Editorial Alaire

En realidad fue una mirada perdida
la que me conquistó,
durase lo que durase,
no era nunca el momento,
que el amor se silenció,
quizás su necesidad,
y qué fue de la nuestra,
idealizado o no,
nos hizo esclavos,
y una historia se nos venía encima,
¿la salvación?
Otra desconocida, otra quimera.
La mayor de todas.
Mi sentimiento...
Quién me lo va a quitar.
Ni siquiera tú podrías...
Lo sabes, pero ya no te quedas.
Quizá nunca estuviste segura, o a salvo, o a cubierto...
Vuelvo sobre mis pasos,
parecen más verdaderos.
Más profundos.
Quitadme esta obsesión, pido,
deshaced
este barro reseco,
sumerjíos,
piel con piel,
quitadme este fantasma,
esta forma de verla solo con visiones.

Las visiones llevan indómita la consciencia.
Parece que confunden el camino a veces, pero no, resultan ser brújula exacta en los momentos perfectos.

Me ha gustado este trabajo, amigo.

Un abrazo y felicidad a montones.

Me gustó mucho, amigo Ricardo. Una muy buena poética sobre las intimidades del amor.

Eso… todo un placer de lectura.

Un abrazo.

Gracias miles, Hallie, Ferreiro.
Gracias por acercaros a este trabajo.
Me alegra mucho saber que fue de vuestro agrado.
Mi intención es hacerlo de una forma original.
Abrazos y felicidad.

...Y es que el amor entra por los ojos, pero se clava en el alma y agita el corazón. Ya es imposible sustraerse a las visiones. Enhorabuena, Ricardo.
Salud.

Gracias por compartir vuestros comentarios.
Yo quise plasmar lo vertiginoso que es el amor, y lo lento que es el lamento.
Abrazos y felicidad.

"Ricardo López Castro"
En realidad fue una mirada perdida
la que me conquistó,
durase lo que durase,
no era nunca el momento,
que el amor se silenció,
quizás su necesidad,
y qué fue de la nuestra,
idealizado o no,
nos hizo esclavos,
y una historia se nos venía encima,
¿la salvación?
Otra desconocida, otra quimera.
La mayor de todas.
Mi sentimiento...
Quién me lo va a quitar.
Ni siquiera tú podrías...
Lo sabes, pero ya no te quedas.
Quizá nunca estuviste segura, o a salvo, o a cubierto...
Vuelvo sobre mis pasos,
parecen más verdaderos.
Más profundos.
Quitadme esta obsesión, pido,
deshaced
este barro reseco,
sumerjíos,
piel con piel,
quitadme este fantasma,
esta forma de verla solo con visiones.

Un excelente poema, como dice Julio Gonzá A., el amor entra por los ojos, luego, digo yo, sillega a ser sincero, sentido con el corazón, estará en tu alma, hasta el último día de tu vida.
Me has emocionado, amigo y compañero, Ricardo.

Desde la soledad de mi isla, un cordial abrazo.

José Manuel F. Febles

Ay las visiones de lo que queda en el alma. Tu poema refleja fielmente el título del poema. Un placer leerte.
Abrazos

Jose, Pilar muchísimas gracias por vuestras palabras.
Abrazos y felicidad, amig@s.

¿Cuántas veces el corazón se pondrá sus alas de atrezo? En realidad no podemos deshacernos de querer volar a la eternidad y a la belleza del amor. Es un bello poema, Ricardo. Abrazos, E. R. Aristy

Hermoso poema, que transita entre luces y sombras, pálidos reflejos de lo que somos en realidad. Tal vez, la fe sea la única visión que anule todas las visiones. Al menos, a esta cuestión me lleva tu bello poema. Un placer leerte, Ricardo.

Un abrazo.

De eso vivimos, de quimeras que se alojan en nuestro sentimiento. "Andrómenas e arelanzas, que nos fan latexar"

Fermoso poema, meu.
Fonda aperta.

Gracias por vuestro apoyo, compañer@s.
Abrazos y felicidad!