Poema 31
Publicado: Dom, 11 Dic 2022 18:43
Cuando era pequeña,
el mar,
era mi amante.
Yo iba hacia él,
corriendo,
gozosa.
Buscaba
su beso de espuma…
Jugaba y jugaba,
buscaba
su abrazo,
turbulento
y poderoso
en cada ola.
Sin saber cómo,
cuando se acercaba,
él era capaz
de tomar mi cintura,
elevarme en el aire,
balancearme muy suave,
y como un bailarín,
devolverme de pie
a la arena del fondo,
como si acariciara.
Una ola tras otra,
regresaba el abrazo.
Una ola tras otra,
él volvía a elevarme,
y con cada regreso,
me tomaba en sus brazos
para acariciarme.
Era un amor
eterno,
sin nombre,
sin pasado o futuro,
una instantánea sin fin,
feliz y perfecta.
el mar,
era mi amante.
Yo iba hacia él,
corriendo,
gozosa.
Buscaba
su beso de espuma…
Jugaba y jugaba,
buscaba
su abrazo,
turbulento
y poderoso
en cada ola.
Sin saber cómo,
cuando se acercaba,
él era capaz
de tomar mi cintura,
elevarme en el aire,
balancearme muy suave,
y como un bailarín,
devolverme de pie
a la arena del fondo,
como si acariciara.
Una ola tras otra,
regresaba el abrazo.
Una ola tras otra,
él volvía a elevarme,
y con cada regreso,
me tomaba en sus brazos
para acariciarme.
Era un amor
eterno,
sin nombre,
sin pasado o futuro,
una instantánea sin fin,
feliz y perfecta.