeño e incandescente jilguero.
.
.
.

Soberbio en su desolación este tiempo congelado, Ventura.

Un placer haber pasado por aquí. Un cordial saludo.

[Marisa Peral]

Felicidades, querido amigo, por el merecido reconocimiento a tu poema que deja parado el corazón.
Bellísimos y dolientes versos que disfruto.

Te deseo un buen 2023 y te envío un abrazo enorme.