Editorial Alaire

No ambiciono tu cuerpo
sino la luz que de tu cuerpo emana.
No me hechizan tus labios
sino tus besos.

Yo adoro lo intangible que irradiaste:
tu risa, por ejemplo,
blando sonido de mi dura soledad,
eco de la garganta montañosa, eco
constante, eco que regresa
de la canción que en los cañones quietos
entonábamos juntos.

Anhelo que mi ida -cuánto anhelo-,
no arroje sobre ti necesidad de olvido,
y sea este amor en tu memoria
un dulce eco.

Me gusta mucho la valentía del poema, el eco como esperanza de trascendencia.

Un placer leerte, Óscar!

Hallie

Eres el poeta de los suaves versos. Estos son de una dulzura exquisita. Lo leí varias veces... por el puro placer de escucharlo yo mismo en mi mente.
Un abrazo, amigo.
J. manuel

Oscar, buen hacer y buen decir... la segunda estrofa para mí le da alma al poema... lo hace imprescindible...

Me gusta leerte. Un abrazo grande,

Carmen

En este momento me he quedado entre dos fuegos. Me explico, por una parte, entiendo ese anhelo al que, para mostrarnos de qué hablas, nos conduces. Y he pensado, ojalá, para de inmediato, preguntarme si ese anhelo y ese ambicionar la luz (en contraposición), no serían motivo suficiente para para provocar todo lo contrario de lo que se espera. No sé si hay final, Óscar, porque, si analizamos, surgen tantas y tantas variables, que el problema me parece irresoluble. Lógico por otra parte, pues ese 'Anhelo' es -seguramente- un futurible.

Gracias por el poema, y por hacerme pensar. Muchas.

Blanca

Me gustó como describes la necesidad de amar, la comparto
Un abrazo
Pilar

Hallie Hernández Alfaro escribió:Me gusta mucho la valentía del poema, el eco como esperanza de trascendencia.

Un placer leerte, Óscar!

Hallie

Gracias, sensible poeta. Tus palabras me bastan
para alegrar mi día.

Te saludo con afecto.
Óscar

José Manuel Sáiz escribió:Eres el poeta de los suaves versos. Estos son de una dulzura exquisita. Lo leí varias veces... por el puro placer de escucharlo yo mismo en mi mente.
Un abrazo, amigo.
J. manuel

Eres muy amable, estimado poeta. Te agradezco tu lectura,
y me hace feliz saber que lo has hecho varias veces. ¿Qué
más podemos pretender los poetas?

Un abrazo mío, también.
Óscar

Ya lo había disfrutado en otro lugar mi querido amigo Oscar. Bello decir.

Abrazos en la distancia

Óscar Distéfano escribió:No ambiciono tu cuerpo
sino la luz que de tu cuerpo emana.
No me hechizan tus labios
sino tus besos.

Yo adoro lo intangible que irradiaste:
tu risa, por ejemplo,
blando sonido de mi dura soledad,
eco de la garganta montañosa, eco
constante, eco que regresa
de la canción que en los cañones quietos
entonábamos juntos.

Anhelo que mi ida -cuánto anhelo-,
no arroje sobre ti necesidad de olvido,
y sea este amor en tu memoria
un dulce eco.

... sólo las almas nobles dicen estas cosas: "y sea este amoren tu memoria/un dulce eco"; es conmovedor tu poema, amigo, mucho, y eso te hace más luminoso; te felicito, Óscar, compañero; te envío un saludo; Orión
<xml><o> </o>
<o> </o>

carmen iglesia escribió:Oscar, buen hacer y buen decir... la segunda estrofa para mí le da alma al poema... lo hace imprescindible...

Me gusta leerte. Un abrazo grande,

Carmen

Y a mí, sabiéndote una poeta sensible y exquisita,
me hace feliz que el poema te guste. Es como que
llegó a su objetivo.

Un saludo con mi estima.
Óscar

No me gustan las despedidas....pero....¡¡¡cómo me ha gustado la propuesta que nos presenta!!!!

La sutileza de su palabra, la maestría del oficio es inegable en Ud. Poeta.

Mi saludo y enhorabuena lleguen hasta Ud., desde Progreso, Yucatán, México.

Óscar Distéfano escribió:No ambiciono tu cuerpo
sino la luz que de tu cuerpo emana.
No me hechizan tus labios
sino tus besos.

Yo adoro lo intangible que irradiaste:
tu risa, por ejemplo,
blando sonido de mi dura soledad,
eco de la garganta montañosa, eco
constante, eco que regresa
de la canción que en los cañones quietos
entonábamos juntos.

Anhelo que mi ida -cuánto anhelo-,
no arroje sobre ti necesidad de olvido,
y sea este amor en tu memoria
un dulce eco.

Amigo Óscar:

Deslumbrante despedida
que encontrará su eco
en un recuerdo perenne
que colmará tu anhelo
y nunca se hará olvido.

Felicidades.

Un abrazo.

* * *

Óscar Distéfano escribió:No ambiciono tu cuerpo
sino la luz que de tu cuerpo emana.
No me hechizan tus labios
sino tus besos.

Yo adoro lo intangible que irradiaste:
tu risa, por ejemplo,
blando sonido de mi dura soledad,
eco de la garganta montañosa, eco
constante, eco que regresa
de la canción que en los cañones quietos
entonábamos juntos.

Anhelo que mi ida -cuánto anhelo-,
no arroje sobre ti necesidad de olvido,
y sea este amor en tu memoria
un dulce eco.

Amigo Óscar, es una maravilla de poema en el que empiezas jugando con imágenes que se funden en el mismo campo semántico, eligiendo como quien espiga en campo maduro. Metáforas acertadas y una voz, la tuya, que fluye con naturalidad y calidez para emocionarnos y tenernos sujetos a la emoción hasta el último verso. Mis aplausos.
Salud.

Anhelo que mi ida - cuanto anhelo-
no arroje sobre tí necesidad de olvido,
y sea este amor en tu memoria
un dulce eco.

Me encanta esta última estrofa. Es un auténtico placer poder leerla y tenerla ahí para disfrutarla.
Enhorabuena.
Ana.